Veintiocho
de diciembre, festividad de los Santos Inocentes, día que se conmemora una gran
matanza de niños en Belén, y lo celebramos gastando bromas… como diría Sara
Montiel “¿Pero qué invento es este…?”
Para
poder dar sentido a la cuestión, coma a casi en toda la vida, hay que repasar
la historia, vamos a ello:
Primero
observemos que se entiende por inocente; la Real Academia de la Lengua, le da
varias acepciones; en la quinta se dice que es referido a:
“Dicho de un niño: Que no ha llegado a la edad de discreción”; o dicho en términos de la religión
cristiana, de la que bebió el latín, y por ende el castellano; un niño de dos
años no podía haber cometido pecado alguno, de ahí lo de santo e inocente.
Y es que la tradición cristiana, por
pluma de San Mateo, cuenta que unos magos de oriente llegaron a Jerusalén, e
indicaron que venían siguiendo una estrella, que les guiaba camino del mesías,
el rey de los judíos que acababa de nacer.
Esta noticia parece ser que turbó al rey Herodes I “el grande”, el cual preguntó, acerca de dónde se había producido el nacimiento, los magos le dijeron que, en Belén de Judea, y Herodes les pidió que por favor cuando lo hubiesen conocido y adorado, volviesen por Jerusalén para ponerle al corriente y así posteriormente también poder ir a conocerlo; los magos así lo pactaron con él.
La cosa es que según San Mateo; estos
Magos tras llegar a Belén y adorar al niño, en sueños tuvieron una revelación,
que no volvieran por Jerusalén y esquivasen a Herodes, haciéndolo así.
Sigue la historia diciendo, que un
ángel se apareció, también en sueños, pero esta vez a San José, y le vino a
decir que cogiese a María y al niño y se marchasen a Egipto hasta que él les
dijera, pues allí el niño corría peligro.
La cuestión es que Herodes, enfurecido
por la burla de los magos de oriente, mandó asesinar a todos los niños de
Belén, menores de dos años…; cuenta la historia que más de veinte mil, y así
tratar de acabar con el tal Jesús.
Como habéis podido comprobar la
efeméride contada por San Mateo, sólo por San Mateo, porque no hay historiador
o cronista alguno que recoja tal barbarie, es un verdadero drama, una gran
tragedia, que por cierto más adelante la analizaremos…; veamos por qué lo de
las bromas.
Y ahí es donde ahondamos en la historia de nuestros pueblos; antes de que
llegase el cristianismo a los pueblos de Europa en esta época del año (días más
cortos del año), se celebraban los saturnales; y es que en las tierras que
constituían el Imperio Romano, el
solsticio de invierno se celebraba conmemorando a Dios Saturno (el dios de la
agricultura), y los saturnales no eran otra cosa, sino el encuentro de amigos y
familias con grandes banquetes, fiestas de disfraces y bromas a doquier; estos
saturnales se celebraban entre el 17 y el 23 de diciembre; coincidiendo con la finalización de
los trabajos del campo, celebrada tras la conclusión de la siembra de invierno,
cuando el ritmo de las estaciones dejaba a toda la familia campesina, incluidos
los esclavos domésticos, tiempo para descansar del esfuerzo cotidiano; así pues
de aquellas saturnales (“las navidades” anteriores al cristianismo), nos ha
llegado la tradición de las bromas del día 28 de diciembre.
Fotografía de https://www.losviajerosdeltiempo.com/
Tras los saturnales, y coincidiendo
con el solsticio de invierno, el 25 de diciembre se adoraba al Dios Sol; “Sol Invictus” es decir el sol victorioso o “inconquistado”,
que vencía a la oscuridad, y a partir de ahí los días eran más largos.
Fotografía de http://hablemosdemitologias.com/
Y volviendo a la tradición cristiana,
¿qué hay de rigor en todo lo contado sobre la matanza de Belén? Pues a ver, la
religión cristiana como el resto de religiones, como también lo eran los
saturnales, o la adoración al Dios Sol, etc…, no dejan de ser un invento de los
hombres; invento que ha sido sometido al devenir de los tiempos, y a la versión
dada a esas invenciones por personas distintas, en momentos históricos diferentes…;
todo eso en la coctelera hace que las historias no encajen bajo argumento
lógico alguno.
Fotografía de https://pulsoslp.com
Que el rey Herodes era un chungo, no
hay duda alguna; fue un tipo sanguinario sin escrúpulos, de hecho, en su
biografía entre otras lindezas aparece que asesinó a sus cuatro hijos…; pero es
difícil que matase a veinte mil niños en Belén en la época del nacimiento de
Jesús: primero porque el censo de población de Belén en esa época era de unos
800 habitantes, pensemos en la alta mortalidad que había en los nacimientos en
aquellos tiempos, por lo que a lo sumo ese año podía haber en Belén entre 10 o
20 niños; así pues la cifra en la matanza se nos ha ido un poco de la manos.
Pero el dato que hace arduo complicado
que Herodes mandase asesinar a los niños en la época de Jesús es que, murió
cuatro años antes del nacimiento de Cristo…
Así que tal
vez, el que nos gastó una buena broma “saturnada”, fue San Tomás, o las personas
que cogieron aquellos escritos apócrifos, otorgándole una autoría, y relatando
una historia inventada….
Fuera como
fuese, somos el fruto de lo que vivimos, de lo que leemos, de lo que
experimentamos, y así mismo de lo que nos han indo transmitiendo nuestros
ancestros generación tras generación…; así que bajo el prisma de lo bello que
es vivir; brindo con vosotros/as por muchas saturnadas, navidades y bromas;
porque como decía la Maestra Celia Cruz
la vida es un carnaval y las penas se van cantando… FINEM