En el límite de la Comarca del Señorío de Molina, (Guadalajara) con las comarcas del Jiloca y Sierra de Albarracín, (Teruel) se encuentra el majestuoso monte de San Ginés; es la cima indiscutible de la denominada Sierra Menera, con una altitud de 1.603 metros, lo que proporciona la visión de decenas de kilómetros de territorio turolense, zaragozano y guadalajareño.
Hacía ya tiempo que quería subir a este cerro, ya que el mismo lo había visionado desde muchos lugares, y también había estado a los pies del mismo cociendo los pintorescos pueblos de Ródenas, Pozondón y Peracense, incluyendo el fantástico castillo de éste último que como un camaleón se camufla en la rojiza piedra de rodeno.
Castillo de Peracense
A la cima de San Ginés se puede acceder andando por varios senderos muy bien indicados, pero de igual manera se puede acceder con vehículo tomando el cruce que surge de la carretera que transcurre entre Ródenas y Pozondón.
En la cima hay toda clase de huella humana; se encuentra como en todas las cumbres un hito mostrando el vértice geodésico, así mismo están los restos de la antigua ermita y nueva ermita de San Ginés a la que suben las gentes de peracense en romería el 25 de agosto.
También aprovechando la especial orografía del monte y del entorno hay todo un entramado de antenas, repetidores y cachivaches varios utilizados por las radios, televisiones, empresas de comunicación, telefonía, etc… estas antenas hacen muy fácil de identificar el monte desde la lejanía.
Una vez arriba la visión es increíble. Desde su fachada norte se aprecia con claridad la Sierra Menera (cordillera en la que se incluye el propio monte) con el Castillo de Peracense a sus piés, la Sierra de Caldereros en pleno Señorío de Molina, así como la torre de vigilancia por antonomasia de la ciudad de Molina la denominada Torre de Aragón.
Castillo de Peracense desde San Ginés
De igual manera se observa con meridiana claridad la Sierra de Aragoncillo con el Cerro de la Señorita (http://blogdeoscarpardodelasalud.blogspot.com/2010/05/un-paseo-por-el-cerro-de-la-senorita-en.html), el majestuoso Moncayo (http://blogdeoscarpardodelasalud.blogspot.com/2010/04/un-paseo-por-el-moncayo.html) y la laguna de Gallocanta.
Laguna de Gallocanta
Mirando hacia el este y enfrentándose con su rival en altura la Sierra de Palomera se observa en toda su longitud el valle del río Jiloca con todos los pueblos que lo integran.
Valle del río Jiloca
Hacia el Sur la ciudad de Teruel, el valle del Turia y la Sierra de Javalambre, y hacia el Oeste toda la Sierra de Albarracín y Sierra Molina.
Sierra de Albarracín y Sierra Molina
Los pueblos que se ven desde la cima se cuentan por decenas.
Estas fotos e imágenes están tomadas en un soleado 8 de diciembre de 2011, intuyendo que las instantáneas ganarán en belleza en la primavera con todos los trigales verdes, y en los días de nieve que por estos lugares son abundantes en los meses de diciembre, enero, febrero e incluso marzo.
Espero animaros con este post a conocer este impresionante paraje, que estoy seguro no os dejará indiferentes por la belleza supina que supone la panorámica que desde allí se vislumbra, así como por la paz y el silencio que se respira.
No es nada recomendable la subida al mismo en los días en el que “el Zierzo” (viento muy conocido por aquí) realiza una visita.
5 comentarios:
Recuerdo el Detente zierzo muerto/ ven austro que recuerdas los amores... de San Juan.
Tus excursiones son un acicate, ni lo dudes, porque la grandeza está en saber mirar, y luego saber contarlo. Tus crónicas me parecen una muestra de la mejor literatura de viajes, esa que se para y contempla, y mira, y amplía con datos, que se detiene en la naturaleza y en la gente. Y luego las fotos, con ese castillo de Peracense con ese color tostado tan inusual... que parece más pintado que real. Suele ocurrir: lo realmente sorprendente parece mentira. Y la grandeza consiste en hacerlo verdad.
Vaya recorrido, me has recordado toda mi infancia, que trasncurrió entre el valle del Jiloca y la vega del Alfambra-Turia, antes de irme a Cuenca. El castillo de Peracense me es muy familiar. Y qué tiempo te ha hecho! Si pasas por Calamocha, cómprame boletos de la cesta de Navidad, je, je, te los pago a la vuelta. Un abrazo valencianocastellanoaragonés.
Hola, Oscar. Te he puesto un comentario en el bloh, pero me daba pegas el capcha ese, el texto de accesibilidad, no sé por qué. Te lo reproduzco aquí:
Vaya recorrido, me has recordado toda mi infancia, que trasncurrió entre el valle del Jiloca y la vega del Alfambra-Turia, antes de irme a Cuenca. El castillo de Peracense me es muy familiar. Y qué tiempo te ha hecho! Si pasas por Calamocha, cómprame boletos de la cesta de Navidad, je, je, te los pago a la vuelta. Un abrazo valencianocastellanoaragonés.
JUANMA JÁTIVA
Oscar querido: Leerte es un placer y también despierta en mi una emoción especial, muy especial. Todas las etapas de mi vida han transcurrido por los lugares que nombras y mis andanzas por ellas un gozo. Gracias por compartir tu disfrute de la naturaleza: me rejuvenece. Un abrazo. Flora
Yo he crecido a sus pies. He subido ilusionado a por el huevo duro que nos daban para el tres de mayo. He correteado por el castillo cuando era salvaje, como nosotros buscando nidos de pajarel y de calinroya. ¿Has visitado el Pozo Lagipe? está picado en la roca, como las cisternas del castillo y a un km más o menos, en la Nava. En fin, gracias por tu entrada.
Publicar un comentario