Estimad@s amig@s y seguidores de este humilde blog, saludaros, tras este periodo de asueto, e inactividad bloguera, y comentaros, que ya estoy de nuevo aquí, como se suele decir dispuesto a darlo todo…
Ayer volví a la ciudad, tras haber pasado casi quince días en el pueblo… aquí ya no se escuchan las campanas llamando a misa, aquí tampoco se escuchan los bandos que dan a través de los altavoces de la iglesia. (Lo común es poner una jota, y a continuación anunciar la llegada de un mercader, de la celebración de un evento, la pérdida de unas llaves, y hasta el fallecimiento de un vecino, etc…).
Tampoco escucho el concierto que los vecinos “grillos” todas las noches daban a los pies de mi ventana, o respiro ese aire puro y fresco que al atardecer, por la noche y sobre todo en el amanecer, lo impregnaba todo, garantizando el descanso nocturno.
Hoy al caminar desde mi casa al trabajo, ya no iba parándome cada dos metros hablando con la gente, o simplemente diciendo buenos días, qué tal va todo… también es verdad que aquí ningún vecino ha controlado a qué hora entras, sales y con quién…
Lo que si es verdad, es que cuando estás una temporada en el pueblo, saboreas esa paz, esa calidad de vida, que las grandes urbes han perdido, y que en el regreso a las mismas, hace que te sientas como un pulpo en un garaje, como fuera de lugar, de repente envuelto en las prisas, el estrés, los coches, etc…
Sólo puedo decir que me siento privilegiado de tener raíces “pueblerinas” y con ello tener un pueblo donde ir.
A los que tenéis pueblo, felicitaros por ello, a los que no, recomendaros que os busquéis uno, y a todos en general, que nos hagamos mirar lo de vivir apiñados en la ciudad, con la gran calidad de vida que hay en las zonas rurales.
Feliz vuelta a todos.
3 comentarios:
Cuánto sabes perillán.
Yo que no tendría problemas en irme a una zona de esas que los envidiosos encajonados en grandes ciudades llamamos, con envidia -o pero aún con ignorancia- "rural", me quedo pues mi santa esposa asegura que no podría estar lejos de la urbe. Bueno, entre otras cosas su curre sí es muy urbanita.
A menudo tengo, no ya ese sueño -es despierto- sino esa visión -la podría dibujar- de salir por la noche de una casa de piedra, mientras veo cómo brilla la humedad sobre los adoquines, brilla tenuemente una estrella de Navidad de esas con bombillitas y cola de ccometa, suspendida sobre un puentecilloy mecida por el viento. Mientars, de la casa de la que he salido -para qué? Pues para ver esto!- y de otras salen borrosos los sonidos de las conversaciones de familias de un día cualquiera pocos antes o después de Nochebuena.
No sé si me lo he imaginado, lo he vivido o probablemente lo recuerdo de un anuncio de Nescafé. Aunque xasi seguro una mezcla de las tres cosas. Imagino que ahí importarán tan poco o tan mucho los trajeados cenutrios que nos gobiernan, como aquí. Pero seguramente se notará menos...
En todo caso es algo a lo que no renuncio definitivamente y me pone mil veces más que una playa de Cancín o Las Maldivas.
Saludos desde ela doquín fresquito.
El Sapo
Jajaja, muy ocurrente lo de tu sueño, sí tiene pinta de anuncio eh jajaja.
Bueno Sapo pues cuando quieras te invito a pasar el día, un buen asado de chuletas y embutido cae fijo.
Estamos en comunicación.
PERO CUÁNTOS PUEBLOS TIENES?eSE NO ES TU PUEBLO DE CUENCA ESTOY SEGURO...JEJEJE.
Es cierto que nada hay mejor que tener un pueblo. BS.
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