Así pues hoy os voy a comentar una experiencia que tuve hace unas semanas con un par de buenos amigos (Isabel y Dani), era domingo, y habíamos decidido coger las bicis e irnos a la sierra más cercana a Valencia, es decir a la Calderona, pero el fuerte viento de poniente nos quitó la idea y decidimos coger el coche e irnos hacia la comarca de los Serranos.
Comentamos que nunca habíamos visto el Embalse de Loriguilla y allí que nos fuimos a la majestuosa presa construida allá por el año 1967 y que supuso la destrucción de los pueblos de Loriguilla y de Domeño, que se trasladaron aguas abajo del Turia, más cerca de la capital valenciana.
Desde allí se ven unos cortados y barrancos que hace el río, lo que nos llevó a la curiosidad de ir hasta ellos, así pues por varios caminos medio de tierra medio de asfalto, arribamos a la preciosa localidad de Chulilla.
No era nuestra intención ir allí, pues aunque habíamos oído su nombre, nunca habíamos estado, y fue un gran descubrimiento para nosotros, un pueblo totalmente serrano a unos pocos kilómetros de Valencia, nos metimos con el coche (grave error) por sus estrechas calles, de parecido andaluz, hasta que por fin encontramos un ancho para aparcar el coche y poder disfrutar de la localidad a pié.
Vimos los restos de su hermoso castillo de origen Árabe, cuya posición y orografía proporciona unas vistas impresionantes de los cañones del Turia y de toda la población.
Comimos en la pintoresca plaza Mayor, por cierto una comida, cuantiosa, sabrosa y económica.
Y disfrutamos de la hospitalidad de chulillanos y chulillanas.
Así pues sirva este post, para recomendar la visita a esta bella localidad ya los preciosos parajes que la rodean, cerca de la gran ciudad valenciana.
Nos fuimos de allí con una sensación de sin saberlo haber descubierto un lugar precioso.