En el pueblo
rinconademucense de Castielfabib, el sábado de Gloria, es sinónimo de la
plantada de los chopos; una fiesta de gran tradición y raigambre en muchos
pueblos de la cultura mediterránea, y que no consiste en otra cosa sino la de
cortar un gran árbol de las riberas de los ríos, plantarlo en la Plaza Mayor
del pueblo, y al cabo del tiempo desmoronarlo para luego vender la madera, y
con lo que se saque de la transacción hacer una fiesta, comida popular, etc…
Estas
fiestas del chopo, suelen coincidir con la estación de la primavera
vinculándola a la iniciación de la madurez de los jóvenes, de ahí que al menos
en el Rincón de Ademuz, de forma tradicional fuesen los quintos los encargados
de la fiesta.
Dos son los
pueblos de esta comarca del interior de Valencia que siguen manteniendo la
fiesta en plena forma; uno de ellos es
Casas Altas, el cual celebra la plantada del chopo con ocasión de las Fiestas
en honor a la Santísima Trinidad (siete sábados después del Domingo de Pascua)
y el pueblo de Castielfabib, que lo celebra en la tarde-noche del Sábado de
Gloria.
Panorámicas desde las calles de Castielfabib
Castilefabib
es un pueblo de gran potencial turístico, su orografía, ubicación y
monumentalidad hacen de él, un lugar bello y pintoresco que desde luego no se
debe desdeñar en una visita a esta desconocida y bella comarca que es el Rincón
de Ademuz.
Pues bien
como os iba diciendo, Castielfabib celebra la plantada de los chopos (porque en
lugar de uno pone dos), en la tarde del Sábado de Gloria, pero ya el día
anterior el Viernes Santo por la tarde, muchos han sido los castieleros que han
bajado hasta la fértil y frondosa ribera del río Ebrón, para seleccionar los
chopos que presidirán la plaza mayor del pueblo hasta los albores del verano;
tras esta selección, petición de permisos, etc…; las personas con mayor
pericia, bien con motosierra, o con brazo y hacha, cortan los chopos con gran
espectacularidad y regocijo de los que allí acuden.
Luego en el
mismo lugar de la tala, pelan el tronco de los chopos, cortan las ramas, y los
posibles nudos (ya que de no hacerlo luego haría que en la plantada las cuerdas
no pudieran deslizarse por la madera).
Ribera del Ebrón (incipiente primavera 2013)
Y después
acompañados de cuerdas, algún tractor, instrumentos musicales y alguna bebida
realizada para la ocasión como sangría o limonada tornan con cierto orgullo
camino de Castielfabib, sorteando el gran desnivel que hay desde la ribera
hasta la plaza mayor, donde dejarán los troncos preparados para el día siguiente.
Campanario de Castielfabib entre los tejados
Así pues en
la tarde del Sábado Santo, a eso de las 18 horas comienzan los preparativos,
destapan las arquetas que hay en uno de los extremos de la plaza, que no son
otra cosa sino dos grandes agujeros de considerable profundidad donde plantarán
los chopos.
Se colocan
cuerdas, se ameniza la plaza con música, y
el ambiente de fiesta, junto con el afable carácter de los castieleros
hacen el resto.
Al grito de
un paisano que hace de capataz a “los pies” de donde irá plantado el chopo,
comienza este a izarse con gran algarabía y entusiasmo; y en algunas ocasiones
incluso cierto peligro, debido a las grandes dimensiones de los árboles, las
angostas anchuras de la plaza y la importante aglomeración de público.
numeroso público en las angostas calles de Castielfabib
La plantada
en sí, no es más sino un “juego” de física; el cual requiere tranquilidad,
sosiego, y sobre todo pericia y habilidad; con las cuerdas van guiando hacia un lado y
otro, aplicando fuerzas hacia el lugar necesario; en la base se pone un gran
tablón que guiará al tronco cuando a este lo vayan inclinando hacia la base del
orificio erigido en el suelo de la plaza; una vez que el tronco ha caído en
posición vertical sobre el orificio, se clavan a presión decenas de pequeños
troncos alrededor del principal, para que a modo de cuña ejercer presión entre éste y las paredes del agujero del suelo y de
este manera garantizar su estabilidad.
Es
tradicional también que en el extremo superior del chopo se aten unas ramas de
pino, para que hagan función de copa, y otorgue mayor vistosidad a los árboles.
Tras plantar
el primer chopo, se pone el segundo; y una vez plantados los dos, se configura una
enramada con brozas de ciprés; haciendo una especia de arcada entre los dos
árboles y que parece ser es donde al otro día Domingo de Resurrección se
encuentran los pasos de Jesús resucitado y de la Virgen María.
Elaborando la enramada
Y es que la
plantada de los chopos, son el inicio de una fiesta que dura toda la noche con
las denominadas “Mayoralesas”; y en donde hay verbena, el rezo de la “Aurora”
por las calles de la población acompañados de toda clase de instrumentos de
cuerda y buen chocolate caliente, para aguantar el fresco que suele hacer en
Castielfabib…; por la mañana a eso de las 8 horas se hace el volteo humano, una
de las fiestas más impresionantes de la Comunidad Valenciana y que consiste en
voltear una campana, cuyo vano da a un gran desnivel, yendo en este volteo una
persona asida al yugo de la campana, y las piernas “abrazadas” al medio del mismo.
Y es que
como os decía al principio Castielfabib es un pueblo que sorprende al visitante
por sus características, por sus fiestas y sobre todo por sus gentes.
Restos Convento de San Guillermo
Acabo este
post, con la firme recomendación de que conozcáis este bello pueblo del Rincón
de Ademuz; dedicándoselo a todos/as esos/as buenos/as amigos/as que tengo en
dicha villa.
1 comentario:
Hola! Muy bueno tu artículo de la Pascua de Castiel !!! Creo que en la copa se pone pino y antes también se ponía unas naranjas creo que en bolsas, aunque era muy pequeña y no me acuerdo bien, porque junto con el chopo, el pino y en Naranjo representan los árboles de la comunidad.
Todo esto es lo que me suena a mi que me contó alguien.
Un besazo!!
Carmen Casino
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