Estimados/as amigos/as del blog, otra vez la tierras valencianas vuelven a ser portada en todos los periódicos, esta vez no es por los casos de corrupción que salpican a la distintas instituciones políticas, ni tampoco por los impagos de la Generalitat a sus proveedores.
Esta vez es relativa a la represión llevada a cabo por la Policía Nacional por mandato directo del Gobierno de España.
Mientras el Presidente de la Generalitat Valenciana Alberto Fabra negocio con Eclestone las condiciones del contrato de la Fórmula Uno, y la Alcaldesa de Valencia Rita Barberá cambia las plantas en el puente de las flores (300.000 euros al año), los recortes en materia de educación, están siendo de tal grado, que en los institutos y colegios comienza a faltar desde el combustible para las calefacciones, hasta el papel higiénico. Las bajas del profesorado no se sustituyen y el sector de la educación se está resintiendo gravemente.
Siempre he pensado que la educación no es un gasto sino una inversión, pero parece ser que este no es el criterio de los dirigentes gobernantes de la Comunidad Valenciana, y la educación gratuita, pública, universal y de calidad va a ser una de sus primeras víctimas, tras sus tiempos de despilfarro, fiestas y “chorizadas” múltiples.
Así pues y en protesta por todo lo anterior el pasado miércoles día 15 de febrero, los estudiantes del Instituto Luis Vives de Valencia, se concentraron de forma pacífica a las puertas de su centro educativo, para exigir a la Generalitat la reorientación de sus políticas en esta materia. Esa concentración formada básicamente por jóvenes de 13 a 17 años, acabó con el forcejeo por parte de la Policía Nacional y con la detención de un joven de 17 años.
Esto produjo que al día siguiente y en solidaridad con este detenido (por pedir más medios para la educación), fuesen muchos más lo jóvenes estudiantes que se apostillaron a las puertas del Luis Vives, la tensión fue in crecendo y bajo las órdenes de la dirección política, la Policía se dispuso de nuevo a cargar contra los jóvenes y a detener a varios estudiantes más.
De nuevo la indignación se retroalimentó y por tercer día consecutivo se sucedieron las concentraciones con nuevas cargas y más detenciones…
Dicho esto quiero aclarar porque fui testigo de varias de estas concentraciones, que los manifestantes los hacían de forma pacífica, pues la mayoría eran prácticamente niños, y que casi todos los Policías ejercían de forma diligente; pero de igual manera como ocurre en todos los sitios había algún antisistema con ganas de gresca, y algún Policía que por sus formas demostraba que no era apto para ostentar y desarrollar esa función. Uno de estos (Súper capacitados) le dijo a una niña de 15 años “no tienes cuerpo ni de puta…) seguramente el tampoco tendría el cerebro ni de mosquito por mucho casco y porra que llevase.
Todos estos acontecimientos han mostrado ya varias cosas, primero que el Gobierno de Mariano Rajoy ha pedido a los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado que mano dura, y permitir las menos manifestaciones y protestas posibles. Ya que de no ser así, no se entiende lo desproporcionado de la acción y despliegue policial, ante las protestas de unos estudiantes en la puerta de su instituto, por muy céntrico que éste se encuentre.
Moratón de una patada "policial"
Y por otro lado que la nueva Delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana Paula Sánchez de León, (o Sánchez de Pegón como se le ha rebautizado) es tan buena Delegada del Gobierno como valenciano hablante…
Ayer como en las tierras valencianas nada sucedía marchó tan tranquila al Congreso que el PP celebra en la ciudad de Sevilla, para encontrarse con el gran líder de perfecta dicción Mariano Rajoy, mientras había ordenado que frente a los estudiantes y a los que protestan mano dura.
Ya se han oído voces pidiendo la dimisión de la Delegada del Gobierno, la cual nada ha dicho, excepto una escueta nota de prensa, apoyando lo realizado por la Policía Nacional… faltaría más si se lo habían ordenado ellos.
Dicho todo lo anterior pese al talante del Gobierno Rajoy de palo largo y mano dura, creo que debemos seguir reivindicando los derechos sociales y civiles alcanzados durante toda la democracia, y no permitir la involución de los mismos. Y así mismo mi solidaridad y apoyo con estos jóvenes estudiantes que son el futuro de nuestro país. Como se suele decir, con los pies en el suelo, la cabeza muy alta y el corazón a la izquierda.