Dice un castizo refrán español que por “la peana se adora al Santo”; y eso es ni más ni menos lo que están haciendo en el PP valenciano, en torno a la figura de Francisco Camps.
El Presidente del PP valenciano, fue impuesto por su antecesor Eduardo Zaplana, pero incumpliendo esa máxima que dice que es de bien nacidos ser agradecidos, el Sr. Camps “asesinó” políticamente todo aquello que hiciese referencia a su antecesor. Así de forma sibilina y efectiva, acabó con todo el “zaplanismo”.
Por ello que ningún dirigente popular valenciano, se atreva a decirle ni mu al “todopoderoso” Camps, ya que conocen las consecuencias que una contrariedad, o crítica hacia el Pepero mayor les puedo acarrear.
Esto explica que siempre tras de sí lleve una caterva de pelotas y aduladores, que le anuncia lo guapo, lo listo y lo buen gestor que es...
Otra cosa son los números; desde que Gobierna Camps, nos hemos convertido en la Comunidad Autónoma más endeudada de España, y en materia de educación y sanidad, vamos a la cola de la toda la nación. Por no hablar de la inaplicación de las ayudas que concede la Ley de la Dependencia, para las personas que más lo necesitan.
En fin sigamos con el teatro...
El Presidente del PP valenciano, fue impuesto por su antecesor Eduardo Zaplana, pero incumpliendo esa máxima que dice que es de bien nacidos ser agradecidos, el Sr. Camps “asesinó” políticamente todo aquello que hiciese referencia a su antecesor. Así de forma sibilina y efectiva, acabó con todo el “zaplanismo”.
Por ello que ningún dirigente popular valenciano, se atreva a decirle ni mu al “todopoderoso” Camps, ya que conocen las consecuencias que una contrariedad, o crítica hacia el Pepero mayor les puedo acarrear.
Esto explica que siempre tras de sí lleve una caterva de pelotas y aduladores, que le anuncia lo guapo, lo listo y lo buen gestor que es...
Otra cosa son los números; desde que Gobierna Camps, nos hemos convertido en la Comunidad Autónoma más endeudada de España, y en materia de educación y sanidad, vamos a la cola de la toda la nación. Por no hablar de la inaplicación de las ayudas que concede la Ley de la Dependencia, para las personas que más lo necesitan.
En fin sigamos con el teatro...
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