La trufa, es un hongo, que crece bajo tierra en determinados bosques, y que supone un complemento extraordinario para acompañar a determinados guisos, sobre todo aquellos relacionados con el asado de carnes.
Son muchas las gentes que en la zona de la meseta complementan sus ingresos familiares con la recolección de dicho hongo. Según la zona esta recolección se hace de una forma u otra, bien con la utilización de perros, o incluso de cerdos o jabalíes amaestrados.
En alguna ocasión, por la comarca de Molina de Aragón – Alto Tajo, he tenido la oportunidad de ver como recolectan dicho fruto, con gran maestría y profesionalidad. Son grandes recolectores los habitantes de Peralejos de las Truchas, Pinilla, Terzaga, Taravilla, etc… (todos ellos en la provincia de Guadalajara).
Este fruto se reproduce de forma silvestre en determinados bosques de sabinas, encinas, robles e incluso pinos; cuyos terrenos calizos estén bien iluminados y aireados. La clave para que nazcan es que el verano sea lluvioso.
Las nuevas tecnologías y la aplicación de la ciencia, están permitiendo que se reproduzcan de manera “no silvestre”; esto es a través de las plantas micorrizadas; (simbiosis entre un hongo y las raíces de una planta) ambos elementos se ayudan para la reproducción de dichos hongos.
Así pues en relación con esto quiero destacar la iniciativa que han tenido los Gobiernos de Castilla la Mancha y de Aragón en dar subvenciones a los propietarios de terrenos para que planten carrascas micorrizadas de trufa; ello va a conllevar además, de que a muy poco coste económico y laboral obtener ingresos extras, va a suponer la repoblación y la creación de nuevos bosques en aquellos terrenos yelmos o zonas que habían sido roturadas para la agricultura del cereal.
Podéis ver estos nuevos bosques por la zona de Sarrión en Teruel, o por la ya mencionada comarca de Molina de Aragón.