martes, 11 de junio de 2013

Un paseo por Cuevas Labradas en el Señorío de Molina - Alto Tajo.



Pese a vivir en una ciudad con mar, y ser muy aficionado a todo lo que tiene que ver con éste, desde muy niño soy pescador de agua dulce, sin bien es cierto al principio donde mejor pescaba era en el plato…; recuerdo que tal vez porque soy muy inquieto, o directamente por ser un patoso descomunal, me pasaba los ratos deshaciendo enredos del hilo o desenganchando el cebo de las ramas de los árboles…
 
Pero mi padre que se había aficionado a la pesca fluvial por la influencia de mi hermano Antonio, se empeñaba en llevarme a pescar una y otra vez, siendo ésta la manera por la que fui aprendiendo y entusiasmándome por el tema.
Y casi siempre era al mismo sitio donde íbamos a pescar, al río Gallo en el término municipal de Cuevas Labradas.

 
 
Cuevas Labradas es un pequeño pueblo de la comarca del Señorío de Molina (Guadalajara), situado sobre una colina a unos 1159 msm y que desde luego supone todo un icono para eso que llamamos la desconexión del mundanar ruido.
La última vez que visité Cuevas, fue el pasado 27 de abril del presente 2013; era una mañana soleada, pero de temperatura más bien fresca para la época del año en la que estábamos, sin bien tampoco es extraño para las tierras de Molina que la climatología sea un tanto fresquita, de hecho al otro día cayó una copiosa nevada.
La carretera que va desde Molina de Aragón hasta Cuevas es estrecha con curvas y ciertamente tortuosa, pero sin lugar a dudas los paisajes que la envuelven, la convierten en un placer para los sentidos, en los casi 24 kilómetros que hay desde Molina hasta Cuevas; en todo el trayecto sólo me crucé con un coche…

 
 
Cuevas Labradas está rodeado de excepcionales bosques de pinares, sabinas, robles y encinas; y desde la colina en la que está enclavado el caserío, se observa a la perfección el cañón del río Gallo, con sus característicos pliegues geológicos.
Según el padrón del Ayuntamiento de Corduente, administración a la que pertenece la pedanía de Cuevas Labradas, en la localidad tan sólo viven diecinueve personas, aunque una mujer muy amable que estaba tendiendo la ropa, me dijo que durante el año tan sólo viven dos familias; y que sin embargo en verano apenas si se cabía.
Esta señora me contó que los sábados subían el pan desde Molina, y que en verano venían vendedores ambulantes, con fruta y pescado congelado; pero para cualquier gestión tenían que acudir a la capital del Señorío.

 
 
Mala cosa esta de la despoblación que no sólo afecta a la comarca de Molina, sino a la práctica ruralidad del interior peninsular…

 


 
Me sorprendió ver decenas de antenas parabólicas a lo largo y ancho del pueblo, hasta que un señor que paseaba, me contó que era porque debido a la orografía la señal de televisión llegaba débil y por ello el hecho de tanta antena, que desde luego pegan poco y desdibuja en gran manera la fisionomía del pueblo.

 

La plaza del pueblo lo constituye como en muchos pueblos del Señorío de Molina, el juego del trinquete, y es que según cuenta la historia cuando se constituye el Señorío de Molina allá por el año 1320, se puebla a éste con personas traídas del País Vasco, las cuales gran aficionadas a la pelota vasca, importan sus tradiciones ociosas y levantan en cada pueblo y aldea de la zona grandes frontones, los cuales aunque remozados y transformados han llegado hasta nuestros días.

 

Justo debajo de la plaza y tras la iglesia un curioso asadero público, que imagino sobre todo en la época estival, como centro de encuentro culinario, para probar los excelentes embutidos y carnes que se producen en estas tierras.

 

Nada más arribar a  Cuevas te sorprenden las grandes dimensiones de la vetusta iglesia, cuya torre alberga dos grandes campanas, y conforma la cabeza de la gran nave central a dos aguas que  supone el resto del edificio, al cual se accede por un patio y una puerta orientados al este, buscando la zona abriga, menos ventosa y soleada del edificio.
 

Y otro edificio destaca sobre el caserío, tratándose éste de una gran torre con reloj incluido. Un reloj este que se puede percibir desde cualquier punto  del pueblo y que a lo largo de las décadas ha ido marcando las horas de las gentes de Cuevas, y hablo en pasado, porque el mismo está en estos momentos parado…; y lo está no por falta de medios materiales sino personales.

 


 

El reloj es de cuerda y al no haber gente para mantenerlo, y darle cuerda su viejo engranaje se ha quedado parado en el tiempo, casi a la vez que el mismo pueblo
Esta torre se construyó igual que la del vecino pueblo de Torete, allá por los años sesenta del pasado siglo XX; y desde su ubicación hay una panorámica fantástica de toda la población, así como de los bellos parajes que la circundan.

 
 
 
 
 

También destaca la edificación  que alberga el horno y que según reza en una placa a la entrada del mismo dejó de utilizarse a finales del pasado siglo XX, también por la falta de población y por la arribada de estos servicios desde Molina.

 

Tras un largo paseo por el pueblo y llenar una botella con el agua cristalina y fresca que surtía de la fuente a los pies de la iglesia,

 

decidí acercarme hasta el refugio y fuente del Hontanar.

 

Para ello hay que tomar la pista forestal que sale desde Cuevas, prácticamente en frente de la torre de la iglesia, y tras pasar campos de labranza, bosques de grandiosas sabinas, y pinares frondosos, se llega hasta este refugio; antes de llegar al mismo, se encuentran en el camino los característicos chozones o parideras de barda, tan característicos de esta tierra, los cuales se construían aprovechando el tronco de una sabina como pilar central y un muro de piedra circular, donde apoyar las vigas, que eran cubiertas con las mismas ramas de la sabina, cambiando todos los años el techado para garantizar la impermeabilización y la protección del espacio.

 

El refugio y la fuente del Hontanar, están  ubicados en la cima del barranco del río Gallo, en la margen izquierda de éste, sobre un promontorio rocoso y cuyas panorámicas permiten contemplar la confluencia de los cañones del río Gallo y del Tajo, el castillo de Alpetea desde la otra orilla del Gallo, la desembocadura del Arandilla en el Gallo, y  kilómetros y kilómetros de bellos parajes que te atrapan y te  hacen inapetente la marcha de este lugar.
 
 

 
 
 
 

Paseando tranquilamente por los alrededores escuché un sonido entre la maleza, al girarme por tal motivo me encontré con el colega:

 
Desde luego Cuevas Labradas no tiene playa, ni castillo, ni catedral, y tampoco está incluido como pueblo a visitar en la guías de turismo, pero el encanto de su fisionomía y el patrimonio natural que lo rodean, lo hacen un lugar más que apto para reconciliarse con el mundo.
Si lo visitáis ya me contaréis.
 


sábado, 4 de mayo de 2013

Otra vez día 3, pero ya nada será igual que antes... Valencia está despertando.



 
De nuevo ayer día 3, y de nuevo las víctimas del metro de Valencia, volvieron a concentrarse en la plaza de la Virgen de Valencia, para exigir al Gobierno valenciano la verdad de lo que pasó aquel fatídico 3 de julio del 2006.
Pero sin lugar a dudas la concentración de ayer fue distinta a todas las demás; ni en las efemérides del aniversario se concentraba tanta gente; tras la emisión del programa de Jordi Évole “Salvados” dedicado al accidente del metro y sus víctimas, han sido miles y miles las personas que se han sumado a esta ola de solidaridad y cariño, hacia los integrantes de esta Asociación, que día a día dan ejemplo de como ser y como vivir.
Y es que la de ayer ha sido la setenta y nueve concentración en la plaza de la Virgen, pero que ha supuesto un antes y un después en esta lucha por la dignidad y contra la desvergüenza de unos dirigentes gobernantes incapaces e inhumanos.

 

El programa de Salvados hizo un relato exhaustivo y cronológico de como se habían ido desarrollando los acontecimientos, siendo para mí, unos de los pasajes más vergonzosos el hecho de que los “jefazos” de Ferrocarriles de la Generalitat tras la pantomima de la Comisión de Investigación se fuesen de cena copiosa para celebrar su triunfo, cena que a la postre le pagamos todos los valencianos… espero que a alguno de ellos se le indigestara...
Faltó en el programa de Évole algunas cuestiones que yo también considero relevantes como el hecho de que en la Televisión Valenciana, la pública esa que pagamos entre todos, no apareciese apenas la noticia del accidente, y que de forma continua se hablase de los cientos de metros de tela que engalanaban las calles de Valencia para la visita del Santo Padre, o las miles de flores blancas y amarillas que adornaban rotondas y parterres…


También eché de menos que contase como el Arzobispo Agustín García Gascó se negó a oficiar la homilía por las víctimas, o como en los días 3 de julio, les impedía utilizar la nave central de la Catedral para oficiar una misa…
O como Rita Barberá ponía problemas a las concentraciones en la plaza, porque según ella molestaba a turistas y al desarrollo normal de las misas en la Basílica…


Setenta y nueve meses después aún no ha aparecido el libro de averías, aún nadie de los responsables de Ferrocarriles ni del Gobierno Valenciano, ha dado explicaciones, o simplemente les ha pedido perdón…
Y qué decir de Juan Gabriel Cotino, el mismo que siendo Conseller de Bienestar social puso en marcha el boicot a la Ley de Dependencia, a no ser que el dependiente admitiese la ayuda para irse a alguna de las residencias  que gestiona su familia… Su intervención en el programa de Salvados fue deplorable y muestra manifiesta de una forma de actuar que desde luego muestra a todas bruces la incapacidad manifiesta para ostentar cargo de representación alguno; a día de hoy es la segunda autoridad de la Comunidad Valenciana, al ser Presidente de las Cortes Valencianas…; tal vez por eso entenderéis que todos los datos económicos, sociales, industriales, de empleo, etc… en nuestra Comunidad sean tan malos… tenemos unos individuos totalmente incapaces al frente de las instituciones… 


En el día de ayer, Cotino viajó lejos se fue a Cieza (Murcia), a presidir una procesión; un buen amigo y vecino de Patraix, también estaba allí, puesto que es su pueblo natal, al ver a Cotino, no pudo reprimirse y se saltó las medidas de seguridad para decirle al político valenciano: “que pena que estés aquí, te esperábamos en la Plaza de la Virgen acompañando a las víctimas del metro…” al momento los guardaespaldas lo apartaron…

 
 Juan Cotino de procesión en Cieza
Mi buen amigo, de nombre Juan Ballesteros, me llamó para contarme lo sucedido con un temple que denotaba indignación pero a su vez satisfacción por haber coloreado la cara a este indigno representante.
La cuestión es que gracias a la labor incansable de las víctimas del metro, de periodistas como Laura Ballester, de cantantes como Pau Alabajos o Pablo Monleón, de actores, de Asociaciones de vecinos como la de Patraix, y de cientos y cientos de valencianos anónimos, la dignidad de un pueblo sigue rezumando pidiendo justicia; y cuando el pueblo se rebota es muy difícil de parar y de acallar.
Acabo este post, contento de ver la de miles de valencianos que ayer llenaron la plaza de la Virgen, alegre por ver como Valencia poco a poco se va despertando de esa ficción a la que los mediocres nos habían sumido, alucinado por ver el efecto que ha tenido la emisión de Salvados, que a mi juicio debería ser una cuestión de estudio sociológico por las consecuencias que ha tenido, y feliz por ver como los malvados cada vez están más solos, y los buenos, es decir las víctimas del metro más arropadas y protegidas.
 

 

Por desgracia no les podremos devolver a sus seres queridos, hermanos, padres, hijos, amigos…, pero desde luego nadie nos va a impedir que les demos nuestro cariño y amistad.
En el siguiente enlace podéis firmar para pedir a la Generalitat Valenciana la reapertura de la Comisión de Investigación sobre las causas del accidente.
http://www.change.org/metrovalencia

El próximo 3 de junio volveremos a la plaza, para pedir justicia y dignidad.




lunes, 29 de abril de 2013

UN DÍA DE PRIMAVERA EN MOLINA DE ARAGÓN. (Hasta el 40 de mayo...)

PRIMAVERA

Dice un popular refrán español, que “hasta el 40 de mayo no te quites el sayo”; y como siempre el refranero, basado en el conocimiento adquirido a lo largo de los años y la experiencia no se equivoca; y es que el mismo se fundamenta en lo variable que es la climatología en la primavera, donde es muy posible que en la misma semana se produzcan altas temperaturas, con fuertes aguaceros, descensos o incluso escarchas y nevadas.
Y algo parecido es lo que ha sucedido en los últimos días, donde hemos pasado de unas temperaturas suaves o incluso altas, donde en muchas capitales del sur peninsular se superaron los 30 grados, a un importante descenso térmico, con temperaturas y fenómenos meteorológicos más típicos del mes de enero que de finales de abril.

Si a todo esto le sumas la especial climatología de la comarca del Señorío de Molina-Alto Tajo en la provincia de Guadalajara, lo del “40 de mayo” y la variabilidad climatológica se multiplican por tres…
Pasando el fin de semana en Molina de Aragón, y disfrutando de los cientos de rincones y bellos parajes que contempla esta comarca, en la mañana del domingo 28 de abril, había quedado con una buena amiga, Marta Perruca, para ir a dar un paseo por la vega del Castillo de Zafra, en la falda sur de la Sierra de Caldereros, ya que la abundante agua del final del invierno han proporcionado por estas tierras un intenso manto verde que en las zona de valle y vaguada generan una belleza sin igual; así pues el plan era almorzar bajo las grandes murallas de Zafra, mirando la vega del mismo nombre…
 
 Castillo de Zafra (Señorío de Molina)
Pero a eso de las ocho de la mañana mi madre acudió a la habitación para decirme: “Óscar hijo mío, está todo blanco y sigue nevando…”; de repente todo el sueño que aún tenía previsto descargar en el catre hasta al menos las nueve y media o diez desapareció, y casi cayéndome de la cama ante tanto ímpetu reflejo, fui corriendo hasta la terraza para impresionado flipar con la que estaba cayendo.
 
 Panorámica de Molina nevando
Y es que desde niño los días de nieve me han parecido extraordinarios, todo cambia, el paisaje, la sensación, la luminosidad, incluso el aroma del aire.
Ver nevar es uno de los placeres que da la naturaleza, como ver la llama de fuego de una chimenea, el agua correr de un río, o el romper de las olas del mar. Cuando nieva ves a tu alrededor cantidad de movimiento, pero ni un solo sonido.
Así pues llamé a Marta y le propuse cambio de planes, irnos al barranco de la Hoz, y subir al mirador que hay sobre el ermitorio de la Virgen del mismo nombre.
Antes de salir camino de la hoz río Gallo abajo, di un paseo por Molina, que con la nieve aún ensalzaba más si cabe la belleza de sus monumentos; así pude ver al pobre Giraldo, uno de los más insignes molineses que tenía todo su rostro y costado nevado, el puente viejo, los castillos, o el monumento a la Virgen Inmaculada que desde el Cerro de Santa Lucía “preside” las alturas de la villa.
 
 
  
 

Poco después nos dirigimos al Barranco de la Hoz, la temperatura era de menos dos grados, pero el recién almuerzo ingerido, la abundante ropa, y la emoción de ver nevar en plena primavera, conllevaba a no notar el frío.
 
 Barranco de la Hoz
Y así arribamos al barranco de la Hoz; un barranco que a lo largo de miles de años, el río Gallo ha ido tallando con laboriosidad, tajando los grandes roquedales y convirtiendo el paraje en un revulsivo para los sentidos.
La ermita de la Virgen de la Hoz estaba tranquila; la lejanía de puentes festivos, la climatología y el final de mes…; hacían que la ausencia de personal fuera absoluta.

 
 Ermita Virgen de la Hoz

Así pues tras aparcar el coche y contemplar el lugar, comenzamos a subir por la agosta y tortuosa senda que sube hasta los miradores y cuevas en lo alto del cañón.

 
 Marta Perruca y el menda

La senda tiene un fuerte desnivel, pero toda ella está muy bien acondicionada; uno de los primeros trabajos de hierro y forja que hizo mi padre al llegar a vivir la población de Molina (mi padre es herrero), fueron los pilares, silgas y barandillas que acompañan toda la senda.
Curiosidades familiares a parte, la senda hay que tomársela con cierta calma, además de para descansar del repecho, para poder disfrutar de los cientos de detalles que conforme se va ascendiendo se observan de todo el barranco, o incluso del edifico de la emita, hospedería, etc…

 
  

El viento arreciaba conforme íbamos subiendo lo que sobre todo en el primero de los miradores, hacían un poco incómodo la visión de los precipicios, ya que hielo, viento  y nieve no son buenos aliados para estas lides…

 

 

 
  

En la cueva que hay prácticamente en la última cornisa del cañón, nos encontramos con una pareja provenientes del pueblo de Alovera, (Guadalajara);  los cuales nos mostraron la emoción que sentían al ver un paraje tan precioso; y es que los molineses tenemos tan visto el barranco de la Hoz, que desde luego sintiéndonos muy orgullosos del mismo, ya estamos acostumbrados a una belleza tal, que deja perplejos a los visitantes.
Por fin arribamos a la cima del barranco, al último mirador…; qué deciros del momento; Marta y yo nos mirábamos sobrecogidos ante el espectáculo que estamos viendo; la naturaleza en plena efervescencia, todo el barranco en silencio, nevando copiosamente, con el único rumor de las aguas del río Gallo que tras tanta lluvia iban un poco crecidas, y el cantar de aves diversas que en estos momentos no sabría identificar.

 

Los pinos rodenos de la zona doblaban sus ramas como reverenciándose ante el clima, por el peso de la nieve que en esos momentos ya comenzaba a ser espesa.

 
 

Retomamos el camino de nuevo sendero abajo, para acabar tomando un refrigerio en la Hospedería de la Virgen de la Hoz, calentando nuestras manos y pies junto al intenso fuego de la chimenea, y sin dejar de mirar por la ventana, el espectáculo que la primavera estaba dando.

 
 

A las seis de la tarde salí de Molina regreso de Valencia, la ciudad donde resido, con la  memoria intacta de todo lo que había contemplado, y comprobando que aunque pasen los años, el fenómeno de la nieve me sigue emocionando.
Cuando me iba seguía nevando, y parece ser que hoy lo sigue haciendo… y es que la primavera y Molina son así. 

 







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     El genial cantautor Ismael Serrano, en su canción “tierna y dulce historia de amor”, afirma eso de que “como todas las histori...