viernes, 1 de marzo de 2013

VALENCIA + MARZO = FALLAS





Y con el invierno climatológico que a Valencia no ha llegado hasta estos días,  arribamos al mes de marzo, ese mes que en Valencia cambia su nombre en el calendario, para indiscutiblemente convertirse en el mes de las fallas.
 
Unas fiestas que generan amor y odio a partes iguales, donde se mezclan los rituales con las novedades,  las fobias con la filias, el patriotismo de hojalata con la sensatez, el fuego con el agua, los churros con el chocolate y así un sinfín de sensaciones y circunstancias que conforman la idiosincrasia del pueblo valenciano.
 
 Pese a mis orígenes castellano manchegos, o tal vez por eso mismo, ya que a veces se dice que la mayoría de falleros son descendientes de esta región…siempre me han gustado las fiesta josefinas; el ambiente que se genera en la calle, los ornamentos luminosos, las mascletaes, la música, la fiesta, el estruendo y por supuesto los monumentos falleros. 
 
 
Desde muy niño mi familia me traía a Valencia a disfrutar de las fallas, y pese a la edad, ya las vivía de forma muy intensa; en compañía de mi prima Rosa hacíamos decenas de travesuras con las salidas, los carpinteros, los chinitos y el mítico “tro de bac”; bajábamos a la “despertá” y no parábamos en todo el día de aquí para allá.
 
 Rosa de la Salud y yo
A la “cremá” nunca nos solíamos quedar, pues el día 20 en Molina no era fiesta y por lo tanto yo tenía que ir al colegio y mi padre trabajar, asique en la tarde del 19 siempre partíamos de Valencia ya en plena primavera, hacia Molina de Aragón que todavía estaba inmerso en pleno invierno…; recuerdo esos viajes siempre con enfado por no haber convencido a mis padres de salir de Valencia después de la “cremá”. Y poniendo fin a las fiestas falleras viendo la retransmisión de la “cremá” de la Falla del Ayuntamiento a eso de la una de la madrugada en Televisión española.
Molina de Aragón
A los diecisiete años me vine a vivir a Valencia, y desde entonces hasta hoy las vivo con mucha intensidad; las noches previas a la semana fallera, me gusta ir con los amigos, a ver como los artistas falleros, van ensamblando las grandes piezas, como terminan las juntas, y finalmente como instalan los cada vez más grandes y arriesgados remates que conformarán el cuerpo central de la falla.
Y por supuesto durante la semana de fiestas, no paro ni un segundo, verbenas, castillos, mascletaes, pasacalles, cena de bocata, “torrás” de embutido, algún botellón que otro… en fin lo que es una fiesta. 
 
Y dicho todo lo anterior y ante la evidencia de lo que yo mismo denomino ser un “friqui-fallero”, pues hoy he acudido a la presentación de la revista “el turista fallero”; es la revista decana por excelencia relativa a las fiestas falleras; su contenido a grandes rasgos consiste en: los bocetos de todas las fallas de cada año, sugerencias para visitar, entrevistas, pirotecnia, indumentaria, artículos, etc…; este año cumple la friolera de 71 años. Y sale al mercado año tras año de forma puntual el 1 de marzo.
Yo conservo todos los ejemplares desde el año 1989; y os prometo que los conservo como si de un verdadero tesoro se tratara, pues en definitiva vienen a ser un resumen de la fiesta de cada ejercicio.
La presentación de este año, ha sido muy innovadora con un excelente concierto de jóvenes violinistas  (Ensemble de Violines Capilla de San Esteban), con la asistencia de la Fallera Mayor Infantil de Valencia, la niña Carla González, y con la puesta en escena de todos los colaboradores de esta magnífica revista.
 
 
 FMI de Valencia y colaboradores de "El Turista Fallero" 2013
En la presentación de la misma me he encontrado con mi buen amigo Javi Mozas Hernando, historiador e investigador de la cultura valenciana, que con un grupo de amigos, han conformado la “Associació d´Estudis Fallers”, que tantas cosas buenas está trayendo al mundo de las fallas. (http://www.estudisfallers.org/).
 
Como no podía ser de otra manera el acto estaba lleno de expertos en la fiesta de las fallas, artistas falleros, periodistas, indumentaristas, pirotécnicos, etc…; y entre todos ellos me gustaría destacar, de igual manera por la ingente labor que hace en materia de difusión, estudio e investigación de las fiestas falleras de Xavi Serra, gestor de las páginas de blog, Facebook y twiter de “malalt de falles”; al que le he pedido una entrevista para hacerle un reportaje en este cada vez más cajón desastre blog. (https://www.facebook.com/malaltdefalles)

 
 Xavi Serra (Malalt de Falles)
En fin queya estamos a 1 de marzo; la primera mascletá y en breve las calles de Valencia en plena ebullición.
A los que os gusten estas fiestas, pasarlo a tope; y a los que no, pues tratar de impedir que os afecte e intentar buscar alguna cosa buena, que estoy seguro también la encontraréis.
“senyor pirotècnic pot començar la mascletá”
 

martes, 26 de febrero de 2013

La leyenda del Caballero de Motos en el Señorío de Molina.




 Molina de Aragón
Corría la mitad  de los años 90, y viviendo yo en Molina de Aragón, el cura de la localidad nos llevó a los jóvenes del pueblo a eso que se llamaban convivencias, y que no era otra cosa sino la de estar todo el fin de semana alojados en algún pueblo de la comarca, hacer juegos, actividades, excursiones y el domingo asistencia a misa.
Y entre esta salidas y pese a la lejanía ya en el tiempo, recuerdo con nitidez la excursión que realizamos entre Alustante y Motos, (los dos últimos pueblos de la comarca de Molina, antes de entrar en tierras turolenses).
Y lo recuerdo sobre todo por la rocambolesca historia que nos contaron sobre un caballero misterioso, un bandido que tenía atemorizados a todos aquellos pueblos y al que en la contornada denominaban el caballero negro (por su indumentaria habitual), o caballero de Motos.
La historia de este señor ocurrió allá por la mitad del siglo XV, cuando reinaba Enrique IV, apodado el impotente; (famoso ahora por la serie de TVE “Isabel”); fueron tiempos donde los desórdenes, las injusticias y el desgobierno eran la tónica general.
 
 Enrique IV (serie "Isabel")
Parece ser que el famoso caballero de Motos, no era otro sino un tal Beltrán de Oreja, natural de Hita (Guadalajara) y el cual en una reunión de Cortes celebradas en Madrid, tuvo una fuerte trifulca con un Procurador del Reino, al que terminó agrediendo; hecho éste que le llevó a tener que huir y esconderse, ya que eso era sinónimo de pena de muerte.
Pasado un tiempo prudencial, regresa a Hita, pero al no sentirse seguro ofrece sus servicios como mercenario al Rey Juan II de Aragón, también conocido como Juan el Grande. El cual acepta los servicios de Beltrán de Oreja, y éste allá por el año 1458 aparece por las tierras de Molina, acompañado de su familia, y haciendo más ostentación de pergaminos y títulos,  que de caudales; Se presentó a los hidalgos y administradores de la zona como Álvaro de Hita.
 
 Juan II de Aragón (Serie "Isabel")
Al órgano de Gobierno del Señorío, la denominada “Común de Villa y Tierra”, ofreció sus servicios como caballero para proteger y defender los abundantes ganados de la zona, y entrar en guerra si hiciese falta.
Desde la común se aceptó su ofrecimiento, mandándolo a las tierras mas duras y hostiles, es decir a la Sierra;  y  le pagaban  por cada cien cabezas de ganado puestas bajo su amparo, una gratificación denominada “borra”; de esta manera Beltrán de Oreja fue reuniendo cierta riqueza.
 
Pero parece ser que su carácter ambicioso, y de cierto despecho por tener que haber huido de la Corte Castellana, lo movieron a abandonar las buenas prácticas de proteger al ganado, para convertirse en un bandolero que arrasaba allá por donde iba.

Mandó construir una Casa Fuerte en el pueblo de Motos, y desde allí dirigía su cada vez mayor ejército, (compuesto por mercenarios como él), hacia los pueblos del Señorío, y hacia las tierras colindantes del reino de Aragón, hasta el punto que mandó la construcción de otro castillete en las inmediaciones del Pico de San Ginés, para así poder controlar las tierras del Jiloca.
Sus continuas tropelías, unidas a la ausencia de autoridad y orden del reinado de Enrique IV, hicieron que los pueblos de la contornada tuvieran que protegerse con grandes enrejados en sus casas, o directamente con la construcción de casas fuertes, pequeñas murallas, adarves,  u otras barreras que frenaran el hacer belicoso del Caballero de Motos.
 
Cuando entendió que ya tenía fortuna abundante, se sosegó en sus empresas de rapiña y latrocinio, e incluso se puso al servicio de las autoridades molinesas para luchar contra el nombramiento de Don Beltrán de la Cueva como Señor de Molina.
 
Con respecto al final de sus días, no está claro lo sucedido, si fue asesinado bajo sus mismas artes de engaño y estafa, o si murió de viejo, rodeado de riquezas en su ostentoso castillo de Motos.
Lo que sí se sabe es que años después, el Rey Fernando II de Aragón, (el católico), a ruego y petición de los pobladores de la zona, ordenó a la Justicia de Molina  la demolición del Castillo de Beltrán de Oreja, para borrar el rastro y recuerdo del caballero que tanto daño había ocasionado a los moradores de aquellas tierras; y cuentan las crónicas que se contaban por cientos los vecinos que acudieron a aquellas labores de destrucción y derribo, como forma de vengarse de los graves perjuicios que les había provocado aquel caballero y sus acólitos.
 
 Motos (Guadalajara)
A día de hoy apenas se aprecian unos lienzos de piedras sobre la colina que preside el pueblo de Motos, pero la leyenda de su Caballero negro, sigue siendo motivo de largas conversaciones al calor de las chimeneas, tan necesarias en este frío pueblo serrano del Señorío de Molina.

viernes, 15 de febrero de 2013

Pájaros y más pájaros en los cielos de Valencia.






Desde luego no es algo nuevo en la ciudad de Valencia, pero tal vez porque he coincidido en los horarios, o porque al apreciarlo la primera vez he puesto más ahínco en su observación, me he quedado más que sorprendido de la cantidad de pájaros que pueblan algunas plazas, parques, jardines o árboles solitarios en la ciudad de Valencia.
Y es que las suaves temperaturas del actual invierno, y la cercanía de la ciudad de Valencia con respecto a la huerta, y a la propia Albufera hacen el resto, para que la capital del Turia sea un hábitat cómodo y agradable, para la que se considera una de las especies invasoras más dañinas del planeta.

Albufera de Valencia
Me estoy refiriendo a los estorninos; (Sturnus vulgaris), un pequeño pájaro de plumaje negro con reflejos verdes, morados y pintas blancas, pico cónico y patas rojizas, que tiene un montón de cualidades singulares que desde luego les denota cierta peculiaridad.
 
Una de ellas es que viven en bandadas; de hecho nunca las abandonan y siempre van juntos a todos los sitios; todo lo hacen juntos, a las mismas horas; en un momento concreto salen de los sitios donde duermen, vuelan en una dirección, en otra, vuelven al nido, etc… de hecho ver sus juegos voladores en el aire son todo un espectáculo visual, convirtiendo en verdaderas nubes de pájaros que recuerda en parte  a la película “Pájaros” de Alfred Hitchcock.
Se alimentan siempre en el suelo, comiendo pequeños insectos, lombrices, gusanos, semillas,  etc...; así como restos de comida; hecho éste que les permita vivir sin problemas en zonas urbanas.
Porque además para dormir no suelen tener problemas, aprovechan cornisas, puentes, y sobre todo grandes árboles solitarios, o conjuntos de copas arbóreas de parques, jardines bulevares, etc…
Otra peculiaridad de los estorninos es que son capaces de imitar los sonidos de su entorno, e incluso de aprenderlos.
Es verdaderamente impresionante observarlos sobre todo a última hora de la tarde, cuando se inicia el ocaso de luz solar; los cuales  pueblan las azoteas, antenas y cableados próximos a sus dormideros, y de repente todos a una, y como si en respuesta a una llamada se tratase salen raudos en dirección a estos lugares de cría y descanso.
 

Suelen criar una media de cinco pollos por temporada, esto unido a su condición gregaria lo convierten en todo un problema para los vecinos de las zonas donde duermen y crían, por la algarabía que provocan, y por los efectos de sus excrementos.
Otro inconveniente es que desplazan a las aves autóctonas, en el caso de la ciudad de Valencia palomas y gorriones (estos últimos protegidos legalmente).
Aunque no todo son problemas, ya que gracias a su alimentación acaban con plagas de insectos, invertebrados, incluso restos de basura orgánica arrojada por los humanos.
Fuera como fuese es un verdadero espectáculo observar cada tarde la forma tan curiosa con la que acaban su jornada diurna; en el caso de Valencia, les queda poco tiempo de estar tranquilos, el uno de marzo comienzan las “mascletaes” y en breve las fiestas falleras, donde  el continuo estruendo de los artificios pirotécnicos obligarán a nuestros visitantes de invierno a huir camino  de lugares más tranquilos.

Eso significará que la primavera ya está aquí… aunque este año al menos a Valencia el invierno aún no ha llegado.

domingo, 10 de febrero de 2013

DE VISITA AL MONASTERIO DE LA BUENAFUENTE DEL SISTAL (En el Señorío de Molina)





Convento de Buenafuente del Sistal

Plaza acceso a Buenafuente del Sistal

En los confines del alto tajo, y en mitad de ese desierto poblacional que suponen sus rochas, barrancos y vertientes; de repente entre la espesura del bosque de sabinas, robles y encinas, y aprovechando el valle formado a lo largo de los siglos por un pequeño arroyo, se encuentra el Monasterio de la Buenafuente del Sistal.
Monasterio de la  Buenafuente del Sistal

Desde pequeño he tenido gran vinculación con este lugar, pues mi padre herrero de oficio, bajo los encargos de Don Ángel  Moreno, capellán e impulsor de la supervivencia y perduración en el tiempo de este lugar, ha trabajo mucho en este Monasterio, pudiéndose contar por docenas las veces que lo he acompañado, junto a mis hermanos a poner rejas, barandillas, ventanas, antepechos, etc… y os puedo asegurar que en pocos sitios he comido tan sencillo y tan sabroso como en el comedor de las monjas de clausura.
 Don Ángel Moreno
Ligado al nacimiento del Señorío de Molina, desde el siglo XIII es y ha sido lugar de retiro espiritual y recogimiento, así como última morada de nobles y señores, vinculados al propio Señorío.
De hecho en relación a esto, también puedo contaros alguna anécdota de índole personal. Allá por los años 70 del pasado siglo XX, el Monasterio estaba en un estado casi ruinoso, la ingente actividad del recién llegado capellán, don Ángel Moreno, y la creación de la Asociación Amigos de Buenafuente, apadrinados por personas tan ilustres como el compositor y músico Don Narciso Yepes, o Doña Jimena Menéndez  Pidal, llevaron a la rehabilitación del mismo; ya transcurridos unos años, y ante la búsqueda de historiadores y estudiosos del enterramiento de algunos nobles del viejo Reino de Castilla, decidieron exhumar varios enterramientos de nobles del antiguo Señorío de Molina; se trataba de las tumbas de doña Sancha Gómez y doña Mafalda González de Lara (mujer e hija del tercer Señor de Molina); entre sedas y alguna joyas aparecieron sus momias, que posteriormente fueron depositadas en un cofre de hierro que hizo mi padre para la ocasión, por encargo de doña Jimena Menéndez  Pidal.
 
Recuerdo muy bien aquellos días, y las continuas visitas al taller de mi padre de doña Jimena; una mujer virtuosa, inmensamente sabia, y de una bondad infinitiva que no dejaba indiferente a nadie que la conociese; recuerdo también como mi padre decidió por su riesgo y cuenta poner unas asas para poder portar el cofre, asas que no aparecían en el dibujo que utilizaba de modelo, y que disgustaron a la secretaria personal de doña Jimena, de nombre Carmen Vallina; recuerdo con gracia la discusión testaruda de mi padre y la señora Vallina, cuestión a la que doña Jimena resolvió de inmediato dándole la razón a mi padre, aludiendo que habría que transportar el cofre de alguna manera, y que desde luego en brazos era arduo complicado.
Doña Jimena Menéndez Pidal

Cofre con los restos de doña Mafalda y doña Sancha

Así pues desde el siglo XIII y de forma ininterrumpida entre estos grandes muros han vivido comunidades de monjas de clausura, que han dedicado sus vidas al rezo y a la espiritualidad, rodeadas de un verdadero paraíso terrenal.
Cuando llegas a Buenafuente, te encuentras con un arco que da acceso a la parte monacal y a mano izquierda una empinada escalera que baja hasta una plazoleta presidida por una fuente ornamental, y en cuya vertiente derecha se alza majestuosa la enorme iglesia conventual, que preside todo el complejo.
Levantada allá por el siglo XIII, sigue con fidelidad el estilo cisterciense francés: siendo un edificio de enormes proporciones en una sola nave.
 
 

Destaca por su valor artístico, la talla  románica del Santísimo Cristo de la Salud; su rostro es una muestra latente de la espiritualidad y profundo fervor de la época.

 Cristo de la Salud. (Talla románica)
Pero la gran curiosidad de la iglesia de Buenafuente, y de donde además toma el nombre el complejo, es el agua que mana de una preciosa fuente de piedra incrustada en la pared opuesta al altar.

La "buenafuente" dentro de la Iglesia

Alrededor del templo y del monasterio se han edificado una serie de construcciones, que a la postre forman un pequeño pueblo, y que han servido como espacio de alojamiento para retiros espirituales, residencia de ancianos, etc..
 
Sin lugar a dudas y con independencia o no de las cuestiones religiosas de cada uno, es un lugar que llama al sosiego, a la tranquilidad, a la reflexión; el silencio del lugar, el rumor continuo del agua de la fuente, tanto dentro de la iglesia como en la plazoleta exterior, y las impresionantes panorámicas que desde allí se tienen del cañón del río Tajo, son un estímulo para todo eso que llamamos desconexión, cuestión que ayuda a ello la falta de cobertura telefónica…

 
 Cañón del río Tajo
 
 

 
Si estáis por las tierras del Señorío de Molina, no os perdáis una visita a este enclave, e incluso aprovechar para hacer alguna excursión como la ruta que baja desde allí hasta el puente de la Tagüenza.
 
 Ciervos pastando en las inmediaciones al Monasterio
Podéis obtener más información sobre el Monasterio de Buenafuente, incluso los servicios que allí se prestan entrando en su página web.
 
Si vais por allí ya me contaréis.


LOS AMANTES DE TERUEL. Una bella y triste historia de amor.

     El genial cantautor Ismael Serrano, en su canción “tierna y dulce historia de amor”, afirma eso de que “como todas las histori...