Hace unos días y aprovechan las vacaciones de Semana Santa
unos buenos amigos y yo, decimos hacer una rutilla por el turolense pueblo de
Tormón.
La idea primigenia era ir en busca del nacimiento del río
Ebrón, andando por la orilla del cauce desde Tormón hasta los barrancos
comprendidos entre Jabaloyas y Valdecuenca; pero el hecho de comenzar la excursión más tarde de lo que pretendíamos nos
hizo desistir de tal empresa, dejándolo pendiente para otra ocasión.
Así las cosas dimos un buen paseo por la senda que a mitad de
montaña une los pueblos de Tormón y Jabaloyas, vislumbrando de continuo el
lecho totalmente seco del río Ebrón, el cual brotaba a la superficie junto a
las primeras casas de Tormón, y también la gran mole con forma de meseta que
supone el monte Javalón, con la ermita erigida en honor a San Cristobal.
Hace tiempo escribí algo sobre Jabaloyas y el Javalón: (http://blogdeoscarpardodelasalud.blogspot.com.es/2011/10/jabaloyas-pueblo-de-las-brujas-y-el.html)
Después y ante la excesiva canícula para el mes de abril,
decidimos caminar aguas abajo de Tormón, al paraje conocido como Calicanto; que
no es otra cosa sino una impresionante cascada donde el río Ebrón salva entre cuatro o cinco metros.
Lo angosto del lugar, la abundante vegetación que dificulta
el paso del sol, y las miles de pequeñas gotas de agua en suspensión que
produce la catarata, han creado un micro clima que ha permitido la aparición de
líquenes y frondosos helechos.
La parte alta de la cascada se aprovechó en tiempos para
crear un caz, por donde dirigir el agua camino de dos grandes molinos
harineros, que hoy en ruinas recuerdan un esplendoroso pasado económico, ya que
en ellos se molía el trigo y la cebada
no sólo de Tormón sino de los pueblos aledaños de Alobras y Veguillas de la
Sierra.
También en uno ellos, se aprovechaba la fuerza del agua para
la generación de electricidad. El escaso consumo, pues apenas había aparatos
eléctricos en las casas, y la abundante agua hacían que Tormón se abasteciera
exclusivamente con la electricidad que se generaba en dicho molino.
Y es aquí en este hermoso paraje donde se inicia una de las
rutas más bellas y originales para hacer por estas tierras; ya que para
disfrutarla de veras hay que hacerla por dentro del cauce de las frías aguas
del río Ebrón, por lo que es recomendable hacerlo en época estival.
Algo escribí también en una ocasión sobre esta ruta: (http://blogdeoscarpardodelasalud.blogspot.com.es/2010/08/un-paseo-por-los-estrechos-del-rio.html)
Tras comer tranquila y reposadamente, con la tertulia
habitual entre amigos. Y después de observar el devaneo de cientos de mariposas
en la senda por la que íbamos, decidimos regresar a Tormón, a tomar un helado o
algo fresco, pues un vecino nos había dicho que el día de antes habían abierto
un bar.
Tormón en un pueblo pequeño rodeado de una agreste
naturaleza, y que en su casco urbano tiene dos elementos característicos, los
restos de un castillo defensivo, y la Iglesia dedicada a la Natividad de la
Virgen.
Del castillo poco queda, solamente los basamentos de lo que
debió ser una atalaya inexpugnable y que parece ser formaba parte de una línea
defensiva de los reinos taifas de Albarracín y Alpuente, allá por el siglo XI,
antes de la conquista cristiana.
La iglesia como el pueblo es sencilla; su construcción se
llevó a cabo a mitad del siglo XVII no
siendo muy claro su estilo; e influenciada por las diversas arquitecturas
eclesiásticas de una zona que siempre fue frontera entre los reinos cristianos
de Aragón, Castilla y Valencia.
La edificación la componen tres naves, con gruesos muros de
mampostería; destaca su torre situada a la izquierda de la puerta de acceso,
compuesta por tres cuerpos; los dos primeros cuadrangulares y el último
octogonal, para terminar con un tejadillo coloreado lleno de detalles, sobre el
que se sitúa una veleta de hierro forjado y un pararrayos desprendido.
La campana de la iglesia se toca desde el exterior del
templo, tirando de una cuerda que cuelga del badajo…
Y tras pasear por el pueblo, como os decía acudimos a lo que
había sido el acontecimiento del año en Tormón, habían reabierto el bar.
Al llegar al establecimiento nos encontramos a una gran
familia comiendo con caras de cansancio pero así mismo de satisfacción.
Allí conocimos a Pepita una encantadora tormonensa que nos
dijo ser la esposa del alguacil del pueblo; estaba esperando a que viniera su
tío y otros dos amigos para echar una partida a un juego de cartas denominado
guiñote; mientras esperaba nos empezó a narrar como es la vida en Tormón, un
pueblo en el que en invierno apenas son quince personas.
Nos contó como a lo largo de la semana vienen mercaderes
diversos a surtir de provisiones a los tormonenses, los martes el butano, los miércoles
la fruta, los jueves el pescado y los congelados, y los viernes la carne y el
pan…; así casi todos ellos cuentan con grandes neveras o arcones para guardar
los alimentos.
Pepita y amigos jugando al guiñote |
Al poco llegaron sus compañeros de juego y Pepita marchó a
jugar; ocupando su lugar de diálogo Aída; una bellísima riojana que derrocha
entusiasmo y alegría y que junto a su pareja Jaime son los protagonistas indiscutibles
de la reapertura del bar de Tormón.
Aída se desplazó desde la Rioja hasta Teruel para cursar sus
estudios universitarios de psicología, estando en la ciudad de los “Amantes”,
conoce a Jaime, hijo de los panaderos de Villarquemado, y pronto deciden
emprender juntos una nueva vida.
Alguien les había hablado que en muchos pueblos de la comarca
turolense, buscan jóvenes para llevar ganado, etc…; por lo que decidieron
trasladarse hasta el edificio donde la Comarca de Teruel tiene su sede; hay que
recordar en este punto que Aragón está gestionado por el sistema administrativo
de la comarcalización, que aunque más costoso en un primer momento, está
mostrando que la descentralización bien gestionada da muy buenos resultados…; dicho
esto vuelvo a la historia: estando en la Comarca les dijeron que Tormón, un
pequeño pueblo del extremo occidental de la Sierra de Albarracín, estaba
buscando a alguien para abrir, gestionar y dirigir un bar, un albergue y una
casa rural; Jaime y Aída indecisos comenzaron a preguntar, y desde la
institución llamaron al Alcalde del pueblo que precisamente estaba por Teruel.
El Alcalde de nombre Faustino Archilaga, se apresuró en
llegar a la Comarca para poder hablar en persona con Aída y Jaime; tras
departir unos instantes, Faustino lo único que les interpeló fue: “no quiero
porreros en Tormón ¿eh?”, lo que ya daba muestras con el tono jocoso y
desenfadado, de que las primeras impresiones habían sido más que buenas; así
que dicho y hecho Jaime y Aída un frío martes del mes de febrero acudieron con
Faustino a visitar el enclave de Tormón, en mitad del barranco del río Ebrón a
1051 msnm.
Ninguno de los dos había estado nunca en Tormón, ni siquiera
sabían que existía, pero sus rochas, su entorno, su tranquilidad y sus gentes
les convencieron para quedarse con el bar.
Así pues Jaime y Aída el día 17 de abril de 2014, trasladaron
su domicilio a Tormón, para ese mismo día Jueves Santo abrir las instalaciones,
con una gran recepción y ágape para todo el vecindario.
Además de bar-restaurante, las instalaciones cuentan con un
espacioso y muy económico albergue, que cuenta con sala común, cocina, aseos,
etc…; así como una coqueta casa rural de tres habitaciones, con chimenea
incluida.
Levantarse por la mañana y contemplar la panorámica desde las
habitaciones del albergue o de la casa rural, debe ser algo inefable…
Ahora Aída pretende proseguir sus estudios de psicología y
periodismo a través de la Uned, para así poder compaginar sus estudios con su
nuevo negocio.
Las instalaciones se denominan: El refugio del rodeno, y los
teléfonos para preguntar, reservar, etc… son: 978788152 / 630207521.
Desde luego fue un bonito día donde disfruté de la compañía
de los buenos amigos, donde vimos paisajes y entornos de exuberante belleza, y
donde además conocimos a Jaime y Aída, dos buenas personas, valientes y
emprendedoras, que con su hazaña han devuelto en gran manera la vida al pueblo,
pues de nuevo los tormonenses, ya tienen un lugar para compartir el tiempo y el
espacio.
Desde este humilde blog, todo mi deseo de que Jaime y Aída
tengan mucha suerte en esta nueva aventura en la que se han embarcado.
Jaime y Aída |
Pasaremos a verles. VALE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario