El Castillet de Millares |
Dicen que es muy importante conocer nuestra historia para
comprender el presente, de ahí que cuando me encuentro con vestigios de tiempos
pasados, siempre tal vez de una manera un tanto idealizada, con la imaginación
viaje a tiempos pretéritos, donde personas de la misma tierra, peleaban hasta
la extenuación por la religión que consideraban la verdadera; también es cierto
que en ocasiones se convivía a la perfección con personas de distinto credo,
pero por desgracia ésta no era la tónica general.
En otras cosas no, pero en este ese aspecto hay que reconocer
que hemos evolucionado para mejor, y la libertad ideológica y de credo ya es un
derecho fundamental, recogido en la carta de los Derechos Humanos de Naciones
Unidas.
Cortes de Pallás |
Una de estas tardes de primavera, hemos estado recorriendo
ese gran macizo montañoso en la provincia de Valencia, denominado del Caroche
(Caroig en valenciano); para en una de sus vertientes y asomado al gran abismo
que suponen los cañones del río Júcar, encontrarnos con los restos de un
castillo, de esos que dan semblanza y recuerdo a esos tiempos pretéritos de los
que os hablaba al principio.
Se trata del denominado “Castillet” de Millares; el nombre de
“castillet”, castillito en castellano, tiene más de acepción cariñosa que de
valor descriptivo, y es que el mismo yergue altivo y omnipresente sobre las
huertas del pueblo de Millares, y así mismo es un mudo vigilante del río Júcar.
Los expertos historiadores no se ponen de acuerdo con la
datación en el origen del mismo; pero sus formas y materiales, no dejan lugar a
duda de que estamos ante un castillo de origen musulmán, la argamasa de los
tapiales, los encofrados y las huellas de las paredes así
lo confirman.
Millares |
Parece ser que su función en un primer momento fue la de una pequeña fortaleza que vigilase
las riberas del río, los caminos circundantes, las zonas de huerta y la propia
aljama de Millares;
con el tiempo el “Castillet”, se convirtió en uno más de
las numerosas construcciones de vigilancia y defensiva que los sarracenos levantaron por la zona;
esto fue así porque el río Júcar se convirtió en frontera natural entre reinos
de Taifas, para luego serlo ya entrado el siglo XIII de culturas entre
cristianos y musulmanes.
El pueblo de Millares, donde se ubica este castillo, junto
con otras dos fortalezas de menor tamaño, fue un importante pueblo en época
árabe; conquistada por las tropas del Rey Jaime Primero en el año 1563; en un
principio se permitió la vivencia de sus moradores con sus creencias y costumbres,
siendo años después de su conquista cristiana, una villa netamente musulmana;
este hecho provocó que el 22 de septiembre del año 1609; el Arzobispo Ribera
decretara su expulsión; pero los millarenses sarracenos no estaban por la labor;
así que junto a los pobladores de los pueblos vecinos se refugiaron en la
denominada Muela de Cortes, una gran montaña situada en torno a los 900 msnm al
norte del macizo del Caroig.
Así en dichas escarpadas montañas de prácticamente nulo
acceso se asentaron los moriscos de los pueblos que conforman el valle de
Ayora, así como los de Bicorp, Cortes de
Pallás, Dos Aguas, y el ya mencionado Millares.
Las tropas cristianas reaccionaron de inmediato; en un primer
momento se intentó la negociación y la rendición pacífica; pero los moradores
de estas tierras, eran duros y agrestes como lo es el terreno, y no cejaban en
su lucha.
Así pues las tropas cristianas, ante la desazón y peligro que
suponía el adentrarse en los bosques de la muela de cortes, decidieron aislar a
los indómitos árabes; rodeando las salidas posibles en dirección a Valencia o
hacia Castilla; esta situación hizo cundir el desánimo en algunos de los
sarracenos que empezaron a desertar de su empeño y entregarse al bando
cristiano.
El día 20 de noviembre de ese 1609, las tropas cristianas,
con Juan de Córdoba a la cabeza, comenzaron a avanzar hacia la muela, asaltando
el castillo de Ruaya con cierta facilidad, momento éste en el que un nutrido
grupo de moriscos ante el hecho imposible de su supervivencia, salió de los
recovecos con dos palos conformando una cruz, anunciando así su rendición, y la sumisión a la capitulaciones cristianas.
Unos días después, el 16 de diciembre de 1609, el
cabecilla de la rebelión de los
moriscos, Vicente Turixi fue ajusticiado por la Santa Inquisición en plaza
pública en la ciudad de Valencia.
Pese a ello cuentan los cronistas de la zona, que hasta bien
entrado el año 1612 hubo moriscos y bandoleros sarracenos en todas estas
montañas.
Posteriormente pese al afán de poblar con familias cristinas
provenientes de Aragón, estas tierras permanecieron prácticamente deshabitadas,
hasta que en torno al año 1917, los caminos
y senderos prácticamente intransitables, y solamente aptos para mula,
comenzaron a convertirse en caminos y carreteritas, para facilitar el paso de
obreros y máquinas a los cañones del río Júcar, para aprovechando la velocidad
y puntual voracidad de sus aguas, producir electricidad, comenzando así una
nueva etapa vital para estas tierras, con la construcción de varias centrales
hidroeléctricas; siendo este ya otro tema, del que hablaremos algún día…
Cortes de Pallás |
La tarde de primavera ha acabado como tal, con una estupenda
tormenta. FINEM.
1 comentario:
Súper interesante y completo artículo. Enhorabuena, Òscar.
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