Al estilo como hacen los padres con lo de “ya te lo dije yo que ocurriría algo así…” pues bien algo parecido advertí yo hace unos meses con el tema de la puesta en marcha del servicio público de “Valenbisi”.
Hasta antes de ponerse en marcha este proyecto, éramos pocos los ciclistas que nos atrevíamos a desplazarnos por Valencia con este ecológico, barato y silencioso medio de transporte; de esta forma aunque el carril bici era igualmente escaso, y la concienciación o educación vial era igual de exigua, a ser menos apenas se sucedían problemas.
La cuestión es que ahora desde el centro de la ciudad hasta los poblados marítimos, Valencia cuenta con este servicio lo que ha multiplicado por mucho el número de ciclistas por las calles de nuestra ciudad, con la complicaciones que eso acarrea, si no hay infraestructura, costumbre y cultura del uso habitual de bicicletas.
Una ciudad donde las distancias no son muy grandes, el clima es muy benévolo y la orografía totalmente plana, hacen de Valencia una ciudad ideal para moverse y desplazarse a través de las dos ruedas.
Pero desde el Ayuntamiento dirigido por la muy conservadora Rita Barberá se sigue apostando por diseñar una ciudad meramente para los coches, en detrimento de los peatones y ciclistas, haciendo que tengamos el triste honor de ser una de las ciudades más ruidosas de España, y de tener grandes índices de contaminación en muchas calles y avenidas.
Ante este uso masivo de bicicletas, el Ayuntamiento ha escogido el camino más rápido, una ordenanza dura y básicamente sancionadora, donde el mayor perjudicado es sin lugar a dudas el ciclista, y con ello toda la población, ya que de nuevo se apoya de forma indirecta el uso del vehículo en detrimento de la bicicleta.
Este verano se han multado a miles de valencianos por circular en bici por el paseo marítimo, (recordemos que Rita Barberá, ha dejado al Ayuntamiento de Valencia al borde del abismo económico, siendo el segundo más endeudado de España), por eso estas cuantiosas multas vienen muy bien para las malogradas arcas.
Todo menos hacer una firme campaña de concienciación vial y medio ambiental, todo menos crear nuevas infraestructuras de carril bici, todo menor habilitar calles, o carriles para el uso de la bicicleta, todo menos permitir que Valencia sea una ciudad más silenciosa, menos contaminada y en definitiva más habitable.