Y ayer cientos de cabalgatas se celebraban a lo largo y ancho de nuestro país, yendo en sus majestuosas carrozas, los Reyes Magos de Oriente que la noche del 5 al 6 de enero, han dejado regalos por doquier, haciendo felices a grandes y pequeños.
En este post, trato de contaros de dónde viene esta tradición y qué fue de aquellos sabios de oriente:
La verdad es que en la Biblia a penas se habla de ellos, solamente en el
Evangelio de San Mateo se les nombra; y sólo habla de magos, en ninguna parte
indica que se trate de Reyes, ni de que fueran tres; tampoco se mencionan sus
nombres ni el día que supuestamente se postraron ante el niño Jesús; también habla de que estuvieron con Herodes, y que éste les preguntó por el tal Jesús; aunque esto debió ser complicado porque Herodes murió cuatro años antes del nacimiento de Jesús...
La cosa es que la tradición ha estimado que eran tres por la cantidad de
regalos obsequiados; regalos que también tienen su simbología:
- El oro es el símbolo de la realeza.
- El incienso, representa la naturaleza divina de Jesús; empleado en el culto a los Dioses.
- Y la mirra, es un embalsamador de cadáveres, pudiendo entenderse este obsequio como una premonición de la Pasión y Muerte de Jesús.
El Evangelio
de San Mateo dice que: “nacido pues Jesús en Belén de Judá en los días del Rey
Herodes, llegaron del oriente a Jerusalén unos Magos diciendo, ¿Dónde está el
Rey de los Judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en oriente y
hemos venido a adorarlo; y al entrar en la casa vieron al niño con su madre María,
y postrándose lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron regalos:
oro, incienso y mirra.”
El término Magos, se
utilizaba en esta época para denominar a las personas sabias o de ciencia; San
Mateo en su Evangelio trata de explicar que son astrónomos que conocen a la
perfección el movimiento de una estrella.
Los historiadores de la
Biblia, han aceptado de forma generalizada, que aquellos sabios, pertenecían a
la Religión de Zoroastro.
Posteriormente la Iglesia
trató de explicar, a través de la figura de aquellos hombres de ciencia, la
reconversión al cristianismo de todas las culturas anteriormente paganas.
Ya en el siglo V; el Papa León
I el Magno, estableció como dogma, que los Magos de Oriente, eran tres; y lo
estableció así para toda la cristiandad; sin embargo los armenios en esa misma
época aluden a que eran doce los sabios de Oriente, y le atribuyen doce nombres
diferentes.
Cien años después, a mitad
del siglo VI, en la iglesia de San Apolinar el Nuevo en Rávena (Italia);
aparece un mosaico, donde por primera vez se establece un nombre a los Magos de
Oriente, y que son los de Melchor, Gaspar y Baltasar. (Y por cierto en la pintura, los tres Magos son blancos.)
Hacia el año 700, ya en
pleno siglo VIII; el monje benedictino de origen británico, Beda el Venerable;
alude a las características físicas de los tres Sabios; indicando que
Melchor era un anciano de cabellos
blancos y larga barba del mismo color, Gaspar más joven y rubio y Baltasar, un
señor de tez morena. De esta forma Beda pretendía que en la figura de aquellos
tres Magos, estuviesen representados los tres continentes, Europa (Melchor),
Asia (Gaspar) y África (Baltasar), el mundo que en aquella época se conocía, y
así representar que la soberanía de Jesucristo recaía sobre todas las razas y
tierras del mundo; es a partir del siglo XV, cuando a Baltasar lo empiezan a
representar como una persona de raza negra.
En la ciudad de Colonia
(Alemania), se veneran los supuestos restos de los Reyes Magos, en una urna
dorada colocada en el altar mayor.
Estas reliquias fueron
trasladas hasta la ciudad alemana en 1162, como parte de un botín cuando
Federico Barbarroja, Emperador del Sacro Imperio Romano - Germánico asoló el
norte de Italia, las sustrajo de la Basílica de San Eustorgio de Milán, en la
cual se veneraban desde el siglo IV.
La Biblia alude que a los
Magos de Oriente los guía una estrella hasta Belén; es en el año 1305, cuando
el pintor Florentino Giotto en su Adoración a los Reyes Magos, incorpora por
primera vez al imaginario la famosa estrella fugaz.
En realidad lo que Giotto
pintó fue el cometa Halley, que ese año pasó por Europa, causando gran
impresión en la población, quedando patente en cientos de escritos de cronistas
de la época.
Con el tiempo la
cristiandad decidió celebrar la festividad de los Reyes Magos el día de la
epifanía; es decir el día que Jesús toma una presencia humana, es decir que se
da a conocer.
El Papa emérito Benedicto
XVI, en su libro “La infancia de Jesús”, aludía a que los Reyes Magos podían
provenir del mítico Reino de Tartessos; una civilización que se encontraba en
el triángulo que hoy forman las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz… ¿os
imagináis que los Reyes Magos fuesen andaluces? Molaría mucho.
Fuera como fuese, las
crónicas con respecto a qué fue de aquellos sabios tras su adoración a Jesús,
es confusa y variada. La mayoritaria dice que se convirtieron al cristianismo y
que incluso llegaron a ser obispos; de ahí que luego los romanos los
persiguieran y asesinaran, y puestos parece ser en la misma tumba.
Y tras contaros estas cosas continuaremos con la tradición y nos comeremos un buen trozo de roscón
de reyes, pastel que viene de la tradición romana de celebrar la saturnalia, es
decir la fiesta que se celebraba en diciembre en honor a Saturno (Dios de la
Agricultura).
Cuando el Emperador
Constantino se convirtió al cristianismo, modificó en el calendario festivo
oficial, la saturnalia por las navidades, y aquel pastel dulce, hecho con
higos, dátiles y miel que se hacía por esta
fiesta dio paso a lo que hoy es el roscón de Reyes.
Y con todo esto, os deseo que
disfrutéis con vuestros regalos, recodándoos que las mejores cosas, no cuestan
dinero. FINEM
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