Se dice que España es la octava potencia económica
mundial, y desde luego estamos en lo que
se considera el primer mundo; hasta ahí todo correcto.
Y si lo estamos no
me cabe la menor duda que ha sido gracias al esfuerzo de los ciudadanos
españoles, pero también de miles de inmigrantes, que por muy poco han trabajado
de sol a sol, en amplios sectores que nosotros los españoles ya no queríamos
trabajar.
La construcción,
la agricultura y el cuidado a personas mayores han sido masivamente los parcelas
ocupadas por manos inmigrantes, que en muchas ocasiones casi en regímenes de
explotación han ido sacando productividad a su trabajo.
Han rejuvenecido a
la población española, con su consumo han movido la economía y desde luego como
os decía al principio han ayudado a que España haya sido un potencia económica
de primer orden.
En los tiempos de
José María Aznar, el Partido Popular se calificaba de partido de centro; pero
con el desmoronamiento del PSOE, y la arribada del PP al gobierno de la mayoría
de las Administraciones Públicas de
nuestro país, les ha salido la vena más derechona y conservadora; la cual bajo
el pretexto de la crisis están aplicando para adelgazar el Estado del bienestar
a la mínima expresión, y al grito de sálvese quien pueda, dejar vía libre a
un capitalismo desaforado y voraz que
está complicando la vida muy mucho a miles de ciudadanos día tras día.
Los desahucios, la
privatización de la educación y la
sanidad para hacer negocio de ello son
algunos ejemplos.
Pero en toda esta vorágine,
además se están dando grandes inmoralidades como es el caso de los inmigrantes;
a los cuales se les agradece los servicios prestados a nuestro país, retirándoles los mínimos derechos que habían
ido ganando.
Hace unos meses
bajo la escusa de que gastaban mucho en sanidad, todos aquellos que no tuviesen contrato de trabajo, se les
retiraba la tarjeta sanitaria…, pudiendo ser atendidos solamente si pagaban, (otra
vez capitalismo feroz).
Pero la noticia de
hoy ya es la bomba… el Secretario de Estado de Comercio, anuncia que el
Gobierno otorgará permisos de residencia a los inmigrantes que compren en
nuestro país viviendas de más de 160.000 euros, es decir más de veintiséis millones de pesetas.
Y esta se supone
que es la política en materia de Comercio del Gobierno Rajoy…
Siempre he entendido que el Partido Popular basa sus fundamentos ideológicos en el catolicismo; entonces ¿no somos todos hijos de Dios?
Para el Partido Popular y el Gobierno de Rajoy parece ser que no; de hecho sólo les gustan los inmigrantes ricos, ya que a éstos se les otorga tarjeta de residencia con todos los beneficios y derechos que eso conlleva, para los pobres la declaración de ilegal… que manda narices que a una persona se le considere ilegal.
Siempre he entendido que el Partido Popular basa sus fundamentos ideológicos en el catolicismo; entonces ¿no somos todos hijos de Dios?
Para el Partido Popular y el Gobierno de Rajoy parece ser que no; de hecho sólo les gustan los inmigrantes ricos, ya que a éstos se les otorga tarjeta de residencia con todos los beneficios y derechos que eso conlleva, para los pobres la declaración de ilegal… que manda narices que a una persona se le considere ilegal.
Pero además dentro de los inmigrantes ricos, el propio Gobierno ha hablado de
su preferencia hacia los rusos y chinos… así no son ni musulmanes ni tienen la
piel oscura…
En fin que ante mi
indignación sigue mi preocupación, al comprobar en manos de quien están los
destinos de nuestro país. Personas que en un año de Gobierno han demostrado su
incompetencia absoluta para salir de la crisis, y que cada acción que llevan a
cabo es más injusta que la anterior.
Espero que haya
alguien mínimamente cabal en el Gobierno y les haga ver que esto de justo,
ético y moral tiene poco, por no hablar de la enorme problemática que se podría
abrir con las mafias chinas y rusas tan asentadas en la Costa del Sol, y que con medidas como éstas, tendrían el
camino hecho para instalarse en nuestro país con toda clase de derechos y
privilegios.
Acabo este post,
ya que el Gobierno de mi país no lo hace, agradeciendo a esos miles de
ciudadanos del mundo, que abandonaron sus lugares de nacimiento y a sus
familias por hacer que España, sea la gran nación que hasta ahora ha sido.