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jueves, 20 de septiembre de 2012

MINGLANILLA . Dos días de septiembre.




Muchos pueblos y ciudades de nuestro país, celebran sus fiestas patronales antes o después de recoger las cosechas de los frutos más característicos de cada zona, siendo muy típicas las denominadas fiestas de las vendimias; algo parecido pasa en el municipio de la manchuela conquense de Minglanilla, donde los días 13 y 14 de septiembre, a las puertas de recolectar los miles de kilos de uva que estas tierras dan, celebran sus fiestas patronales en honor al Santísimo Cristo de la Salud.
Minglanilla no es un pueblo que se caracterice por un gran entusiasmo católico, o por mucha práctica religiosa; pero el fervor por el patrón lo ejercen jóvenes y mayores y de todas las tendencias ideológicas; por esta cuestión el día del Cristo, (14 de septiembre) está marcado en el calendario de los habitantes e hijos del pueblo como cita ineludible de reencuentro y festividad.
Los días previos al 14 de septiembre el pueblo se engalana de arriba abajo, banderas, flecos, luces, y calles pintadas son el preludio de los días grandes, donde todo el vecindario en sana competencia se afana  por adornar mejor sus calles, sus fachadas y sus balcones.
 
Por fin llega el día 13 de septiembre, a eso de la sobre mesa (16:30 horas), desde la Casa Consistorial se realiza el pregón que da el pistoletazo de salida a los días grandes de las fiestas, comenzando ésta por el desfile de carrozas, donde los más jóvenes ataviados con originales disfraces hacen las delicias del numeroso público que se agolpa en las aceras, a ver los atuendos, las coreografías, o los montajes realizados.

 
 Carroza ganadora
A las 22:30 horas la última novena, y sale el Cristo en Procesión, (ya os he dicho que todo gira en torno a su Patrón), por las calles que pasa la procesión los vecinos le han preparado tracas y decenas de artilugios pirotécnicos, que van disparando conforme el paso se va trasladando por las calles más céntricas de la población.
 

 
 
 

Tras esta procesión la noche se hace día con el dantesco castillo de fuegos artificiales que se dispara desde el frontón. Hace más de veinte años que el encargado de este castillo de fuegos de artificio y de la mascletá que se dispara el día del Cristo, es la pirotecnia Gori de Mislata (Valencia). 
 
 
 
Y tras los fuegos artificiales en la popularmente conocida como calle Real (Generales Crespo) se lleva a cabo lo que en el programa de fiestas denominan exhibición  de ganado; y que no es otra cosa sino la suelta de vaquillas a lo largo y ancho de esta calle central del pueblo. El carácter guasón y jovial de las gentes de Minglanilla hacen sumamente divertido este encierro que dura hasta altas horas de la madrugada; en torno a las 6:30 o 7:00.

 
 ambiente calle Real durante la vaca

 

 
 Con la familia en la vaca                        
Hasta no hace muchos años, a eso de las 4:30 ó 5:00 comenzaba en el mismo emplazamiento una batalla campal con petardos borrachos o carretillas como las denominan aquí. Donde los que sólo íbamos de mirones provocábamos a los tiradores para que nos introdujeran también en aquella guerra de pólvora y ruido; siempre éramos el mismo público el que allí nos quedábamos para ver este espectáculo, que para mí era de los más intensos y divertidos de la fiesta, por la emoción del peligro, la belleza de la pólvora, el ambiente, etc… Pero la polémica surgió con la queja de algunos vecinos de la calle Real (quejas totalmente entendibles), que provocaron un encarnizado debate entre los vecinos de Minglanilla sobre todo a través de foros y redes sociales; eso unido a las estrictos requisitos exigidos por el Ayuntamiento a los tiradores, ha conllevado a que la guerra de carretillas haya desaparecido, llevando ya varios años donde no se tira ninguna… ojalá con el tiempo se pueda retomar esta tradición,  tal vez cambiando de ubicación donde no se moleste a vecinos, ni provoque daños materiales.
Por fin llega el día 14 de septiembre, el día grande, el día que muchos esperan a lo largo del año; la magnífica banda de música de Minglanilla a muy tempranas horas recorre las calles del pueblo en compañía de la Reina de la Música, para a modo de diana, despertar al vecindario recordando que es el día del Patrón.
 
Es muy típico a esas horas tomar churros y chocolate caliente, antes de ponerse a colocar los cientos de kilos de material pirotécnico que se van a instalar en las calles; y es que durante las semanas previas a las fiestas, el vecindario recoge dinero para montar tracas, mascletaes y pequeños castillos de fuegos artificiales que dispararán al paso de la procesión.
Mi vinculación con Minglanilla viene, porque mi padre es natural de allí, y tengo familia a la que además adoro y a la que siempre que puedo voy a visitar; el emblema de mi familia de Minglanilla, lo representa mi tía Remedios (hermana de mi padre), ya hace tiempo os hablé de ella como una mujer fuera de serie;
 (http://blogdeoscarpardodelasalud.blogspot.com.es/2012/01/remedios-pardo-penarrubia-una-gran.html)
Pues bien, ella es la encargada de recoger los dineros para colocar las tracas en su calle, la calle de San Quirico. De siempre he conocido un ya muy desgastado cartel por los años que tiene, en el que se dice: “se admiten donativos para la traca del Santo Cristo, depositario Remedios”; y de esa manera va recogiendo lo que los vecinos algunos de forma voluntaria, y otros de forma forzada por las indirectas de mi tía…, le van dando para que el día 14 por la mañana el barrio de la picota no se quede sin sonar fuerte.
 
 Remedios Pardo colocando traca calle San Quirico
Y es que antes de la procesión central  donde el paso del Cristo recorre muchas calles del pueblo, Minglanilla parece un polvorín donde decenas de petardos cubre el pavimento de las calles, bien por el suelo o bien colgados a través de cordeles entre rejas y balcones.
 
 
 
 
A partir de las 12 horas cuando acaba la misa mayor y sale el paso del Stmo. Cristo de la Salud a la calle, hay que poner en guardia los sentidos, vista, oído y olfato para poder disfrutar de los grandes espectáculos pirotécnicos a lo largo y ancho del pueblo; pirotecnia que los vecinos han ido preparando para de esta manera tan estruendosa, honrar a su patrón.


 
 
 
 

La procesión acaba también de una manera un tanto singular, en un acto que desde luego es tradicional, pero que a mi parecer tiene formas de  otros tiempos, y que en cierta manera desprende algunos matices de ostentación; consiste que a las puertas de la Iglesia se hace una subasta vara por vara del paso que porta al Cristo para entrarlo en la Iglesia Parroquial; aquí se produce una mezcla de sentimientos, promesas, fe, pero también lucimiento y como os decía antes cierta ostentación; porque seguramente muchos de los que se agolpan alrededor de aquel acto tienen fe, y han hecho promesas a su Cristo por una u otra razón, pero si no tienen haberes no pueden participar del mismo.

Preguntando al Presidente de la Hermandad del Stmo. Cristo de la Salud, de nombre Miguel Ángel, el cual de forma exquisita me ha atendido, me comenta que  el dinero que se recoge de la subasta de las varas, se utiliza para la restauración y el mantenimiento de la Iglesia, las ermitas, etc… como por ejemplo para el tema de la calefacción, puesta de bancos, limpieza de las imágenes, etc… hace unos días un párroco de Sevilla pidió a su feligreses que en vez de llevar flores a la Virgen, le llevasen alimentos no perecederos para ayudar a vecinos en dificultad, tal vez esta tradición y desde aquí hago la propuesta podría tornar en algo parecido, o asegurar que esos recursos se destinen a ayudar a los vecinos con dificultades; aunque no me parece mal que se destine al mantenimiento del patrimonio eclesiástico del pueblo.
La tarde del día del Cristo es sinónimo de corrida de toros; y a las 21:30 el traslado del Patrón de la Iglesia a su ermita de donde en principio no saldrá hasta el año que viene; ahí se escuchan los últimos vítores emocionados,  que culminan con una impresionante mascletá que hace temblar los cimientos de Minglanilla.
 
Al año que viene más y mejor.
Y como se diría por estos lares, ¡Viva Minglanilla y viva el Stmo. Cristo de la Salud!
  
Minglanilla al atardecer (13-09-2012)

lunes, 16 de enero de 2012

REMEDIOS PARDO PEÑARRUBIA (una gran mujer)

Panorámica de Minglanilla (Cuenca)

Estimados/ amigos/as de este humilde y un tanto cajón de sastre blog, en esta ocasión os quiero presentar a una de las personas que más admiro; y esto es así por muchas cuestiones, pero sobre todo por su forma de ser y de vivir; se trata de Remedios Pardo Peñarrubia, mi tía Remedios.

Seguramente a ella no le concederán la medalla al mérito del trabajo, ni un premio por su continua acción y labor solidaria en hacer la vida más fácil a todo aquel que le rodea, pero realmente estas menciones no le hacen falta, ya que se las concedemos todos los que tenemos el inmenso placer de conocerla y compartir tiempo con ella.

Mi tía Remedios, es hermana de mi padre y nació en Minglanilla (Cuenca) un gélido19 de febrero de 1926, por lo que está apunto de cumplir los 86 años. Pero esto no es óbice para que siga siendo una trabajadora incansable y es que a penas hace unos días terminó de recolectar las aceitunas con sus hijos y nietos, ella sigue siendo la campeona de la familia en las actividades de la vendimia y es sin lugar a dudas el alma de su calle al llegar los días de las fiestas patronales en honor al Stmo. Cristo de la Salud.

Mi tía en medio de mis padres

Remedios desde muy joven y como la mayoría de las gentes de esta época conoció lo que eran las penurias y la vida dura; con apenas 9 años marchó a Valencia en plena Guerra Civil a servir en casas de gentes adineradas para ayudar a su hermana Isidora cuyo marido había sido encarcelado por ser un destacado dirigente sindical de UGT. Estuvo en Valencia hasta los 14 años, para regresar nuevamente a Minglanilla de donde ya nunca más se marcharía y en donde reside hasta el día de hoy.

En Minglanilla se encargaba además de cuidar a su hermano pequeño, (el que es mi padre), a las labores del campo, así mismo marchaba con mi abuelo de nombre Nicanor a vender fruta, mosto, vino y miel por todas las poblaciones de la provincia de Cuenca, Albacete e incluso Teruel; y es que mi abuelo hacía las funciones de arriero-carretero y con una mula y un desvencijado carro recorrían estas tierras pasando muchas precariedades y anécdotas que mi tía cuenta de forma jocosa y alegre, aunque todos sabemos que el momento de ocurrir no lo fuesen tanto.

Y es que mi tía es una persona de espíritu alegre y optimista, y que pese a su avanzada edad tiene un ideario progresista y moderno que le ha llevado a ser una más del grupo de amigos y amigas de sus nietos, a ser consejera de todo el mundo, y punto de apoyo de toda la familia.

Por no hablar de sus conocimientos en materia agrícola y culinaria. Es una experta en todo lo relativo al cultivo de las vides, los olivos, las huertas, etc… y una cocinera de guía “michelín”. Una persona sabia que siempre sabe escuchar para luego mejor aconsejar, y es que ella ha sido y es matrícula de honor en la universidad de la vida.

Con 14 años, comenzó una relación con el que posteriormente sería su marido, Venancio Martínez, tras once años de noviazgo se casaron celebrando su boda como se hacía entonces con unos buenos tazones de chocolate y soletas (galletas de sabor neutro ideales para mojar),y sopa de ave para los más allegados.

Me cuenta mi prima Rosana (nieta de Remedios) que mi tía fue de las primeras mujeres que se casaron de blanco en el pueblo, ya que tras la contienda civil se había impuesto la moda de casarse con vestidos de color oscuro entre gris y negro; era el 15 e marzo de 1951; su viaje de novios fue la visita a su hermana Isidora que vivía en una portería del centro de Valencia; coincidiendo esos tres días con las fiestas falleras.

Mis tíos Venancio y Remedios fueron muy felices y se quisieron muchísimo, de su relación nacieron mis primos Luis y Rosa Mari.

Pero la mala suerte truncó esta felicidad en agosto de 1973, a mi tío Venancio le dio una trombosis en una pierna que en apenas diez días le arrebató la vida contaba con la edad de 49 años; así pues mi tía se quedó viuda con 47 años, un hijo de 22 y una hija de 16 años.

Mi primo Luis marchó a Valencia para buscarse el porvenir, quedándose en Minglanilla mi tía y mi prima.

En ese momento no existían subsidios de viudedad, pensiones o ayudas sociales, lo que conllevaron a que mi tía con mucho esfuerzo, y la ayuda de un viejo jamelgo cultivase las tierras que tenían y poco a poco fueron saliendo adelante.

Mi padre muchas veces la nombra recordando a mi tía subida encima de las vertederas tiradas por el mulo, para poder apenas arañar la tierra… sin lugar a dudas una vida de mucho trabajo y esfuerzo.

Así mismo siempre ha tenido gallinas, conejos, cerdos, ha elaborado los embutidos de mucha gente del pueblo, ha cultivado flores ornamentales que vendía para la festividad de “todos los santos”, etc…

Años después su hija se casaba con Miguel Huertas, un joven de Jalance que en esos tiempos estaba trabajando colocando una línea de electricidad de alta tensión por las cercanías del pueblo, y que supuso todo un revulsivo en el hogar; trabajador, alegre y de gran corazón enseguida congenió con mi tía Remedios la cual lo tiene como a un hijo más. De este matrimonio nacen mis primos Rosana y Luis Miguel.

Desde entonces hasta hoy todos han vivido juntos, siendo Remedios el pilar afectivo de la casa.

La tía Remedios y familia

En relación a lo que os he comentado con respecto a las fiestas os cuento. En Minglanilla es tradición engalanar las calles, así como pintar los bordillos de las aceras los días previos a las fiestas. Así mismo se disparan grandes estructuras de pólvora con tracas y petardos a lo largo de la procesión del patrón el día grande de las fiestas… pues bien en la calle de San Quirico son tanto mi tía Remedios, como su nieta Rosana (la cual ha heredado su energía y alegría) las que organizan y se encargan de que en el barrio haya fiesta y armonía, engalanan las calles, elaboran la carroza para desfilar, y recogen los donativos de los vecinos, para encargar y montar la traca que disparan como homenaje al patrón al paso de la procesión.

Con mi tía Remedios instantes antes de encender la "traca del Cristo"  Stmo. Cristo de la Salud

 


En definitiva la tía Remedios es una persona sabia y buena, optimista y con un sentido del humor envidiable que hace feliz a todo aquel que está a su alrededor, ahora de nuevo a sus casi 86 años está volviendo a criar, su bisnieto Eneko, el cual no la deja ni a sol ni a sombra.

Sirva este post para descubrir en la red a una mujer anónima, que ha peleado mucho por la vida, por los suyos, por hacer de este mundo un lugar mucho más amable, y que a día de hoy sigue dando lecciones de cómo ser y como vivir.

 


 

Sirva de igual manera para transmitirle mi admiración, respeto y sobre todo cariño.

Si pasáis por Minglanilla, no dejéis de preguntar y conocer a Remedios Pardo Peñarrubia (la nicanora) os aseguro que nos os dejará indiferentes.

 


Apunte:

En 23 de mayo del año 2022 a las 21:00 horas, con 96 años; en su cama y rodeada de sus seres queridos expiró; habiéndonos colmado de besos y abrazos a todos.


 

Su energía estará por ahí, y seguirá haciendo el bien.

Gracias tía por tanto y por todo. 😊

 

(Minglanilla en 23 de mayo del año 2022, a las 21:00 horas.)

 


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