Hasta hace unos días cuando visité la ciudad de Granada,
nunca había oído hablar del tal Whashington Irving; luego gracias al regalo que
me hizo un buen amigo, ya he sabido que era un diplomático norteamericano,
historiador y viajero, que llegó a la ciudad de la Alhambra en la primavera del
1829.
Su lugar de residencia fue el propio complejo donde se hallaba la antigua corte
nazarí del Reino de Granada, allí entre esos muros, acompañado de los relatos
que el vecindario le contaba, y con la ayuda de los cronistas musulmanes,
encontró la inspiración para escribir “Cuentos de la Alhambra”, estando éstos a
caballo entre la historia y la leyenda, y siendo a día de hoy historia
universal.
Y es que no es de extrañar que Irving se enamorase de la
Alhambra y de Granada; como antes lo habían hecho los propios Reyes Católicos;
la propia Isabel I de Castilla, en sus testamento realizado en Medina del Campo
(Valladolid) en octubre de 1504, había
pedido que: “e quiero e mando que mi cuerpo sea sepultado en el Monasterio de
Sanct Francisco que es en la Alhambra, de la cibdad de Granada…” siendo
trasladada allí desde Medina del Campo donde murió; en una dificultosa y legendaria travesía
de veintitrés jornadas, de un helador mes de diciembre de 1504
tumba de Isabel I de Castilla en la Alhambra
Antes habían llorado y no poco por la ciudad Granada; cuenta
la historioa que el Rey chico como le
llamaban sus súbditos es decir Boabdil (el último Emir de Granada), cuando huía
con sus huestes en dirección a las Alpujarras, tas haber firmado las capitulaciones
y haber entregado la ciudad a los reyes Católicos, tras pasar la última colina
en la que se pierde de vista Granada en
dirección a Motril, lloró de forma desconsolada; conociéndose a este lugar a
día de hoy como el puerto del “suspiro del moro”…
Y es que Granada no deja indiferente, es una ciudad mediana,
tranquila, pero con toda clase de servicios, en la que se ha sabido mezclar de
forma perfecta la modernidad y la practicidad con el respeto al patrimonio, a
los monumentos, a las formas de sus calles y barriadas etc…
Su modo de vida, unido al carácter de los andaluces, hacen
que en Granada pese a tener la calle de los Tristes, esta cualidad apenas exista.
Pasear por barrios como el Albaicín, el Realejo o la antigua “Bib
arrambla”, donde hoy se asientan la Catedral o la Capilla Real entre otros,
supone un revulsivo para los sentidos.
Y hablando de sentidos y más concretamente del sentido de la
vista, hay un dicho popular en la ciudad que viene a decir “Dale limosna mujer,
que no hay en la vida nada, como la pena de ser ciego en Granada…”.
Y que os voy a contar de la Alhambra ese complejo palaciego y
defensivo, situado en lo alto de la colina de la Alsabica, y donde la corte
nazarí vivió y gobernó los designios del
Reino de Granada desde el siglo XIII hasta finales del XV.
Posteriormente y tras la toma de Granada por las huestes
cristianas, el emperador Carlos I de España y V de Alemania, nieto de los Reyes
Católicos, y enamorado del lugar, decidió realizar en cierta manera un homenaje
a la Alhambra construyendo su palacio junto al complejo nazarí.
Palacio de Carlos V |
De esta época es también la Capilla Real donde se trasladaron
los restos de los Reyes Católicos y de su hija y yerno: Juana “la loca” y
Felipe “el hermoso”.
Capilla Real
Y es que Granada tiene algo, tiene un embrujo especial, algo
que te lleva a la inspiración, no en vano es la tierra, y seguro que no es
casualidad de grandes notables como Manuel
de Falla, Francisco de Ayala, Enrique Morente, Miguel Ríos,
Carlos Cano, o García Lorca…; grandes artistas y literatos que sin lugar
a dudas se han inspirado entre el Darro y el Genil, para el goce y disfrute universal
de la humanidad.
Pasear por Granada, pasear por sus calles, es pasear por la
historia de España, amor y desamor, lealtades y traiciones, religiones y
ambiciones, han sido los cinceles que han compuesto a la actual ciudad de la
Alhmabra.
Decía el genial García Lorca que: “Granada es apta para el
sueño y el ensueño, por todas partes limita con lo inefable... Granada será
siempre más plástica que filosófica, más lírica que dramática”.
Y hablando de la plástica y de la lírica, y de no poderse explicar con palabras… ¿puede haber algo más bello que ver ponerse el sol desde el mirador de San Nicolás?, en ese momento mágico donde los últimos rayos de sol “se estrellan” contra la Alhambra para darle sentido a su nombre “la roja”, y llenar de regocijo el cuerpo y el alma.
¿O pasear por las riberas del
Darro por el antiguo camino al cementerio tomando hoy por ello el nombre de
Paseo de los Tristes?
En fin que tal vez por la belleza
del lugar, por los colores del otoño,
por la luna llena, o por la buena compañía, me he convertido en un enamorado
más de Granada.
Ya me lo habían dicho mis
amigas e imprescindibles persona Pilar Berzosa y Carmen Arjona las cuales me
llevaron hasta esta ciudad.
También habían contribuido a ello,
otros buenos amigos como Jesús Carreño y Soco Robles.
Como no Jesús Ariza, Cristina
Jiménez o Ainara Febles
Pero sin lugar a dudas el
que le puso la guinda al pastel fue el tío Dani Sánchez, el cual me fue
explicando cada uno de los monumentos y rincones, con tal pasión y convicción
que no me quedó más remedio que hacerme firme admirador de Granada.
Ya para siempre identificaré
Granada y la Alhambra con estos nombres.
Termino este post recordando lo
que decía el genial Ernest Hemingway:
“Si tuviéramos que visitar una
sola ciudad en España, esa debería ser Granada”.
6 comentarios:
Muy bueno. Eres todo un poeta. Cada día me aportas una razón más para que te quiera y admire un mntón.
Tu si que eres culpable de ser una persona muy, muy especial
Un beso bien grande
Carmen
Muy entusiasta tu descripción de la ciudad. Me alegro mucho que te haya gustado tanto Granada. Es de los sitios que en esta vida hay que ver y disfrutar. Fíjate, si ahora nos admira y sorprende La Alhambra (es lo más bonito que he visto en mi vida) figúrate el contraste de vida que sería y notarían en el siglo XIV. Un abrazo Óscar!
Hay Oscar, no me canso de decirte que eres genial, bueno no, lo siguiente a genial. Que gran persona!!! Vero
Bueno me reitero en lo que ya te han dicho eres genial, a mí tambien me encantó Granada,sobre todo su Alhambra una maravilla.
Veo que ya eres otro apasionado de Granada como yo.
Un abrazo y nos vemos pronto.
Cuanto me alegro de compartir el enamoramiento
Soco
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