Desde varias instituciones europeas, y asociaciones ecológicas, han calificado a la ciudad de Valencia como una de las más contaminadas de España, y la más ruidosa de Europa.
Galardones todos ellos, que no han desmerecido ya que el tráfico rodado, y la estructura de los nuevos barrios contribuyen a ello.
La ciudad de Valencia totalmente llana, con un clima tan benévolo, y donde las distancias no son excesivamente largas es una ciudad ideal para desplazarse en bicicleta.
Pero ni existe concienciación para ello, ni tampoco las administraciones públicas están por la labor.
Desde el Ayuntamiento de Valencia se ha contratado a una empresa francesa, para poner en macha el denominado servicio de “Valenbisi” que facilita los desplazamientos a través del préstamo de bicis; pero este servicio se ha quedado “cojo” al estar solamente por una parte de la ciudad, y por apenas contar con infraestructuras para la circulación de bicicletas.
A todo esto hay que añadirle la nueva ordenanza de Circulación que el Ayuntamiento de Valencia aprobó el pasado 12 de julio de 2010, que califica de graves infracciones, circular en bicicleta por aceras y calles peatonales.
Así pues nos encontramos con apenas kilómetros de carril bici, muchos de éstos desembocan en calles peatonales como son la calle del Hospital, el entorno de la Plaza del Ayuntamiento o la Plaza de la Virgen; si vas por la calzada no te respeta nadie, y si vas por la acera, además de los improperios de algún peatón, te encuentras con la Policía que impone sanciones de 200 euros, para de paso ayudar a las arruinadas arcas municipales.
Por lo tanto mientras no exista esta concienciación, y mientras desde el Ayuntamiento y la Generalitat Valenciana (administraciones competentes en la materia), no se decidan de forma determinante a aplicar medidas y políticas en esta materia, Valencia seguirá siendo una ciudad muy ruidosa y muy contaminante, y con ello con una peor calidad de vida para sus ciudadanos y visitantes.
En tiempos de crisis económica y empleo precario, es muy fácil caer en la demagogia de culpar a los inmigrantes de quitar el trabajo a los españoles, de abaratar los sueldos, o de hacer maldades mil.
Es sin lugar a dudas una práctica falsa, errónea, injusta y sobre todo muy peligrosa.
Hace unos años salió un informe sobre que pasaría en la Comunidad de Madrid si de repente desapareciesen los inmigrantes, y del mismo se desprendió que además que supondría un gran varapalo a la economía española, se paralizaría por completo la construcción, los servicios y la atención y cuidado a personas dependientes.
Pero tampoco me hacen falta informes para saber que si no fuese por los inmigrantes, las uvas se quedarías en las viñas, las naranjas en los naranjos, y las fresas en los invernaderos.
Y es que los inmigrantes han cubierto ese sector del trabajos que los españoles no queremos hacer.
Su trabajo ha supuesto un fuerte ingreso en las arcas públicas a través de los impuestos y rejuvenecido a la población española.
Toda esta introducción, es para mostrar públicamente mi indignación por las actuaciones que están llevando a cabo tanto el Gobierno francés como algunos dirigentes del Partido Popular en Cataluña.
Allá por el Siglo XV, un tal Fray Tomás de Torquemada, Inquisidor General de Castilla y de Aragón y confesor de la Reina Isabel la Católica, fue el gran artífice del Edicto de Granada, que ordenaba la expulsión de todos los judíos de España, algo parecido está ocurriendo en Francia, con la expulsión de ciudadanos de etnia gitana, y que la Comisión Europea de forma tan rotunda ha criticado, el problema es que 600 años después de la existencia del “bueno” de Fray Tomás, prácticas como éstas son totalmente incomprensibles, y sin lugar a dudas atacan a los derechos fundamentales de las personas.
En relación a todo lo anterior hace unos días, la Presidenta del PP de Cataluña Alicia Sánchez Camacho, acompañada de una Eurodiputada del partido de Sarkozi, visitaron un barrio de la ciudad de Badalona, donde viven muchos inmigrantes rumanos, con la excusa de que este hecho, suponía un gran problema de seguridad ciudadana.
Luego con los datos estadísticos de la Policía, se descubrió que era una de las zonas más tranquilas de Cataluña.
Pero además hay que explicarles a tan ilustres paseantes que Rumanía está incluida en la Unión Europea, y por lo tanto sus nacionales, lo son ciudadanos europeos, con toda una clase de derechos civiles.
En definitiva a mi entender es un acto de gran irresponsabilidad, acusar a inmigrantes, o a minorías étnicas de ser sinónimo de delincuencia o de apestosos. Y esta gran irresponsabilidad puede acarrear graves problemas de convivencia.
Es curioso que un partido que en sus Estatutos marca su sentido católico, se dedique a realizar actividades de acoso y derribo a minorías, desfavorecidos o diferentes; no recuerdo haber leído en ningún sitio de la Biblia el llevar a cabo actividades tales, más bien todo lo contrario.
En fin ojala no tenga que volver a escribir sobre este tema.
Estimad@s amig@s bloguer@s; en primer lugar pediros disculpas por el abandono al que he tenido sometido mi blog durante el mes de septiembre; he estado haciendo el Camino de Santiago, y por esos lares me fue complicado el poner al día el blog.
Tenía pensado que mi primer post después de esta experiencia fuese hablar de la misma, pero el lúgubre acontecimiento del fallecimiento de José Antonio Labordeta, me ha hecho reconsiderar esta posibilidad.
Al levantarme y conectar la radio, he notado tristeza en el hablar de Pepa Fernández, la directora y conductora del Programa de las mañanas del fin de semana de Radio Nacional “No es un día cualquiera”, al poco he entendido la razón. En la madrugada, a eso de la 1, el Gran Labordeta había fallecido, tras una larga enfermedad.
Y es que José Antonio Labordeta era un colaborador habitual en este programa, en la sección denominada “el gruñidero”; donde en compañía de José María Iñigo comentaba, la actualidad, las cosas que le sucedían o los comentarios que los escuchantes les enviaban.
Labordeta ha sido un personaje que se ha hecho así mismo, con un gran sentido del humor irónico y socarrón, ha triunfado tanto en la canción, como en la literatura. Hace sólo unos meses, me leí su libro, “Memorias de un beduino en el Congreso de los Diputados”, donde de forma desternillante cuenta su experiencia como Diputado.
El padre de una amiga, fue alumno suyo en Teruel en compañía del polémico Jiménez Losantos, que a las pruebas me remito, poco aprendió del Gran Profesor.
Un hombre sabio y trabajador que llevó la marca Aragón por todo el mundo, y que con su país en la mochila, nos enseñaba rincones preciosos de nuestro país, y lo mejor aún los pensamientos y comentarios de las buenas y sencillas gentes que lo pueblan.
En 2005, hubo un acto de homenaje y recuerdo por los republicanos que lucharon contra el franquismo, en la población de Benetússer (Valencia), y allí tuve el honor y el placer tanto de escuchar en directo a Labordeta (Canto a la Libertad), como de poder conocerle y hablar después del acto con él.
No hacía mucho había grabado para su programa “Un país en la mochila”, un reportaje sobre mi pueblo Molina de Aragón, y al decirle que era de allí me estuvo contando las vicisitudes de la grabación por las tierras del Señorío.
Sin lugar a dudas hoy se nos ha ido un gran hombre, sabio y sobre todo bueno, que luchó por la libertad, la democracia y la justicia hasta los últimos instantes de su vida.
Ojalá sirva de ejemplo para que nunca caigamos en el conformismo, en la desazón, o en la desidia.
Desde este humilde blog, un sentido pésame a sus familiares y amigos, y un canto si cabe más fuerte que nunca a la libertad.