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domingo, 2 de enero de 2022

La inocentada de "los Santos Inocentes".

 


          Veintiocho de diciembre, festividad de los Santos Inocentes, día que se conmemora una gran matanza de niños en Belén, y lo celebramos gastando bromas… como diría Sara Montiel “¿Pero qué invento es este…?”

          Para poder dar sentido a la cuestión, coma a casi en toda la vida, hay que repasar la historia, vamos a ello:

          Primero observemos que se entiende por inocente; la Real Academia de la Lengua, le da varias acepciones; en la quinta se dice que es referido a:

Dicho de un niño: Que no ha llegado a la edad de discreción”; o dicho en términos de la religión cristiana, de la que bebió el latín, y por ende el castellano; un niño de dos años no podía haber cometido pecado alguno, de ahí lo de santo e inocente.


          Y es que la tradición cristiana, por pluma de San Mateo, cuenta que unos magos de oriente llegaron a Jerusalén, e indicaron que venían siguiendo una estrella, que les guiaba camino del mesías, el rey de los judíos que acababa de nacer.


          Esta noticia parece ser que turbó al rey Herodes I “el grande”, el cual preguntó, acerca de dónde se había producido el nacimiento, los magos le dijeron que, en Belén de Judea, y Herodes les pidió que por favor cuando lo hubiesen conocido y adorado, volviesen por Jerusalén para ponerle al corriente y así posteriormente también poder ir a conocerlo; los magos así lo pactaron con él.

          La cosa es que según San Mateo; estos Magos tras llegar a Belén y adorar al niño, en sueños tuvieron una revelación, que no volvieran por Jerusalén y esquivasen a Herodes, haciéndolo así.

Dibujo de  Atabales.net

          Sigue la historia diciendo, que un ángel se apareció, también en sueños, pero esta vez a San José, y le vino a decir que cogiese a María y al niño y se marchasen a Egipto hasta que él les dijera, pues allí el niño corría peligro.

          La cuestión es que Herodes, enfurecido por la burla de los magos de oriente, mandó asesinar a todos los niños de Belén, menores de dos años…; cuenta la historia que más de veinte mil, y así tratar de acabar con el tal Jesús.

          Como habéis podido comprobar la efeméride contada por San Mateo, sólo por San Mateo, porque no hay historiador o cronista alguno que recoja tal barbarie, es un verdadero drama, una gran tragedia, que por cierto más adelante la analizaremos…; veamos por qué lo de las bromas.


          Y ahí es donde ahondamos en la  historia de nuestros pueblos; antes de que llegase el cristianismo a los pueblos de Europa en esta época del año (días más cortos del año), se celebraban los saturnales; y es que en las tierras que constituían el  Imperio Romano, el solsticio de invierno se celebraba conmemorando a Dios Saturno (el dios de la agricultura), y los saturnales no eran otra cosa, sino el encuentro de amigos y familias con grandes banquetes, fiestas de disfraces y bromas a doquier; estos saturnales se celebraban entre el 17 y el 23 de diciembre; coincidiendo con la finalización de los trabajos del campo, celebrada tras la conclusión de la siembra de invierno, cuando el ritmo de las estaciones dejaba a toda la familia campesina, incluidos los esclavos domésticos, tiempo para descansar del esfuerzo cotidiano; así pues de aquellas saturnales (“las navidades” anteriores al cristianismo), nos ha llegado la tradición de las bromas del día 28 de diciembre.

Fotografía de https://www.losviajerosdeltiempo.com/


          Tras los saturnales, y coincidiendo con el solsticio de invierno, el 25 de diciembre se adoraba al Dios Sol; Sol Invictus” es decir el sol victorioso o “inconquistado”, que vencía a la oscuridad, y a partir de ahí los días eran más largos.

Fotografía de http://hablemosdemitologias.com/


          Y volviendo a la tradición cristiana, ¿qué hay de rigor en todo lo contado sobre la matanza de Belén? Pues a ver, la religión cristiana como el resto de religiones, como también lo eran los saturnales, o la adoración al Dios Sol, etc…, no dejan de ser un invento de los hombres; invento que ha sido sometido al devenir de los tiempos, y a la versión dada a esas invenciones por personas distintas, en momentos históricos diferentes…; todo eso en la coctelera hace que las historias no encajen bajo argumento lógico alguno.

 

Fotografía de https://pulsoslp.com

          Que el rey Herodes era un chungo, no hay duda alguna; fue un tipo sanguinario sin escrúpulos, de hecho, en su biografía entre otras lindezas aparece que asesinó a sus cuatro hijos…; pero es difícil que matase a veinte mil niños en Belén en la época del nacimiento de Jesús: primero porque el censo de población de Belén en esa época era de unos 800 habitantes, pensemos en la alta mortalidad que había en los nacimientos en aquellos tiempos, por lo que a lo sumo ese año podía haber en Belén entre 10 o 20 niños; así pues la cifra en la matanza se nos ha ido un poco de la manos.



          Pero el dato que hace arduo complicado que Herodes mandase asesinar a los niños en la época de Jesús es que, murió cuatro años antes del nacimiento de Cristo…

Así que tal vez, el que nos gastó una buena broma “saturnada”, fue San Tomás, o las personas que cogieron aquellos escritos apócrifos, otorgándole una autoría, y relatando una historia inventada….



Fuera como fuese, somos el fruto de lo que vivimos, de lo que leemos, de lo que experimentamos, y así mismo de lo que nos han indo transmitiendo nuestros ancestros generación tras generación…; así que bajo el prisma de lo bello que es vivir; brindo con vosotros/as por muchas saturnadas, navidades y bromas; porque como decía la Maestra  Celia Cruz la vida es un carnaval y las penas se van cantando… FINEM



domingo, 18 de julio de 2021

La Torre que vigila a Molina de Aragón.



 
    Sobre el cerro que rodea por el norte la villa de Molina en Guadalajara, en tiempos de los sarracenos se construyó una atalaya que servía de vigilancia para los vastos terrenos que comprendían la taifa y entorno de la ciudad; eran tiempos complicados de batallas por el credo, de conquistas y reconquistas, de amores imposibles, de vecinos con religiones diversas, de habitantes de la península cristianos y árabes…


    Tras el triunfo del Rey aragonés, Alfonso I el Batallador sobre las huestes morunas, y la constitución del Señorío de Molina, el primer Conde de la Villa  Don Manrique de Lara, decide construir sobre el viejo y decrépito alcázar árabe y sobre la atalaya de vigilancia, un castillo, que por sus características y situación geográfica, sean símil de su poder y legitimidad.
    Un castillo que sin lugar a dudas, a lo "arroz y tartana" de Blasco Ibáñez, trataba de mostrar más poderío  militar, del que realmente se tenía.

 
 
    En alguna ocasión os he hablado del castillo de Molina dando un paseo por sus adarves y almenas.
     

 
    Pero en esta ocasión os hablaré de la torre solitaria que  en lo alto del cerro, ha hecho de  guardián y vigilante, y así mismo faro guía  y referente de la ubicación de Molina a lo largo de los siglos.

 

 

    Como os decía anteriomente, corría el siglo XII, cuando el primer Conde del Señorío decide sobre aquella atalaya árabe construir un gran torreón; y digo lo de gran torreón, porque según algunos cronistas de la época, llegó a uno de los edificios más altos de aquella Europa medieval, con prácticamente treinta metros de alzada; en la actualidad tiene unos pocos menos, dieciocho y medio; luego os cuento el porqué de este decrecimiento. Pero pensad que tenía una planta más con respecto ahora, y su terraza en lo alto, estaba a medio cubrir por tejado a dos aguas.

Dibujo (página web turismo de Molina de Aragón).
 

    Batida por todos los vientos, en su cara noreste acaba de forma de lanza, haciendo por tanto que tenga forma pentagonal; varias son las finalidades de ese remate; uno evitar los ataques frontales por ese lado, ya que es el único franco con acceso llano hasta la torre, y así mismo romper el viento del cierzo (viento frío de noreste), que es con esta  dirección por la que arriba hasta las tierras de Molina.

 

    La torre así misma siempre ha estado rodeada de una gran muralla en forma de rectángulo, en cuyo interior albergaba todas las instalaciones necesarias para el suministro y mantenimiento de la torre; así mismo en este espacio había diversas canaleras, cuya finalidad era conducir las aguas pluviales hasta un gran aljibe, y así proveer a la atalaya de agua, incluso en situaciones de asedio.




    De igual manera dentro de este recinto había un almacén, donde se guardaban alimentos y víveres varios para la guarnición, cocina para elaborarlos, horno de pan, cobertizos con paja, leña etc…; y así mismo había una pequeña herraría para la reparación y puesta a punto de lanzas, cuchillos, hachas, etc… No olvidemos que la función principal de la torre era de vigiliancia y defensa de la población.
    

    También a lo largo y ancho del adarve de la torre se almacenaban grandes piedras para lanzar con catapultas en caso de batalla, y grandes recipientes donde calentar agua para arrojar sobre posibles intrusos.

 

 En este adarve que rodea el recinto exterior se colocaban grúas y poleas para subir sin grandes esfuerzos, todas estas piedras y objetos de defensa desde el exterior a la barbacana de almenas.
 

 
    El acceso a la torre no era como hoy lo conocemos; de hecho se accedía a través de una escalera practicable, de estas de mano, hecha de madera  y cuerda; y que se quitaba para evitar que nadie pudiese entrar, siendo por tanto un edificio totalmente inexpugnable, y que nunca a lo largo de los siglos fue ocupado por fuerzas enemigas a las que controlaban la torre.
 
 
 
    Tampoco era como lo es hoy el acceso al recinto exterior de la torre; éste lo era en forma de ele o codo, para evitar que pudiesen derribar la puerta con un ariete, etc…; y así mismo aprovechando el recodo de acceso, desde   lo alto de la torre poder atacar al invasor arrojando toda clase de piedras y agua hirviendo.
 
Foto blog de Paloma Torrijos.

 
    Por dentro la torre no estaba hueca, se dividía en plantas, a las que igual que en la entrada se accedía por escaleras de mano practicables, que en caso de emergencia se retiraban para evitar la ocupación de las diversas dependencias.

 

    Así pues os diré que la planta baja, es decir por donde hoy se entra, estaba por debajo de la puerta de acceso; el acceso a la torre lo era en torno a dos tres metros del suelo, a través de lo que es hoy  un ventanuco; se ponía la escalera desde el exterior para acceder hasta él; de esta manera en caso de invasión tampoco podían acceder a la torre en tropel, sino que debían hacerlo de uno en uno, lo que facilitaba la defensa del bastión; bajo esta planta de acceso y que suponía por tanto la primera planta,se encontraba el habitáculo, que es ahora la zona de acceso, con la puerta a pié llano, y que enonces se utilizaba como almacén de alimentos y provisiones; y en alguna ocasión incluso como calabozo.
 
 

    Por toda la torre había braseros de cerámica o hierro para calentar las dependencias, y así mismo antorchas para los desplazamientos nocturnos por las dependencias, elaboradas de pez y estopa.
 
    En la primera planta,  es decir la planta por la que se accedía a la torre; se encontraba lo que se denominaba cuerpo de guardia, y que no era otra cosa sino un grupo de soldados que ejercían las labores de guardia y control de acceso a la torre.
Estas dependencias tenían un mobiliario sencillo, mesas y  banquetas, que se utilizaban para comer, baúles para guardar la rudimentaria vajilla, armas,  etc… además de largas bancadas con almohadones de paja para descansar.

 

    La segunda planta, al ser una de las intermedias de la torre, era de las más cálidas, por lo que se utilizaba como dormitorio de la guarnición; su mobiliario lo componían grandes jergones, es decir colchones de esparto, paja o hierba, donde descansaban los soldados todos juntos; así mismo en estas dependencia había cántaros con agua, braseros, perchas, arcones, y orinales.

 

    La tercera planta era la más caliente de la torre, por lo que ésta se convertía en las dependencias del jefe o responsable de la guarnición de guardia; el mobiliario también era escueto y sencillo, una estructura de madera que hacía las funciones de cama, colchón de paja, perchas, arcones, tinajas con agua, mesa, taburete y orinal.
Las ventanas se cubrían de telas y pellejos con grasa para evitar la entrada de frío y las corrientes de aire; pensemos que en esa época no había  cristal , ni ventanas con rotura de puente térmico etc...

 

    En la misma habitación también dormían los ayudantes más directos del jefe de turno.
 
    Toda la dependencia contaba con  braseros altos,  fijos sobre un pie, en que se encienden materias inflamables y que servían como calefacción e iluminación. También se usaban velas elaboradas con grasa, ya que la cera era un producto de excesivo lujo.
 
    La cuarta planta…; ya llevamos cuatro plantas en un edificio del siglo XII…; se utilizaba como almacén de utensilios para la torre, armas, munición, leña, mobiliario de la torre, etc…

 

    Por último llegamos a la azotea; ésta se dividía en dos espacios, uno cubierto con un tejado  a dos aguas, machihembrado  con madera, y otro dedicado a terraza; en la zona cubierta se guardaban los materiales que necesitaban estar secos, como por ejemplo leña, y servía para cubrir y proteger de las inclemencias meteorológicas el acceso a las plantas inferiores.
 

    El resto de espacio de la terraza servía para comunicaciones a través de espejos, humo y fogatas con el resto de castillos y fortificaciones del Señorío, y de fuera (Zafra, Santiuste, Alpetea, Peracense…); así como lugar único para la vigilancia, y de defensa de la propia torre.

 
  
    En esta azotea también se guisaba para el personal de guardia, y se guardaban piedras y elementos arrojadizos para el caso de ataque al torreón.
 
    Desde la torre al castillo, había una coracha o pasillo subterráneo, que permitía el paso de un espacio a otro sin ser visto por el enemigo, en caso de conflicto.

 

    Desde su construcción hasta nuestros días, mucho ha llovido e incluso nevado por estos lares, siendo la Torre protagonista de decenas de avatares históricos.
 
    Tras la muerte de Doña Blanca, y heredado el Señorío su hermana la Reina de Castilla María de Molina, de la que hace unos días, se cumplió el séptimo centenario de su muerte e 1 de julio del año 1321,  la torre y el castillo dejaron un poco su papel defensivo, y de apariencia de poder.
 
 

  ¿Y por qué a la Torre se le apellidó de Aragón?, bueno pues la razón la tenemos, por aquellos seis años (1396 - 1375); en que Molina y sus tierras, pasaron a conformar parte del Reino de Aragón.
Aquí os cuento, por qué Molina se apellida de Aragón:
 
    En recuerdo de aquella efeméride Molina se apellida de Aragón, y denominan a la torre más alta y visible del castillo, como  Torre de Aragón.

 
 
    Muchos años después, cuando Carlos VI, y como dice la periodista Nieves Concostrina, el mastuerzo de su hijo, Fernado VII, dejan pasar a Napoleón camino de Portugal, y éste decide quedarse en España; surge aquella guerra denominada de la indepedencia, donde los españoles luchan porque sus Reyes regresen del exilio vacacional en Bayona, y José I (José Bonaparte, también conocido como Pepe botella, por bajar lo impuestos a las bebidas esperituosas), salga de Madrid, en dirección a los Pirineos.
    Molina sufrió mucho en aquella guerra, de hecho los franceses quemaron más de 600 viviendas, y entre otras edificaciones la iglesia de San Gil; lo partidarios del Napoleón, tomaron la torre, convirtiéndola en su  cuartel general, haciendo un gran foso a su alrededor.

 
   
 
     En esa época las recién creadas Cortes de Cádiz, ante el esfuerzo de los molineses en la lucha contra los franceses, concedieron a Molina el título de ciudad.

Juramento Cortes de Cádiz (Wikipedia)


    Pero la gran transformación de la Torre, vino años después con las denominadas guerras carlistas; el Rey Fernando VII, “el deseado”… en su lecho de muerte deroga la Ley Sálica, permitiendo con ello que puedan reinar las mujeres, él cuenta solamente con una hija, menor de edad, y que por tanto debe tomar la regencia su mujer de nombre María Cristina; la hija sería la futura Reina Isabel II; pero tal derogación de la Ley Sálica enfadó enormemente a su hermano Carlos María de Isidro, que entendía que a él le correspondía el trono, surgiendo así una guerra civil denominada como las guerras carlistas.

 
 
    Pues bien los carlistas tomaron rápido la ciudad de Molina y se instalaron en su castillo y torre de Aragón, y aunque por fuera apenas cambiaron nada, por el interior la cambiaron de arriba abajo, haciendo una escalera fija de madera, en vez de las incómodas practicables, y que es la escalera que ha llegado a nuestros días.
 

 
 
    Cuando acabaron las guerras con el triunfo de los Isabelinos; Isabel II recordando que el castillo de Molina había sido refugio de su enemigo decidió volarlo, y así comenzó a bombardear la Torre de Aragón y el recinto amurallado del castillo, ese que baja a lo que hoy es el cruce de la Nacional 211, con la Autonómica que va en dirección a Daroca y Calatayud. 
 
 
    Tras las peticiones del pueblo de Molina de que no tirase su edificio más emblemático, y por el alto coste que suponía la obra, Isabel II, accedió a la petición y no derribó la fortaleza, pero la Torre de Aragón, rota y desmochada perdió casi diez metros de altura, de ahí su decrecimiento que os comentaba antes.

 

    Fuera como fuese la ubicación de la Torre de Aragón es impresionante porque se atisba desde la práctica totalidad de los términos municipales que comprenden el antiguo  Señorío de Molina, siendo sin lugar a dudas uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad.
 
 

    Sólo me queda recomendaros la subida a este precioso edificio y que disfrutéis del paisaje que desde arriba se otea. FINEM

 

jueves, 19 de marzo de 2020

¿Por qué a los José y Josefas también les decimos Pepe o Pepa?





En la carrera teníamos una asignatura que se llamaba “historia de las constituciones y los códigos”; era optativa y como siempre me ha encantado la historia, pues me la pillé. 

El examen lo recuerdo perfectamente fue un 24 de junio a las 9:00 de la mañana; como todos los 24 de junio, la víspera es la noche de San Juan,  así que como al día siguiente tenía examen, decidí salir, pero con la intención de recogerme pronto, el plan era; amig@s, bocata, una par de cervezas en la playa, y lo típico a las 24 horas tras saltar las olas me pillo el bus y para casa…; la cuestión es que por unas cosas o por otras, culpa de mis amigos desde luego la noche se alargó, hasta el punto que ya dije, bueno no me vaea la pena ir a casa, desde aquí al examen y así lo hice… que fama de golfo voy a coger, a ver era muy joven (un poco más que ahora).
Constitución de 1812 (Imángen de Nueva Tribuna)

         El examen era oral y la primera de las tres preguntas era “cuéntame todo lo que sepas de la Constitución denominada la Pepa”. La verdad es que el examen me salió muy bien, me pusieron un sobresaliente y cuando salí del aula grité un “viva la Pepa”…

         La Constitución que aprobaron las Cortes de Cádiz en 1812, en plena Guerra de la Independencia contra los franceses, tomó ese nombre por haberse promulgado el 19 de marzo, festividad de San José.

         La actual Constitución, la de 1978, se promulgó en 27 de diciembre, pero no entró en vigor hasta el 29 de diciembre, no fuese que se le pusiera algún mote rollo la inocentada o algo así, si entraba en vigor el 28 de diciembre (fiesta de los Santos Inocentes).

Imagen Diario de Córdoba

         Pero el post, no va de constitucionalismo, ni de historia de los códigos, sino de por qué a los José o Josefa se les llama Pepe o Pepa.
         Hay varias teorías al respecto:


 
     La primera de ellas es que Pepe o Pepa a priori son un hipocorístico, y ¿qué es un hipocorístico?, pues según la Real Academia Española de la Lengua: “ Dicho de un nombre, que en forma diminutiva, abreviada o infantil, se usa como designación cariñosa, familiar o eufemística, que es la forma diminutiva, abreviada, deformada o infantil del nombre habitual, y que se usa como apelativo afectivo, familiar o eufemístico.


         Así pues, como de Francisco es Kiko, de Rosario es Charo o de Consuelo es Chelo de José es Pepe.

         Otra teoría indica que realmente viene del nombre de José en italiano, es de decir de Giuseppe, Pepe.

         La tercera teoría y que a mí es la que más me convence, y así lo aseveran latinistas de reconocido prestigio como el Profesor Emilio del Río, es que viene de los textos litúrgicos; en los mismos aparece la expresión “Sanctus Iosephus P. P. Cristhi” que quiere decir San José padre putativo de Cristo.
         Padre putativo según indica el diccionario de español jurídico es aquel cuya paternidad es presunta, pero no ha sido determinada; es decir que aparentemente es el padre, pero no está claro a ciencia cierta que lo sea.
 
(Página la oración de José).

         Así pues, como la gente leía tras el José P. P. y además no sabían latín, al Patrón de los carpinteros se le empezó a llamar también Pepe.
         Y así José y Josefa son Pepe y Pepa.
FINEM.

LOS AMANTES DE TERUEL. Una bella y triste historia de amor.

     El genial cantautor Ismael Serrano, en su canción “tierna y dulce historia de amor”, afirma eso de que “como todas las histori...