Pero ya se sabe y de todos es conocido, que los temas de educación, sanidad, y bienestar social, no son el fuerte del Gobierno Valenciano.
Pues bien, tras un sinfín de llamadas desde la entidad al Ayuntamiento, o por fin éste a través un funcionario, les ha trasladado la negativa de autorización, para instalar megafonía, pantallas, ni elemento alguno que pueda molestar a los trabajadores de las instituciones aledañas, dígase Generalitat Valenciana, Diputación de Valencia, e incluso al Arzobispado…
Es curioso la manipulación de un PP valenciano, que llenan sus mítines con banderas valencianas (señeras), que acompañan al Presidente de la Generalitat a los juzgados con estas mismas banderas, y que luego prohíban un acto que pretende defender y hacer protagonista, a uno de los símbolos identitários de nuestra tierra como es el idioma valenciano; Desde luego que aquí algo chirría.
Y por último, la ultra conservadora y defensora del matrimonio entre hombre y mujer Rita Barberá, ha vuelto a mostrar su talante democrático, impidiendo la crítica, la reivindicación, y sobre todo la libertad de expresión. Es curioso que mal lleva esta mujer las críticas.