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viernes, 30 de noviembre de 2012

RECOLECCIÓN DE SETAS. Una buena excusa para salir al campo.



 
Muchas veces se dice que somos lo que comemos, y que por ende debemos comer lo mejor posible  para así mismo tener una salud de hierro y con ello una vida en total plenitud.
Todo esto para contaros de la que es una mis mayores aficiones desde pequeño, que se practica de año en año, y no todos los años, ya que depende de la climatología; de lo lluvioso o no que sea el final del verano y el comienzo del otoño, y de la tardanza de llegar los primeros fríos.
Tal vez porque en el pueblo donde nací y crecí hasta los dieciséis años se crían de forma abundante, y tal vez porque mi familia, de siempre me enseño a acercarme al campo con cariño y respeto, soy un gran aficionado a la recolección de hongos y setas. 
 
Nada que ver con mi hermano mayor, Antonio Pardo, el cual es todo un lechado en sabiduría micológica, pero en lo que es lo básico me voy defendiendo.
Os decía lo de comer sano, porque la mayoría de estos productos tienen grandes propiedades nutritivas, el caso del níscalo, que es el hongo más buscado y apreciado sobre todo en las tierras levantinas, es un gran aliado contra el estrés y las migrañas, por su alto índice en vitamina B 5, tan beneficiosa para estas cuestiones.

De siempre con respecto al tema de la recolección de hongos me ha gustado mucho más buscarlos que comerlos, cosa que tampoco me desagrada. Y es que salir a los pinares de la zona de Molina de Aragón supone todo un revulsivo para los sentidos; los aromas, los colores, la comodidad del terren falto de maleza e impedimentos, convierten la búsqueda de estas preciadas “verduras” en un paseo reconfortante.









Siempre pienso que a las fotos de parajes, les falta el sonido y el olor, y algo parecido pasa en estas fotos que os adjunto; el olor a tomillo y romero, a los rosales silvestres, a las jaras con las hojas frescas del rocío nocturno,  a la pinocha mojada, o a los propios hongos te transportan a un mundo ajeno a la cotidianidad, sin móviles, sin prisas, sin bocinas de los coches, etc…, lo único que se escuchan son decenas de piares provenientes de cientos de pájaros que revolotean entre las ramas, interrumpidos alguna vez por el martilleo del pájaro carpintero, algún cuco, incluso los cárabos a última hora del día…; cuando vuelvo a la gran ciudad de hacer este tipo de prácticas, así como ir a pescar al río Tajo o Gallo, pienso si compensan las luces de la ciudad ante las grandes cosas que aportan las estancias en un pueblo, viviendo tan en contacto y tan involucrados con el medio natural.
 

 
 Pinar y Torre de Aragón, Molina de Aragón
Un cosa que me enfada mucho cuando salgo al campo, y esto ocurre mucho en los pinares cuando se reproducen los hongos, es la cantidad de gente, que va con el ansia del negocio, destrozando todo por donde pasa; eso de utilizar rastrillos y hoces para mover la hojarasca de los árboles por si debajo hay alguna seta que replegar, supone destrozar el suelo y los micelios garantizándose de esta manera la menor producción de hongos y setas en próximas temporadas…; por no hablar de bolsas, papel de aluminio, latas o botellas que adornan las cunetas de las carreteras, o las zonas de parada y descanso …

Cuando se va al campo como a cualquier otro lugar donde se acuda, se debe de cuidar y respetar al máximo, con el objetivo de que cuando nos vayamos de allí, no haya ningún rastro de nuestra estancia en ese lugar; porque además todas estas cuestiones como por ejemplo los restos de botellas o cristales, pueden ser aliados perfectos para producirse un incendio forestal.
Es fundamental cuando se sale a por hongos, setas, etc…, llevar una cesta en vez de bolsa o cubo, ya que de esta manera las esporas que caen de las mismas garantizarán la reproducción de nuevos ejemplares.
 
En conclusión que lo que hoy os trato de decir son varias cosas: y es que hay pocas cosas más saludables que dar un paseo por el campo, que el medio natural pone muchas cosas a nuestra disposición para disfrutar de él, y que entre todos debemos de cuidar y respetar para que las generaciones futuras también puedan disfrutar de estas grandes cosas.
Por lo demás y así mismo mostraros para poneros los dientes largos… la buena recolección de níscalos que hicimos por los montes de Molina de Aragón (Guadalajara)
 

Cuando queráis nos vemos y nos hacemos una excursión campestre.
Feliz día y buena suerte.

martes, 26 de octubre de 2010

TALAYUELAS CELEBRA UNAS JORNADAS MICOLÓGICAS



Al este de la provincia de Cuenca en la denominada comarca del Marquesado de Moya, y tocando con las comarcas valencianas del Rincón de Ademuz y la Plana de Utiel – Requena; se encuentra la serrana población de Talayuelas; un bonito pueblo que se asienta entre campos de viñedos, cereal e inmensos pinares.

Todo lo anterior, para contaros que el pasado fin de semana en dicha población se celebraron unas jornadas micológicas así como una feria comarcal, a las que tuve el placer de asistir.

La jornada micológica quedó un tanto deslucida por el hecho de que apenas habían nacido setas y hongos en los entornos de la población, lo que empobreció en buena medida la recolección de los mismos, y la participación de los asistentes en la salida al campo.

Pero pese a esta vicisitud, muchos fueron los que trajeron especies de fuera, que permitieron que se hiciese una muy digna exposición sobre distintas especies tanto comestibles, como tóxicas, e incluso mortales.

EXPOSICIÓN MICOLÓGICA

Varios expertos en la materia dieron charlas sobre como recolectarlos, consejos a seguir, o las propiedades culinarias y nutritivas de las distintas especies.

Además las jornadas micológicas se habían acompañado de la celebración de una muy bien montada y organizada feria comarcal, donde se vendían productos de la tierra, desde pan y embutidos, a zurcidos, miel, esencias, jabones, etc…

Tuvimos el lujo de hablar con varios de los mercaderes, como un colmenero que nos contó que él era la cuarta generación de apicultores y que tenía más de 2.000 colmenas, vendía miel y decenas de productos derivados de la misma.

COLMENA

O un cestero que procedía de Fuentelespino de Moya, y que nos contó como recogía el mimbre bien en Cuenca o Priego, y a través de que procesos lo iba adaptando y dando forma para hacer todo tipo de cestos y muebles.

CESTERO

También un alfarero del propio Talayuelas que hacía botijos y jarras de arcilla como si de churros se tratara.

ALFARERO

Las amas de casa de la localidad habían hecho bolsas de pan, patucos para bebés, o cuadros elaborados con miga de pan.

La verdad es que hubo muy buen ambiente, y me pareció una estupenda iniciativa que además de generar ocio, son una fuente de riqueza y publicidad para estos pueblos con un gran potencial y que tantas cosas pueden aportar.

AMBIENTE FERIA COMARCAL

Como suelo hacer cuando os hablo de algún lugar o evento, recomendaros encarecidamente la visita a esta bella comarca conquense.



martes, 19 de octubre de 2010

RECOLECTANDO HONGOS POR MOLINA DE ARAGÓN


BOSQUES DEL ALTO TAJO

Los que me conocéis bien en persona, o bien a través de la blogosfera, sabéis como decía la canción del tractor amarillo que “que soy hombre de campo”… más bien de pueblo, o como suelo decir en plan de cachondeo, “semos de apueblo”; todo esto para explicaros que el pasado fin de semana pude disfrutar de una afición que tengo desde niño, y que no es otra sino la recolección de hongos y setas.

NIZCALOS

Desde pequeño iba con mi familia a los hermosos y frondosos pinares que rodean mi pueblo Molina de Aragón, (Guadalajara) y desde entonces tengo esta afición.

Pues bien como os decía al principio, este fin de semana estuve de nuevo con amigos y familia paseando por los montes molineses y recolectando algunas setas, que luego cocinamos asados a la plancha con un poco de aceite crudo y sal gorda siendo esto una delicatessen como pocas.

Estando en estos menesteres me encontré con vecinos y paisanos de la zona, que uno tras otro mostraban el gran descontento respecto a muchos buscadores que venían de fuera, sobre todo de la zona de Levante, debido a que usaban artilugios como hoces y rastrillos que prácticamente labraban el suelo del bosque, estropeando todo su lecho, e impidiendo la salida de más setas.

De igual manera se quejaban de la basura que arrojaban a lo largo y ancho de todo el pinar; y que venían a recolectar las setas con finalidades lucrativas, exentas del control del fisco.

Realmente no hacía falta que nadie me lo hubiese comentado, pues yo mismo presencié como varios recolectores, utilizaban un rastrillo en torno a las jaras y tomillos, y como además habían tirado varias latas de refrescos tras habérselas bebido.

Creo que el monte es de todos, y de igual manera considero que todo el mundo tiene derecho a recolectar unos hongos, setas, rebollones o como quisiéramos llamarles; pero que esto debe hacerse con el máximo respeto al entorno, dejando el bosque y el medio natural en el mismo estado en el que se ha encontrado; y por supuesto dejando la avaricia lucrativa en casa.

Con todas estas malas prácticas al final se va a conseguir que se creen cotos de recolección en las zonas reproductoras, y que cada vez estén más limitadas las salidas a los bosques públicos.

Espero que poco a poco entre el raciocinio y la cordura, para que nuestros montes y bosques estén cada día más hermosos y vivos, y con ello podamos disfrutar más de ellos, no sólo nosotros sino también las generaciones futuras.

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