Desde hace unos días, la Comunidad Valenciana está siendo noticia en todos los medios por las dificultades económicas por las que está atravesando, debido fundamentalmente a la nefasta gestión llevada a cabo por los distintos gobiernos autonómicos de los últimos lustros, todos ellos aupados bajo las siglas del Partido Popular.
Ayer escuchaba en un café a un ciudadano que argumentaba, que con todo lo que presuntamente se han repartido, no es raro que las arcas estén más que vacías.
En esta ocasión no me voy a referir a los múltiples casos de corrupción que salpican a las administraciones valencianas, y que sin lugar a dudas tiene que ver con la situación, sino que voy a hacer mención a las pésimas gestiones en algunas cuestiones concretas.
Lo de pagar 15 millones de euros al arquitecto Santiago Calatrava sólo por hacer un proyecto de unos edificios altos, me parece un despropósito, por no calificarlo de timo.
Pero lo que ya es la repanocha y si no fuese porque es real sería hasta una historia de humor, es lo del tema del Aeropuerto de Castellón. El cual lo inauguró el gran Carlos Fabra, (ese señor que tiene colapsada la justicia en Castellón por sus diversas imputaciones en presuntos casos de corrupción) y que hasta el día de hoy es el aeropuerto más puntual de España, ya que no tiene aviones…
Es como dijo Fabra en su inauguración un aeropuerto para pasear…
Pero resulta que el director del aeropuerto sin aviones, (es como una pescadería sin pescado, o una verdulería sin verduras), cobra la friolera de 108.634 euros al año (más de 16 millones de pesetas).
Y la historia esperpéntica sigue en cuanto a que en este aeropuerto se ha contratado a personal con hurones y halcones, para que haciendo labor de cetrería eviten la fauna salvaje que pueda provocar accidentes aéreos…, seguro que lo consiguen. Estas labores cuestan otros 112.000 euros, por cierto cantidad mucho mayor a la que se gasta por estos menesteres en los aeropuertos de Alicante y Valencia con gran volumen de viajes y pasajeros.
A todo ello hay que sumarle el personal que “trabaja” y los servicios de seguridad, para vigilar sobre todo a las liebres y a los gorriones del entorno no sean que manchen las instalaciones.
Y como no podía ser de otra manera con esta clase de dirigentes que sufrimos y padecemos los valencianos, el gran Fabra, a la postre presidente del PP de la provincia de Castellón se le ocurrió que a la entrada de esta gran, barata y rentable instalación que mejor que poner una colosal estatua inspirada en él.
Así pues dicho y hecho, como se dice por aquí “será per diners” y más si éstos (los dineros) son de los contribuyentes.
A la entrada del aeropuerto el escultor Juan Ripollés está terminando de instalar una estatua de hierro cuyo remate está inspirado en la cabeza de Fabra pensando en aviones y aeropuertos…; y digo yo, no habría sigo más digna una estatua de Fabra a lomos de un hermoso corcel como el Cid, Jaume I, o el propio Franco… Una estatuta baratita, solamente cuesta 300.000 euros...
Así pues estimados lectores, con cuestiones como estas, entenderéis lo de la quiebra económica y financiera de las instituciones valencianas, menos mal que nos queda la CAM, Bancaja o el Banco de Valencia;… a no que estos fantásticos gestores también se los han cargado.
Como sigan mucho tiempo dirigiendo los designios de los valencianos estas personas tan maravillosas, ya me veo que nos embargan hasta el Miguelete. (Torre de la catedral de Valencia).
