Y es que hace treinta tres años a eso de las 4:00 de la madrugada, fallecía en una cama del hospital La Paz de Madrid, Francisco Franco; el dictador que tras un golpe de estado fallido, provocó una guerra civil y trajo consigo 40 años de dictadura, retroceso y aislamiento de España,
La horrible guerra civil, supuso una grave fractura del país que se llevó por delante a miles de personas, quedando España desolada en todos los aspectos…
Los “vencedores” de aquella contienda, (lo pongo entre comillas porque en mi opinión todos fueron perdedores); no aplicaron la palabra que tanto promulgaban los sacerdotes en los púlpitos… y ese perdón, se convirtió en revancha.
Miles de personas fueron encarceladas, represaliadas e incluso asesinadas… esta situación provocó que muchos españoles tuviesen que abandonar el país; la mayoría huyó hacia Francia, país que en un principio no aceptaba con agrado la arribada de los españoles, y los devolvía a España o los metía en campos de concentración, hasta el momento en que estalló la Segunda guerra mundial, momento en el cual los españoles le hacían falta para luchar contra el ejército nazi, los países que mejor se portaron con los españoles exiliados fueron los estados latino-americanos, destacando entre ellos Méjico.
Entre los fallecidos, lisiados y exiliados, la población española quedó muy mermada, también en el número de personas en edad de trabajar. Todo en conjunto conllevó una retrocesión considerable a nuestro país, llegando en 1958 a los mismos niveles económicos de 1936; es decir un retroceso de 22 años.
Pero el retroceso no sólo fue en el ámbito de nivel de vida y riqueza, sino también en materia de derechos humanos. La dictadura franquista, trajo consigo 40 años de no libertades, no derechos, y sí muchas obligaciones.
La Iglesia Católica española se convirtió en una pata más del Estado, siendo sus principios y moralidades fuentes de derecho. Al dictador Franco se le paseaba por las calles bajo palio, como también se hacía y se hace con la Sagrada forma el día de “Corpus Cristi”.
La dictadura fue avanzando poco a poco, se fueron reconstruyendo el país y sus infraestructuras utilizando una mano de obra muy barata…; los presos políticos se convirtieron en verdaderos esclavos de la patria. Estos presos hicieron grandes obras como carreteras, viviendas, pantanos… y el gran mausoleo de Franco, el Valle de los Caídos en el Escorial.
Cuarenta años son muchos, por lo que la forma de vida en España, fue cambiando desde sus inicios hasta la muerte del dictador. El régimen de Franco se fue extinguiendo prácticamente a la vez que se deterioraba la salud de su titular.
A partir del año 70 el régimen hacía aguas por todos los sitios, la Iglesia ya no iba pies juntillas con el poder, los nuevos curas, se convertían en muchas ocasiones en los defensores de los derechos de los trabajadores; de igual manera el mayor bienestar de los españoles, junto a los mayores niveles de estudios y educación, provocaron en la sociedad unas ansias de libertad y democracia, que hacían imposible una vuelta atrás.
En el año 1973 la banda terrorista ETA, asesina al Presidente del Gobierno Luís Carrero Blanco, mano derecha de Franco, y llamado a sustituir a éste en el sostenimiento del régimen. Este hecho junto a la edad, provocan en el dictador un importante y rápido deterioro tanto físico como psíquico.
Ese mismo año en Portugal se produce la Revolución de los Claveles, que acaba con la dictadura de aquel país, hecho que hace temer al régimen franquista, que se sucediese aquí los mismo.
En 1974 Franco es ingresado por su delicado estado de salud, dejando por primera y única vez en vida de él, sus poderes de forma provisional en la persona de Juan Carlos de Borbón. (príncipe de España en esa época). En 1969, Franco había aprobado la ley sucesoria, en la que se establecía que tras la muerte de Franco, la Jefatura del Estado la ostentaría Juan Carlos de Borbón.
Pero Franco pronto se repone de sus dolencias y sin comentarlo al Príncipe, vuelve a asumir los poderes de la Jefatura del Estado.
Tras el verano de 1975 se condena a muerte a once terroristas; la comunidad internacional, en clamor piden al dictador Franco que los indulte; Franco cede en parte, y conmuta la pena a seis de los once presos por 30 años de cárcel, los otros cinco (dos militantes de ETA y tres del FRAP “Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico”) son fusilados al amanecer del día 27 de septiembre de 1975.
Ni los ruegos y plegarias del Papa Pablo VI, ni las presiones de la comunidad internacional, amilanaron al viejo dictador.
En toda Europa se manifiestan los ciudadanos frente a las embajadas españolas, siendo su máximo exponente la embajada en Portugal, que es asaltada e incendiada; el régimen silencia estos acaecimientos que en España casi pasan inadvertidos; pero aún así, se prepara una fiesta homenaje a Franco en la plaza de Oriente de Madrid; el dictador con un hilo de voz, da un breve discurso desde uno de los balcones del Palacio Real donde afirma que todo lo ocurrido en el extranjero es un contubernio internacional contra la patria española.
El Papa Pablo VI en el ángelus de ese horrible domingo afirma que “la vida es sagrada y nadie tiene derecho a arrebatársela a nadie”. Esto fue una condena en toda regla a la actitud del dictador, y que afectará al fuero interno del anciano.
El 12 de octubre de ese año, será la última vez que los españoles vean vivo a Franco en un acto público.
Su salud a raíz de los fusilamientos se deteriora a pasos agigantados; es operado en varias ocasiones… una anécdota: debido a su obcecación de no ir a un hospital, en una ocasión es operado en el botiquín del Palacio del Pardo, apagan todas las luces para que haya suficiente potencia en el improvisado quirófano; ya que al comienzo de la intervención se quedaron a oscuras; desde la cama hacia la ambulancia que los trasladaría al botiquín de Palacio, lo llevaron sobre un tapiz.
En esos momentos estalla el conflicto de la marcha verde, el Rey de Marruecos compele a cientos de civiles a invadir los terrenos del Sahara español; Franco exige al Gobierno español que siembre de minas la frontera, pero el Gobierno consciente de que Franco se está muriendo y de que se presenta un futuro incierto para el país, entiende que esta solución no es la más viable y no acata las órdenes del viejo dictador; pero éste de todo ello ya no se enterará.
Con Franco, a juicio de muchos se hace un verdadero encarnizamiento… operaciones, pruebas, tratamientos, etc; a primeros de noviembre se le traslada al Hospital La Paz de Madrid, y allí pasará sus últimos días de vida. Años más tarde aparecieron publicadas unas fotografías que mostraban parte de este argumento; fotos que fueron realizadas y vendidas por su yerno el marqués de Villaverde. De esta manera prosiguió la agonía del dictador, hasta que en la madrugada del 20 de noviembre de 1975 su corazón dejó de latir. Casualidad o no, también se ha especulado mucho sobre el tema, moría el mismo día que el fundador de la Falange José Antonio Primo de Rivera.
Ese día fue de contrastes, muchos lloraban la muerte del Caudillo, muchos otros celebraban el final de un dictador.
A día de hoy la historia ha juzgado a Franco y al franquismo, pese a muchas voces que han pretendido que así no fuera. Algunos falsos historiadores escriben libros maquillando la realidad, aludiendo a que el golpe de estado del 36 no fue tal, etc… en mi opinión esta práctica es muy peligrosa.
A día de hoy, el parlamento a instancias del Gobierno, ha aprobado la Ley para la recuperación de la memoria histórica, esto , va a suponer la dignificación de cientos de personas y sus familias que fueron víctimas de aquel mal episodio de la historia. No se trata de reabrir heridas como dicen algunos, sino de dignificar a los torturados y masacrados por el régimen franquista.
Y como se suele decir, todo pueblo debe recordar su pasado, para comprender su presente y que todo lo malo no se vuelva a repetir.