De nuevo vuelve a ser un día triste para la democracia; siguiendo las investigaciones que está llevando la Audiencia Nacional con respecto a la trama de corrupción, se han topado con que presumiblemente también esté implicado el propio Presidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps, esto va suponer un giro total en la investigación, puesto que ya no va poder ser la Audiencia Nacional la que instruya este asunto, sino que en virtud del cargo que ostenta, es una persona aforada y que lleva a que conozca la causa el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana.
Pero además es un día triste para la democracia al escuchar las conversaciones de los cabecillas de la trama, con que facilidad y frialdad a la vez, llevaban a cabo sus malas artes.
En su conversación, Correa dice: " Compramos el suelo a 10.000...la operación son 8.000 millones de 'pelas' y le ganamos 12.000 'kilos'. Yo he metido a un monton de gente ahí ... he metido a Ulibarri, que es el que pone la pasta ... yo no la pongo.... y yo de mi 50% reparto con 'Alvarito'( el bigotes, que también está presente en la conversación) , reparto con el alcalde ( del PP), reparto con Ramón Blanco (ex vicepresidente de Repsol) y reparto con Pablo Crespo (ex secretario de organización del PP en Galicia) en fin...¡la polla!). La conversación continúa así: "Ayer, estos tíos nos meten más edifica... no...más metros....que en el PAI luego no van a computar porque es agropecuario, en fin, ...un lío, y la operación estaba cerrada y nos hemos plantado hoy...Es un arma de doble filo porque este tío (el promotor) esta noche se puede encabronar y decir "ya no lo vendo" y el PAI tiene un tema medioambiental y el que lo desbloquea soy yo". (Álvaro Pérez le interrumpe diciendo: "¡Claro que tú tienes la llave!). "Claro ...yo tengo el contacto...que es el hijo de puta de Esteban (González ) Pons... que lo han nombrado Conseller de Obras Públicas y este antes era de Presidencia ...¿os acordáis que estaba en el Senado? Pues este es".
Por desgracia hechos tan lamentables como el anterior, no han sido ni son algo tan raro en este país, y casi siempre relacionados con la industria del ladrillo.
Muchas explicaciones se deberán de dar, pero por muchas que se den, el daño a la democracia ya está hecho, y la pérdida de fe de los ciudadanos en el arte de la política de nuevo está siendo bien alimentada.
Continuará…