Otra vez 3 de julio, y ya es el tercero desde aquel fatídico del 2006; en el que 43 personas dejaron su vida en el subsuelo de Valencia.
Ayer la Asociación que agrupa a las víctimas heridas, y a los familiares tanto de éstas como de los fallecidos, volvieron a realizar una serie de actos en conmemoración y recuerdo, de todas aquellas personas y volvieron a solicitar justicia, responsabilidad política y conocimiento de la verdad.
No voy a contar lo que ayer sucedió, os pongo el enlace de lo aparecido en el Diario Levante EMV, de hoy, donde de forma muy clara se relata todo lo que se dijo y alegó en la concentración vespertina de ayer.
http://www.levante-emv.com/secciones
/noticia.jsp?pRef=2009070400_16_608253__Valencia-pararemos-hasta-sepa-verdad
Me emocionó profundamente cuando agradecieron el apoyo de la Asociación 11 M víctimas del terrorismo; otra entidad golpeada, y asediada por determinadas hordas, parecidas a las que ningunéan a las víctimas del metro.
Me emocionó la carta que le dedico, una chica a su mejor amiga fallecida, se llamaba Laura, y a su hija le ha puesto ese mismo nombre…
Me emocionó la canción que se interpretó junto a varios instrumentos de cuerda…
Me emocionaron tantas cosas, que cuando abandoné el acto, llevaba una rabia contenida de observar una sociedad, en la que nada importa, en la que todo se olvida, y a la que lo único que le preocupa se puede comprar con dinero. Una sociedad materialista donde los sentimientos, la colectividad, o los problemas sociales, son una cosa lejana, que con girar la cara, o taparnos los oídos ya tenemos solucionado.
Admiro el ejemplo de vida, de dignidad y de ser día día, que nos están dando los miembros de la Asociación de víctimas del metro de Valencia.
Aquí os copio el manifiesto que leyeron ayer… y ojalá pronto haya justicia y esta sociedad cambie por fin.
Sirvan estas palabras de este humilde blog, para llenar de cariño, consuelo y apoyo a todas estas personas…
Otro año más esperando respuestas. Otro año más con este vacío en el alma que no conseguimos llenar.
El 3 de Julio de 2006, en el accidente del metro, murió mi hermana. Era una buena persona, y a mí me reconfortó mucho ver cuánta gente acudió a su entierro con palabras de ánimo para la familia, así como la gente que en los meses posteriores, me paraba por la calle para decirme cuánto sentían su pérdida. Y lo mismo sucedía con la mayoría de víctimas del accidente. Porque aunque suene a tópico, los fallecidos en el accidente de metro eran buenas personas; y por eso, a sus familiares y amigos nos cuesta tanto aceptar esta soledad. 43 fallecidos en el accidente a los que lloran y echan de menos sus familiares y amigos, hasta conocidos. Porque el que ha perdido a una persona importante en su vida, siente dolor.
Y los culpables de sus muertes, deberían sentir también ese dolor, porque es humano lamentar que tus errores, aunque sin intención, ocasionen la muerte a 43 personas. Pero no, los dirigentes de FGV no lamentan haber fallado en la seguridad de la Línea 1, porque no lo reconocen. Y el Presidente de FGV y Conseller de la Generalitat Valenciana, García Antón, insiste en que el metro era seguro. Entonces, ¿qué falló? ¿Cómo pudo ocurrir un accidente tan brutal como para que murieran 43 personas? ¿Por qué confían la seguridad de los viajeros de la Línea 1 sólo al conductor, y en el resto de líneas sí que programan las balizas para frenar al convoy y que no pueda descarrilar? ¿De verdad tienen la conciencia tranquila? ¿No les pesa la muerte de 43 personas? Tanto apego tienen a sus cargos que ni la responsabilidad en la muerte de 43 personas les hace dimitir, mostrando así, su nula calidad humana. Y aunque del juicio de los hombres podrán escapar, cuando les llegue la hora del Juicio Final, y no puedan acogerse al secreto de sumario, cuando ya no necesiten trajes, ni puedan prometer puestos de trabajo a cambio, ¿cuál será el veredicto?
Si su muerte no acarrea votos ¿A quién le importará? Si no hay interés político ¿Quién lamentará su perdida? A nuestros políticos, más interesados en los grandes eventos que les aporten fama mundial, que en los problemas del ciudadano de a ¿Quién los llorará?