Hasta no hace mucho Francisco Camps Ortiz, era uno de los políticos consagrados más queridos, apoyados y relevantes del Partido Popular nacional y por supuesto también del valenciano, o al menos eso nos hacían creer.
No es fácil olvidar las grandes ovaciones que recibía el Molt Honorable cuando accedía al hemiciclo de las Cortes Valencianas, donde todas sus huestes populares se levantaban y aplaudían como si en ello fuera lo de repetir en las listas.
Tampoco es fácil olvidar como la Presidenta de las Cortes la legislatura anterior (2007-2011) Milagrosa Martínez, se saltaba su papel de moderadora en los Plenos, para mostrar carcajadas y aplausos, todo a una cada vez que el ilustre diputado Camps hacía elocución alguna.
Y qué decir de esos sufridos militantes conservadores, que se apostaban a las puertas de los tribunales con banderitas oficiales para aplaudir y vitorear a su Presidente imputado por presuntos casos de corrupción. Hay que decir en este apartado que algunos de estos “militantes espontáneos” tenían mucho que agradecer al Presidente Camps, ya que éste los había colocado en fundaciones, empresas públicas, etc.
Camps llegando a declarar al TSJ
Y aquellas frases grandilocuentes que Mariano Rajoy le dedicaba, hablando de que era un político ejemplar, o de que siempre estaría a su lado…
Pues bien todo ese amor, cariño y reconocimiento, parece que se hallan esfumado con el propio damnificado; Y es que ungir Mariano Rajoy a Fabra y empezar la demolición y desaparición de Camps ha sido un todo.
Camps no aparece por las Cortes Valencianas, ni a plenos ni a comisiones, (tampoco es que antes lo hiciera mucho…), pese a que percibe unos importantes emolumentos de la institución, así como herramientas de trabajo dígase teléfono móvil, ordenador portátil, etc.
Tampoco acude a los actos institucionales en representación del cargo que ha ostentado; no ha acudido a ninguna recepción institucional incluyendo la del día de la Comunidad Valenciana del pasado 9 de octubre.
Y su legado político parece que quiere ser borrado de forma inmediata por su sucesor “dedocrático” Alberto Fabra; el cual está tomando medidas y llevando a cabo acciones que están a las antípodas del hacer normal del Presidente Camps, hechos y acciones que no han resuelto nada pero que muestran otro talante y dejan en muy mal lugar a Camps, como por ejemplo recibir a las víctimas del accidente de metro de 3 de julio de 2006, pedir perdón a los proveedores por no poder pagarles, o recibir a las entidades cívicas y sociales del Cabañal para tratar sobre la precaria situación del barrio, tras el afán especulador de las políticas urbanísticas de la muy conservadora Rita Barberá.
Y me pregunta es, ¿si lo querían tanto en el PP nacional y valenciano por qué ya nadie habla de él, por qué todos parecen querer tapar su legado y etapa política, por qué no se le ve en ningún sitio, por qué lo esconden?
Y pensando en los ciudadanos Juan Cotino, Presidente de las Cortes Valencianas, ¿le va a sancionar por no acudir a las Cortes Valencianas a desarrollar su trabajo, le va a sugerir que acuda?
Juan Gabriel Cotino (Presidente Cortes Valencianas)
Y pensando en Camps me surgen tantas y tantas preguntas, a veces pienso si a la farmacia de su mujer, (esa de la cual cogía el dinero para pagar sus trajes) la Generalitat tampoco le estará pagando por las recetas… en fin todo esto también da muestra del fariseísmo y falsedad que hay en torno al poder, recordando aquel refrán que decía que por la peana se quiere al Santo…
La pregunta primaria para todo este argumentario es ¿quién sabe dónde está Francisco Camps Ortiz?