Es verdad que es una provincia muy desconocida, pero que tiene sitios, lugares y rincones de una belleza increíble; muy recomendable es viajar por la Alcarria como hacía el autor José Cela, la comarca de la Arquitectura Negra, bordeando el Pico del Ocejón, la zona de los pantanos de Entrepeñas y Buendía, y sobre todo la comarca de Molina de Aragón-Alto Tajo.
Cerca de Molina de Aragón “mi pueblo” existe una pintoresca localidad situada en el cruce de la nacional 211 con la nacional II (Madrid-Barcelona) y cuyo nombre es Alcolea del Pinar; pues bien en esta localidad siempre me ha llamado la atención la denominada Casa de Piedra, una vivienda tallada en el interior de una enorme roca ródena a golpe de pico, puntero, martillo y mucho esfuerzo por un vecino del pueblo soriano de Torralba, Lino Bueno Utrilla.
Situado el inmueble al lado de la Autovía de Aragón, su historia la pueden contar sus herederos que enseñan gratuitamente la casa, aunque es conveniente depositar una modesta propina. Lino Bueno pidió la roca que se sitúa en medio del municipio al Ayuntamiento, para hacer allí su casa; los miembros del consistorio un tanto incrédulos y con cierta burla le concedieron la propiedad de la roca para que elaborase allí su domicilio como éste había planteado; Lino Bueno empleó más de una veintena de años en completar su obra que comenzó en 1907 cuando el ayuntamiento de la localidad le regaló el peñón en donde estaba dispuesto a vivir. Ya en 1915 había tallado el suficiente cobijo como para trasladarse con toda su familia, pero siguió tallando para alzar el piso y hacer una chimenea, estanterías, armarios y escaleras. El resultado en 1928, cuando terminó los trabajos, fue una vivienda de dos plantas con tres alturas, unidas por una escalera, y una gran mesa circular en el patio de acceso, todo ello también tallado en piedra. Bueno dejó encargado que dicha mesa estaba destinada para depositar su féretro, en el día de su muerte, a la espera de que apareciera el señor cura a oficiar una última oración, antes de salir con el ataúd hacia el cementerio. Cosa que ocurrió en 1935, cuando Don Lino contaba con 87 años de edad.
La construcción de esta peculiar vivienda llamó la atención de las autoridades y el mismo año que la finalizó recibió la visita del rey Alfonso XIII, acompañado de la reina doña Victoria Eugenia, del jefe del Gobierno general Primo de Rivera y otros altos mandatarios del Estado, concediéndole el ministro de Trabajo, en 1929, la Medalla al Mérito en Trabajo, en su categoría de bronce. Con esto, y con las propinas que daban los ciudadanos que paraban a visitar la original vivienda, don Lino acabó sus días en una situación económica acomodada, por lo que su enorme sacrificio tuvo sus frutos.
Durante la Guerra Civil, la Casa de Piedra sirvió de refugio de los ataques franquistas, a los vecinos del pueblo, siendo habitada posteriormente por los descendientes del constructor hasta el año 1990. Antes, en abril de 1978, otro Rey de España, SM. Juan Carlos I, acompañado de su esposa doña Sofía de Grecia, visitó la casita de piedra, a la cual llegó en helicóptero, desde Molina de Aragón.