Hace unos días realizando el Camino de Santiago por tierras asturianas, y viendo vacas lecheras por todos los sitios, nos preguntábamos el grupo de “peregrinos” dónde podríamos tomar un buen vaso de leche fresca y natural recién ordeñada.
Los paisanos de la tierra, nos comentaron que tras el problema de las vacas locas, todo esto se había limitado mucho, y que además todas las pequeñas explotaciones vendían la leche a Central Lechera, por lo que no vendían de forma directa al público.
Así pues ya casi concienciados de que la única leche que tomaríamos sería la que va en tetrabrik, paseando por la bella localidad de Villaviciosa y su populoso mercado de abastos, nos encontramos con una máquina expendedora de leche fresca. Fue una grata sorpresa, porque esa misma mañana habíamos estado hablando del tema de la leche fresca, y porque además ignorábamos que existiesen estas expendedoras.
Máquina expendedora de leche fresca
De todos es conocido el gran problema que están sufriendo los agricultores y ganaderos respecto a los bajos precios que les pagan por sus productos, aunque luego éstos lleguen hinchados al consumidor beneficiándose de ello los intermediarios.
Pues bien para evitar esto, la empresa familiar Los Caserinos, ha colocado unas máquinas que contiene unos 200 litros de leche fresca pasteurizada, en las que puedes comprar un litro de leche por un euro; y en el caso de que no lleves botella, venden envases reutilizables en la propia máquina.
A mi entender es una magnífica idea, para llegar de forma directa al consumidor, proporcionando un producto natural, de mejor calidad y a un precio muy asequible.
Pero además en la propia máquina, hay una serie de teléfonos, para el que desee visitar las instalaciones de forma guiada, y acabar la misma con unas degustaciones.
Así pues que estos “peregrinos” llamamos para ver como ordeñaban las vacas, las cabras y como elaboraban los quesos, que según nos habían dicho tienen fama por la zona.
Cuando llegamos ya estaban esperándonos, puesto que habíamos reservado por teléfono previamente, nos atendió un trabajador de la empresa, que se notaba que vivía con entusiasmo el estar tan en contacto con los animales y el medio natural; Cándido, (así se llama este chico), nos explicó cual es el proceso de reproducción y de crecimiento tanto de las cabras como de las vacas, así como los distintos trabajos que se llevan a cabo a lo largo del día en las granjas y pequeñas explotaciones ganaderas asturianas.
Visitando las instalaciones
Después Alberto (uno de los dueños), y su encantadora madre Mari, nos mostraron como hacían los quesos, tanto los naturales, como los ahumados, o los denominados “a la sidra”, y con ello además nos ofrecieron una exquisita degustación de todos ellos.
Mari y Alberto
De igual manera nos invitaron a un buen arroz con leche, de los que por allí comercializan.
Las razones de contaros todo esto son varias: por un lado la de reconocer el esfuerzo de personas emprendedoras que pese a las adversidades a las que las leyes de mercado y la competencia les someten, saben salir adelante con nuevas ideas, arriesgando capital, pero siendo innovadores y valientes, y pensando en última instancia en el consumidor.
Y por otro lado la de recomendándoos si vais por la ciudad de Villaviciosa en el Principado de Asturias, que hagáis una visita a la granja de los Caserinos, estoy seguro que no os dejará indiferentes, sobre todo si probáis su arroz con leche…
En el siguiente enlace podéis obtener más información sobre esta empresa familiar y sus iniciativas: http://www.loscaserinos.com/index.shtml