Con la excusa de la crisis por todos los sitios aparecen economistas, expertos, instituciones y “videntes”, que vislumbran por donde o que caminos se va a situar nuestra economía, y de igual manera aconsejan hacia donde debemos de ir o no para paliar los efectos de la misma, y encaminarnos hacia la salida de la misma. Pero lo cierto es que ningún experto, ni ningún organismo aciertan nada de lo que va a ocurrir, y así llevamos al menos un año y medio, donde siempre ocurre todo lo contrario de lo que dicen unos y otros; y es que en gran medida a mi juicio el sistema económico se sustenta en la confianza y en el estado de ánimo de los consumidores, hecho este el que hace que nadie acierte con sus pronósticos.
Por eso creo que son esenciales los mensajes de optimismo y de animar a la ciudadanía a consumir, para de alguna manera comenzar a reactivar la economía tan frenada entre otras cosas por la sensación de psicosis y miedo general que atenaza a la sociedad.
Comentarios como el de que: “necesito comprarme un coche, y podría hacerlo, pero con la crisis…, casi me espero” , son cotidianos, y un claro ejemplo a grandes rasgos de lo que está sucediendo, y uno de los factores que hacen que la economía no se reactive.
Si no hay consumo, los empresarios, no necesitan trabajadores y éstos van al paro, y así, se convierte en un círculo vicioso, del que es difícil salir.
También es verdad que con el pretexto de la crisis económica, muchos empresarios están apretando a sus trabajadores, reduciendo sueldo, quitando vacaciones (hecho este totalmente prohibido por el Estatuto de los Trabajadores), o quitando condiciones beneficiosas.
De igual manera también hay trabajadores, que quieren un gran sueldo, sin tener que doblar el lomo… cosa que no es posible ni ahora ni antes de la crisis. Siempre le digo a una amiga que está en este caso: “mira… el puesto de Duquesa de Alba ya está pillado…”
Hoy la Patronal, ha vuelto a mi juicio a mostrarse totalmente desafortunada, al proponer un contrato para los menores de 30 años, donde éstos no tuvieran derecho ninguno.
El modelo contractual planteado, conllevaría la no cotización en la Seguridad Social, hecho este que iría en contra de lo que se quiere, por las necesidades de subsidio que el Estado necesita, y de igual manera, en caso de despido, el trabajador no tendría ni indemnización, ni prestación por desempleo…
Desde luego no creo que este planeamiento, ni la vuelta al modelo contractual de los esclavos del antiguo Egipto, sean la solución a esta crisis.
En mi opinión, a día de hoy es muy importante el esfuerzo y el sacrificio de todos en varias direcciones, para conseguir el equilibrio preciso que necesitamos para tirar adelante.
Pidiendo a las fuerzas políticas seriedad, responsabilidad y no hacer demagogia y estrategia como consecuencia de la crisis, creyendo que así van a sacar más o menos votos.
Estoy seguro que entre todos podremos salir adelante.