La Generalitat Valenciana, no ha sido pródiga en maravillosas políticas hacia el colectivo inmigrante; algunas de sus actuaciones han sido las siguientes:
Por la ausencia de Centros de Acogida en la ciudad de Valencia, un nutrido grupo de inmigrantes, muchos de ellos sin documentación, se asentaron en el antiguo cauce del río Turia, y más concretamente bajo el puente de Ademuz; “la política social que llevó la Generalitat” hacia este colectivo fue la de un desalojo forzoso, rápido y por sorpresa; sabiendo que el asentamiento contaba con más de un año, eso conllevó a la pérdida de material, enseres personales y documentos costosamente conseguidos como pasaportes. (Todo ello a día de hoy está en paradero desconocido.)
No se puede comprender como la tercera ciudad de España en cuanto a población, así como la tercera provincia en el mismo parámetro, no disponga de un centro de acogida o albergue de titularidad municipal que presten una atención integral no sólo a los inmigrantes que lo precisen, sino a otras personas sin hogar que demanden una intervención social a medio plazo.
(Hay que recordar que en 1992, en la población de Puzol, por la concentración de inmigrantes para trabajar en la agricultura, el Ayuntamiento con financiación de la Conselleria de Bienestar Social, creó un centro de atención integral.)
Este artículo no pretende analizar el tema de la inmigración, sino que su intención es mostrar una vez más qué clase de políticas sociales tenemos en Valencia tanto ciudad como Comunidad.
Por la ausencia de Centros de Acogida en la ciudad de Valencia, un nutrido grupo de inmigrantes, muchos de ellos sin documentación, se asentaron en el antiguo cauce del río Turia, y más concretamente bajo el puente de Ademuz; “la política social que llevó la Generalitat” hacia este colectivo fue la de un desalojo forzoso, rápido y por sorpresa; sabiendo que el asentamiento contaba con más de un año, eso conllevó a la pérdida de material, enseres personales y documentos costosamente conseguidos como pasaportes. (Todo ello a día de hoy está en paradero desconocido.)
No se puede comprender como la tercera ciudad de España en cuanto a población, así como la tercera provincia en el mismo parámetro, no disponga de un centro de acogida o albergue de titularidad municipal que presten una atención integral no sólo a los inmigrantes que lo precisen, sino a otras personas sin hogar que demanden una intervención social a medio plazo.
(Hay que recordar que en 1992, en la población de Puzol, por la concentración de inmigrantes para trabajar en la agricultura, el Ayuntamiento con financiación de la Conselleria de Bienestar Social, creó un centro de atención integral.)
Este artículo no pretende analizar el tema de la inmigración, sino que su intención es mostrar una vez más qué clase de políticas sociales tenemos en Valencia tanto ciudad como Comunidad.
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