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martes, 30 de agosto de 2011

UN PASEO POR UNA MINA ROMANA EN CUEVA DE HIERRO




Junto a la comarca de Molina de Aragón-Alto Tajo y ya dentro de la provincia de Cuenca, se encuentra un pequeño municipio cuyo nombre Cueva de Hierro, ya es premonitorio de lo que allí nos vamos a encontrar.

Desde hacía tiempo había tenido intención de visitar la cueva que allí se encuentra y que no es otra cosa, sino una antigua mina de hierro; pero las veces que acudí me encontré con las instalaciones cerradas; hace un par de días acudí desde Molina y tuvimos suerte, estaba abierto.
La mina es de origen prerromano, pero tuvo su máximo esplendor en la época romana.
Resulta que en la época romana no existía el cristal, así pues en las ventanas colocaban lo que popularmente se denomina espejuelo, es decir un yeso cristalizado que en láminas muy finas hace las funciones de cristal, dejando pasar la luz e incluso la imagen.
Espejuelo
La ciudad romana de Segóbriga se dedicaba a la venta y comercialización de este muy solicitado y caro mineral, que se encontraba en los alrededores de la misma; pero para poder obtener éste de las entrañas de la tierra necesitaban herramientas de hierro, hierro que extraían de la mina de Cueva de Hierro.
Segóbriga
Posteriormente el hierro se utilizaba para armas, trabajos de forja, etc…
Así pues en la visita por un módico precio de 4 euros te enseñan las galerías de origen romano, y las de épocas más modernas, muchas de ellas llenas de escombro; y es que la mina dejó de funcionar como tal, allá por el año 1963.
En 1998 el Ayuntamiento de Cueva de Hierro y el Gobierno de Castilla la Mancha decidieron transformar esta mina en un centro turístico.
Alex que así se llama el guía que nos enseñó la mina, dio toda clase de detalles sobre como se vivía en la época romana, como extraían el hierro, o de qué manera y por qué calzadas los comercializaban.
Dentro de la mina pese a la iluminación, es fácil desorientarse e incluso perderse pues hay infinidad de recovecos y galerías de formas parecidas, caracterizadas todas ellas por las betas de hierro, y las diversas tonalidades de óxido que las rodean.
Galerías y recovecos
En mitad de la mina y a unos 140 metros de profundidad, existe un manantial, que parece ser proveía de agua a los trabajadores de la mina; según nos contó Alex, allí por las pequeñas dimensiones de los huecos y la no excesiva dureza de los minerales, trabajaban en la extracción niños de 6 a 10 años, todos ellos esclavos romanos, que vivían a lo largo del año dentro de la cueva, y por eso bebían de este manantial al que le construyeron una pequeña pila para retener el líquido elemento. Parece ser que sólo salían de la cueva cuando enfermaban o para dormir al raso en los meses estivales.
Manantial y pileta
Dentro de la cueva hay una temperatura constante de 16 grados, y un alto índice de humedad en verano que baja en los meses de invierno.
En la misma, no hay vida vegetal al menos de forma aparente, aunque sí mucha animal; las madrigueras de conejos se cuentan por miles, y por lo tanto como hay comida también hay depredadores como garduñas y zorros. Los techos están poblados de murciélagos, que debido a tanta visita humana, se esconden en las galerías más recónditas y alejadas.
Tras visitar la mina, saliendo de ella por otra obertura distinta a la que habíamos accedido, el guía nos acompañó hasta un antigua paridera, reconvertida en un Centro de Interpretación de la Minería; donde se puede observar la evolución de la misma desde la época romana hasta nuestros días, concluyendo la visita con un interesante documental muy esclarecedor e ilustrativo.
Centro de Interpretación de la Minería
Una curiosidad que ocurrió durante la visita es que al entrar nos proveyeron de unos cascos con linternas, por si dentro se iba la luz de los focos que alumbran las galerías y cavidades, arguyendo el guía que nunca se iba la luz; pues bien, finalizando la visita, nos quedamos a muchos metros de profundidad en la total penumbra… la sensación increíble.

Pardo senior y junior con los cascos antes de entrar en la mina.
En penumbra a 143 metros de profundidad

En el siguiente enlace podéis obtener más información sobre las horas de visita, información sobre la mina, etc…
Saliendo de la mina
Desde este humilde blog, mi recomendación de visitar la antigua mina de Cueva de Hierro en Cuenca, seguro que no os deja indiferentes.

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