El problema es la legitimidad que tienen unos y otros para serlo; de los representantes democráticos la legitimidad no está discutida; puesto que con independencia de que nos gusten o no, la designación de los mismos ha sido por sufragio universal a través de las urnas.
Pero los representantes honoríficos los instauran los representantes legales de turno, y con ello muchas veces se puede decir que son de dudosa legitimación; y me explico: la ciudad de Valencia tiene como Alcalde de Honor a Francisco Franco, el Partido Popular y la conservadora Rita Barberá, se han opuesto en numerosas ocasiones a retirar este título al Dictador.
Lo mismo ocurre, salvando las diferencias con el ex ministro de Aznar, Jaume Matas, imputado por más de una decena de delitos de corrupción, y que la Generalitat Valenciana, sustentada por el PP, lo nombró Embajador de la Comunidad Valenciana.
En mi opinión ninguno de los dos personajes tienen la “legitimidad” suficiente, ni el honor de ostentar estas representaciones honoríficas.
A día de hoy el Partido Popular de la Comunidad Valenciana, con Francisco Camps al frente, ni la conservadora Rita Barberá, están por la labor de retirar esta representación honorífica.
Una posible solución es que los valencianos y valencianas les quitemos a ellos la representación legal, y supongo que la honorífica caería de forma inmediata.
Una vez más el Partido Popular de nuestra Comunidad, abochorna con sus actitudes a los valencianos.
Continuará…