Tras las últimas revelaciones del Diario el Mundo sobre los
presuntos y enormes casos de corrupción que atañen al Partido Popular, la
entrevista de Pedro J. Ramírez a Luis Bárcenas, conocido en la sede popular
como “Luis el cabrón”, y el complot organizado por el partido de la gaviota
para evitar que el gran líder y mejor gestor Mariano Rajoy no comparezca en las
Cortes Generales, la indignación de la ciudadanía va “in crecendo”, al
comprobar así mismo los recortes en toda clase de derechos y prestaciones, el
desmantelamiento de forma organizada de los sistemas públicos y generales de
educación y sanidad, y la aplicación
bajo la excusa de la crisis de un ideario totalmente conservador, que está
suponiendo la reducción de los derechos y libertades de las mujeres, de los
homosexuales, el acceso a la tutela judicial efectiva, e incluso la limitación del acceso a los estudios
universitarios de los hijos de las familias con mayor precariedad económica.
Con todo este caldo de
cultivo, el pasado jueves día 18 de julio, a través de las redes sociales se
hicieron convocatorias para protestar a eso de las 20 horas frente a las sedes
del Partido Popular, por la corrupción, la opacidad, y la falta de
explicaciones por parte de Mariano Rajoy, ante toda la documentación e
información que se está descubriendo con el caso Bárcenas.
Así que convencido por la convocatoria y la intencionalidad
de la misma, me dirigí hasta la sede del PP valenciano en el barrio del
Botánico, llegué un poco tarde con respecto a la convocatoria, serían las 20:15
o por ahí.
Mucha gente, no había, pero si la suficiente para llenar las
confluencias de la calle Quart, y uno de los sentidos de la Gran Vía Fernando
el Católico.
Me encontré con una concentración totalmente pacífica, y de índole más bien festiva-reivindicativa, donde se veían camisetas, pancartas y
eslóganes, a favor de la educación pública, la ley de dependencia, las víctimas
del metro, la plataforma antidesahucios, el 15 m, etc…
Unos chicos con una pequeña barbacoa asaron unos chorizos,
los cuales decían que eran de la marca “Gürtel”, y con trozos de pan repartían
pequeños bocadillos a muchos de los asistentes; como os digo el ambiente era de
total tranquilidad.
En un momento dado unos cuantos integrantes de la
concentración interrumpieron el tráfico en la Gran Vía Fernando el Católico; en
esos momentos los integrantes de la Policía Nacional, comenzaron a sacar el
material antidisturbios, cascos, porras, etc… incluso luego vi a uno de ellos
con una escopeta de bolas de goma…
Y a lo largo y ancho de toda la
concentración estuvieron grabando a los asistentes, y todo lo que allí ocurría.
El corte total de la Gran vía duró entre 5 y 10 minutos como
mucho.
A eso de las 21:30 horas y tras encontrarme a compañeros y
amigos del movimiento vecinal, me iba a marchar para casa, cuando uno de los
manifestantes dijo de ir por el Carmen hacia las Cortes, para acabar allí la
protesta… eso generó cierta incomprensión por muchos de los allí presentes,
pero finalmente se inició una marcha por la margen derecha del jardín del Turia
en dirección al Palacio de Benicarló…
A partir de ahí comenzó una rocambolesca historia que más
tenía que ver con la España franquista de los años 60, que con la de un país
europeo con treinta seis años de democracia.
La Policía Nacional comenzó a rodear a los manifestantes,
obligándoles a caminar en dirección a la calle Sanchís Bergón, sin dejarles
salir de ese círculo policial… en un momento dado habría como doscientas
personas retenidas por la Policía Nacional… personas de todas las edades
jóvenes y maduros, y os aseguro que allí de radicalismos como luego dijo que
había la muy preparada (sobre todo en valenciano), Delegada del Gobierno Paula
Sánchez de León nada de nada.
He estado en muchas concentraciones y manifestaciones, y es
fácil detectar a los típicos antisistema, radicales, o gente que aprovechan las
concentraciones para montar lío y gresca; cuando veo eso siempre huyo; de ahí que el pasado jueves me quedase en la
marcha porque no había nada de eso, más bien todo lo contrario civismo y
festividad brotaba a raudales en esta concentración.
Tras esa primera retención, por fin y tras identificar a la
mayoría de los manifestantes, ésta se disolvió y cada uno tomó su camino de
vuelta a casa…
En este instante los compañeros y amigos del barrio
comenzamos a reagruparnos para irnos para casa, alucinados y conversando sobre
lo sucedido como algo surrealista.
Quien iba a decir que todo lo acaecido era cuestión baladí comparado con lo que empezaba a sucederse a nuestro alrededor…
Quien iba a decir que todo lo acaecido era cuestión baladí comparado con lo que empezaba a sucederse a nuestro alrededor…
De repente y sin saber
por qué, comenzaron a sucederse carreras policiales, reteniendo a todos los
pequeños subgrupos que se habían ido conformando tras la disolución de la
manifestación, incluso a las personas que transitaban por la calle, con una
agresividad por parte de algunos agentes, que aquello no era normal.
En la terraza de un bar había mucha gente cenando que ante
tal movimiento comenzaron a alarmarse y que incluso se levataban de las mesas,
observando atónitos como lo estábamos los demás lo que allí estaba sucediento.
El pánico provocado por las carreras policiales, las
retenciones, y las identificaciones masivas, con llevaban a gritos y algarabía,
que a su vez llamó la atención del vecindario.
Al momento la mayoría de los balcones de las calles Sanchís
Bergón y Turia se llenaron de vecinos que indignados ante la brutalidad
policial, comenzaron una cacerolada, tiraban cubos de agua a los policías, e
incluso parece ser alguien tiró un objeto contundente, que hirió a dos
policías… (de esto me he enterado por la prensa).
Los vecinos desesperados y alarmados, incluso llamaron a los
bomberos que allí también acudieron…
Yo estaba alucinando ante una situación totalmente
esperpéntica, donde la policía estaba reduciendo, amedrentando, en algunas
ocasiones cargando, y finalmente deteniendo a cuatro personas, por ejercer sus
derechos civiles y fundamentales de
manifestación y libertad de expresió.
Sin bien aunque la
actuación policial a mi juicio fue desproporcionada, también quiero romper una
lanza en favor de sus integrantes, que al fin y al cabo también son
trabajadores, y que desde luego no son el enemigo del pueblo…; hable con
algunos de ellos, diciendo que nadie nada malo estaba haciendo, que con esas protestas también se busca la protección
de sus derechos como ciudadanos, y que todo aquello era un despropósito… varios
me comentaban amargamente no sentir ningún placer ni orgullo de esas acciones,
a las que les obligan sus mandos, y a éstos a su vez los responsables
políticos…
La cuestión es que a eso de las 23 horas regresaba para el barrio compungido y triste, al ver como además de la grave crisis económica, los recortes y los retrocesos en derechos, servicios y prestaciones, la calidad democrática de nuestro país está sufriendo un fuerte varapalo, por la actitud de un Gobierno soberbio en su mayoría absoluta, e incapaz a todas bruces de despegarse de la presunta corrupción que persigue a muchos de sus integrantes, y mucho menos de sacar al país de la mal llamada crisis económica; (yo prefiero llamarle crisis del sistema por abuso del mismo entre otras cosas…)
De todas formas a mi Rajoy no me ha defraudado…; nada
esperaba de él y se confirma esa situación.
Siempre recordaré su GRAN GESTIÓN con “el prestige” y los hilillos
de plastilina…
Continuará…