El genial cantautor Ismael Serrano, en su canción “tierna y
dulce historia de amor”, afirma eso de que “como todas las historias de amor,
al menos las más bellas..., la nuestra por supuesto, también acabó en tragedia”.
Y algo así pasó con la historia que hoy os voy relatar, que a caballo entre la tradición oral y la leyenda, cuentan los turolenses que, ocurrió allá por el siglo XIII, en la pequeña y tranquila ciudad del Torico.
Y algo así pasó con la historia que hoy os voy relatar, que a caballo entre la tradición oral y la leyenda, cuentan los turolenses que, ocurrió allá por el siglo XIII, en la pequeña y tranquila ciudad del Torico.
Parece ser que dos jóvenes de familias hidalgas turolenses
desde niños compartían juegos, escapadas y largos paseos por las riberas de los ríos Turia y Alfambra.
Esa relación hizo nacer entre ellos un amor incuestionable que, no
les permitía estar el uno sin la otra y viceversa.
Esta coyuntura les llevó a su deseo de contraer nupcias para
poder pasar juntos el resto de sus vidas.
Pero había un inconveniente, y es que la familia de Diego Martínez de Marcilla que así se llamaba el
chico, pese a la hidalguía y nobleza, estaban pasando por ciertas penurias
económicas, hecho éste que disgustaba al padre de Isabel de Segura, nombre de
la protagonista de esta historia.
Así pues, Diego y el padre de Isabel acordaron que el primero, saldría de Teruel a buscar fortuna, para volver rico y con dote suficiente para
poder contraer matrimonio con su amada Isabel; la cantidad acordada fue la de
30.000 sueldos; y todo ello en un plazo improrrogable de cinco años.
Los Amantes Ciudad Encantada de Cuenca
Dicho y hecho, Diego emigró de Teruel camino de las
contiendas que árabes y cristianos tenían por el sur peninsular por la
conquista y tenencia del territorio bajo una religión u otra.
Los enfrentamientos eran duros, igual que las condiciones de
vida, pero Diego tenía siempre presente el recuerdo de su amada que, le animaba
en continuar con su empresa de recoger el botín acordado.
Mientras Isabel esperaba a su amado rechazando los envites de
hidalgos caballeros turolenses, y añorando el regreso de Diego, para acudir junto a éste al tálamo
nupcial.
Pero el padre de Isabel, creyendo que Diego nunca más
volvería, y para asegurar bienestar y riqueza a su hija y futuros nietos, antes
de acabar el plazo acordado con Diego, ordena la boda de su hija Isabel con el Señor de Azagra, noble importante en la Corte Aragonesa y hermano del Señor de
Albarracín.
Isabel triste y
abatida acepta los deseos de su padre y se celebra una boda con grandes
magnificencias, siendo conocida tal efeméride en todo el reino.
Pero para su desgracia, nada más atravesar las murallas de
Teruel por la Puerta de Daroca, alguien le informa de los acontecimientos que
se están dando; a través de unos vecinos amaña una entrevista con Isabel en el zaguán de la casa de ésta.
Diego incrédulo de lo que le cuentan y bastante emocionado al
reencontrarse con Isabel le pide un beso que,... ésta le rechaza aludiendo a que no
puede, pues ahora se debe a otro hombre…; el infortunado Diego lleno de dolor y
desdicha, palidece, se desploma y cae muerto al suelo…
Al otro día se celebran las exequias fúnebres con los restos
de Diego; cientos de personas acompañan al desventurado amante hacia su última
morada…, al tétrico paso, se suman el sonido del tañer de las campanas, y el
griterío de las plañideras…
Isabel tras las celosías observa el triste acontecimiento compungida
y llena de dolor; exhausta se cubre con
un oscuro manto y sale a la calle, abrumada se abre paso entre la multitud y al
llegar ante los restos de Diego, se abraza al mismo y le da el beso que en vida
le había negado; cuando pretenden separarla del mismo, atónitos todos perciben
que está exánime, es decir sin vida.
Ante aquella indescriptible escena de amor, hubo un unánime
sentir de que ambos amantes estuviesen
juntos en la muerte, ya que en la vida las circunstancias lo habían impedido, y que lo
estuviesen por siempre jamás para toda la eternidad…
Cuentan que en las noches de luna llena, no es difícil verlos
caminar tranquila y sosegadamente por las bellas calles de Teruel…
2 comentarios:
Conozco básicamente la versión romántica de Hartzenbusch... Prefiero la tuya, porque invita a conocer Teruel.
para que vean que teruel existe y es muy bonito lo recomiendo.
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