En 1985 bajo los gobiernos de Felipe González (PSOE) se creó esta ley, la cual despenalizaba el aborto en referencia a unos plazos y siempre que se diesen unas circunstancias, como grave peligro para la vida de la embarazada y para su salud, que el embarazo fuese fruto como consecuencia de una violación, o que el feto tuviese graves taras psíquicas o físicas que hagan muy complicada su gestación y futura vida.
Pero esta ley como todo en el tiempo se quedó obsoleta, por lo que el Gobierno de Rodríguez Zapatero en su primera legislatura (año 2005) optó por reformarla, autorizando la libertad en la interrupción del embarazo en las primeras catorce semanas de gestación, es decir tres meses y medio, de forma análoga como está regulado en las legislaciones del entorno europeo, y plazos más largos cuando se diesen los casos descritos en la ley originaria.
También hubo una modificación que fue la que más conflicto social generó que fue la de que una mujer a partir de los dieciséis años, podría abortar habiendo informado a sus padres o tutores, pero sin la autorización de éstos; también se podía dar el caso de no informar si se alega peligro de violencia intrafamiliar, amenazas, coacciones, malos tratos o una situación de desarraigo o desamparo.
Ahora con la nueva reforma que plantea el Gobierno conservador de Mariano Rajoy, se vuelve a las premisas establecidas en la Ley de 1985, (retroceso de 27 años) que a todas luces, y con los datos en la mano se había quedado totalmente obsoleta. Ya que las dificultades legales, muy alejadas de la realidad del momento provocó la creación de cientos de clínicas abortistas ilegales y clandestinas con todo lo que ello puede acarrear.
Durante los gobiernos de José María Aznar abortaron en España en torno a 500.000 mujeres… la mayoría de ellas en este tipo de establecimientos.
Dicho todo lo anterior planteo varias cuestiones; no creo que el aborto deba de ser utilizado como un medio anticonceptivo, de hecho estoy seguro que esto lo será así en un número muy reducido de casos. Y considero además que es fundamental una adecuada educación sexual desde la infancia para evitar estas situaciones.
Pero del mismo modo, hay que entender este tipo de normativas, como leyes de libertad y autonomía de las mujeres; es decir la ley no obliga a nadie a abortar, además estoy seguro que para nadie es plato de gusto hacerlo, pero del mismo modo, creo que ni el legislador, ni la iglesia, ni las personas más conservadoras, está legitimados para inmiscuirse en la vida privada de ninguna mujer, y no creo que haya que encarcelar a ninguna mujer por haber interrumpido su embarazo.
Así pues mi posición en este tema es; con el máximo respeto a todas las opinones en primer lugar de mucha concienciación y educación sexual, segundo libertad para las mujeres y tercero rechazo a los hipócritas que critican estas prácticas pero que mandaban a sus hijas a Londres para estos mismos fines.
En definitiva, respeto, autonomía y libertad para las mujeres.
