TORDELPALO |
Como molinés (gentilicio de los nacidos o
residentes en Molina de Aragón), siempre me ha interesado muy mucho lo escrito
por el Ilustre Sr. Don Claro Abánades López. (Nacido en Molina de Aragón en
1879, y fallecido en Madrid en 1974), Abogado y Cronista Oficial de Molina de
Aragón, durante varios lustros; por esta dedicación de investigación y estudio sus
libros y artículos de divulgación se cuentan por decenas; hace unos días
repasaba un ejemplar de la antigua y a mi juicio fantástica revista denominada “Tierra
Molinesa”, en este ejemplar que por casualidad llegó a mis manos, el Cronista
Abánades dedicó unas letras a la aldea de Tordelpalo, en este artículo decía
que se trataba de “un lugar en la carretera de Molina a Monreal, con producción
de cereales y lana…”
Cuestión ésta que a día de hoy sirve de
perfecta descripción introductoria, pues Tordelpalo, se encuentra situada junto
a la Carretera Nacional 211, esa que une Alcolea del Pinar con Tarragona.
Y como indicaba el Maestro Abánades, a día de
hoy sigue siendo un lugar donde la producción del cereal y de la lana son sus
motores económicos, de hecho el trigo y el girasol pueblan hectáreas y hectáreas
de tierras de labor, y las naves para guardar los modernos aperos de labranza
como tractores y cosechadores, rodean el antiguo caserío.
Tampoco es raro ver el ganado deambular tranquilamente por el pequeño otero en el que se asienta la población, denominado Loma Majano.
El alto de este otero en vez de estar presidido por un
castillo, lo está por un depósito de aguas de pequeñas dimensiones, siendo un
lugar perfecto para ver toda la población.
Desde allí se avista con perfecta nitidez las
torres del Alcázar de Molina, así como ese enigmático Castillo, que por aquí
denominamos de Zafra, y que tan famoso se ha hecho ahora por la Serie Juego de
Tronos.
A los pies del cerro o loma Majano, hay una
casa fuerte, cuya fachada principal orienta hacia el norte, lugar perfecto para
que las nieves y los hielos reposen en invierno por días y días; a esta casona en cuyo frente
destaca un gran arco, y dos escudos, se le conoce como la Casona de Cienfuegos.
Junto a la Casona de los Cienfuegos, aparece
una senda, que no es otra sino el antiguo camino que conduce a Molina; justo
antes de abandonar la Aldea rodeado de chopos, aparece un pequeño arroyo, que
proveniente de la Sierra de Caldereros, aporta el líquido elemento al lavadero
del pueblo.
Este arroyo en apenas unos kilómetros transforma las suaves parameras del pedregal, en un rocoso barranco, denominado de la Sereda, lugar ideal para la nidificación de rapaces como el búho real; finalmente este arroyo tras pasar por Aldehuela, pone fin a su periplo en el pueblo de Chera, aportando sus aguas al río Gallo.
Desde la población surgen varios caminos, unos
que van en dirección a sus vecinos Chera y Aldehuela, otro que va hacia Molina vía
Castilnuevo o vía ermita de la Virgen del Gavilán, y otros que van hacia la
Sierra de Caldereros donde los robledales son la tónica habitual; en esa zona,
la vetas de piedra de rodeno abundan, de ahí que haya sido esta materia prima,
la más utilizada para la construcción de sus casas y pajares, dando a la población un
tono rojizo de gran belleza.
Incluso el edificio más importante de la
población que es la Iglesia está fabricada con dicho material. Ésta está
abocada a la Virgen de la Asunción, y su construcción data del siglo XVIII, sus
dimensiones son grandes en proporción con las de la población, construida en
una sola nave, a los pies de la misma está la torre-espadaña, cuyas dos grandes
campanas suenan los días de fiesta, sobre todo el 16 de agosto, mientras la
imagen de San Roque es sacada a hombros por las calles de la población; y
parece ser que debido a la orografía, y la ubicación del campanario, el tañer
de sendas campanas se oye en el resto de poblaciones cercanas.
Y por cierto hablando de la Iglesia, según
cuenta la tradición popular y así mismo explicaba Don Claro Abánades, el nombre
del pueblo deriva del hecho de que cuando se construyeron las primeras casas,
los habitantes del lugar decidieron erigir una pequeña capilla, a la cual le
adhesionaron una torre fabricada de madera (Torre de palo, Tordelpalo).
Pasear por sus calles, lo es pasear
por la tranquilidad, el sosiego, pero también por el realismo de ese problema
que acecha a la España rural y que es la gran despoblación, de hecho el
Ministerio del Interior arroja unos datos en los que indica que Tordelpalo en la
actualidad ( 2017) cuenta con una población censada de quince habitantes…
En frente del caserío, como desafiando en
altura al otero del Majano se encuentran las antiguas eras, es decir ese lugar
donde a finales del estío, se arrojaba el trigo, y las gentes del lugar subidos
en un trillo y con un mulo como motor, separaban la paja del grano; cual
complicado sería contarles a todos estos laboriosos de la tierra, que a día de
hoy los mulos están en peligro de extinción, y que los trillos son elemento de museo…
http://tordelpalo.blogspot.com.es/p/fotos-antiguas.html |
Tordelpalo en en el siglo XIX, se convirtió en
pedanía de la vecina Anchuela del Pedregal; siendo adheridas ambas poblaciones
a finales del siglo XX a Molina de Aragón, convirtiéndose desde entonces en
barrios pedáneos de la misma.
Os decía antes que desde Tordelpalo surgen
varios caminos, y que dos se dirigen a Molina, uno por Castilnuevo, y otro que
pasa por la ermita de la Virgen del Gavilán.
Se trata de un pequeño ermitorio, de origen
medieval, que se amplió en el siglo XVIII, el cual contaba con aposentos para
que viviese el santero, e incluso cuenta con un espacio para los peregrinos que a lo
largo de los años acudían hasta el lugar provenientes de los pueblos de Novella,
Anchuela del Pedregal, y Tordelpalo. Indicando que estos dos últimos siguen
llevando a cabo su romería.
http://tordelpalo.blogspot.com.es/2013/08/ |
De la ermita destaca en
su interior su techumbre de madera con tracería mudéjar, y que parte de
la misma se ha trasladado al coro de la ermita de la Virgen de la Hoz en
Ventosa.
La devoción hacia esta Virgen deriva de la historia que se cuenta en la zona, en la que se dicen que por aquella vaguada, montado a caballo, un jinete de nombre Macandón y de religión judía, exclamaba improperios al cielo, por el hecho de que un gavilán, no dejaba de incordiar al equino; volando a su vera, asustándolo, zigceando en vuelos rasantes, etc… hasta el punto que derribó al hábil jinete en varias ocasiones. Éste desesperado invocó a la Virgen diciendo: “Virgen Santísima líbrame de este animal maligno…” y al momento el gavilán desapareció
La Virgen del Gavilán
representada con María y la rapaz en su
mano derecha enseñándosela a Jesús, se venera en la Iglesia de Anchuela, siendo
trasladada a Molina durante el invierno, para evitar robos, por lo solitario
que queda el pueblo durante los meses de noviembre a mayo; pero la misma también
es adorado por los vecinos de Tordelpalo, siendo la imagen trasladada hasta su
ermita el día de la fiesta.
Termino este post, con
la recomendación de que respiréis pura vida sentados un rato en el otero del
Majano, y que ojalá que esa lacra de la despoblación no termine siendo el punto
final a cientos de años de historia. FINEM.