domingo, 9 de febrero de 2025

Un paseo por Pardos (Guadalajara).

 




Dice el refranero español que, “de noche todos los gatos son pardos”, refiriéndose a que en la oscuridad es difícil distinguir las cualidades de alguien o algo.

La Real Academia de Lengua dice en su primera acepción que pardo, se refiere a un color, semejante al de la tierra, o al de la piel del oso, y que tira a marrón o rojizo, y de ahí viene el nombre de este pueblo y de su sierra, las tierras pardas; por eso Pardos se mimetice absolutamente en las tierras que lo rodea.

 

Se puede acceder a la localidad por una carretera local en buen estado, proveniente de la que va desde Rueda de la Sierra a Hinojosa, o por caminos a través de los montes de Canales y Pardos.

En esos montes, también todos ellos de color pardo, existen un conjunto de yacimientos y minas, a otrora explotados, donde se encontraron grandes vetas de cobre, cristal de roca y piritas de hierro.

Incluso plata se encontró por la zona; un industrial italiano de nombre Roberto Garrachupati, fue el encargado de esta explotación.

            Un paseo por la zona, aprecia las vetustas instalaciones mineras, si bien los túneles están cegados, pero sigue habiendo enormes pozos, que hacen un tanto peligroso el paseo por la zona, sobre todo en épocas de nieve, o en horas de poca visibilidad

            Pardos, como toda la zona de la comarca de Molina de Aragón, también ha sucumbido a ese mal que asola nuestro país, la despoblación…; a mitad de siglo XX, Pardos lo habitaban medio millar de personas, en el último censo del año 2024, los empadronados ascendían a 24 habitantes.

            Si bien todo lo anterior, no es óbice para que en los fines de semana y en los períodos vacacionales, la población se multiplique incluso por quince.

            En la zona, son famosas, por lo divertidas y acogedoras las fiestas patronales, que se suelen realizar a mediados de agosto; fiestas en las que no falan las comidas populares, y un buen remojón en el pilón que preside la plaza del pueblo.

            Vichear el Instragam de la cuenta @pardosvivelo; da muestra de lo anterior que comento.

            La fuente cuya agua viene directamente de un manantial, está construida en robusta piedra caliza del terreno y según reza en un letrero, data del año 1912; por lo que lleva suministrando a las gentes de Pardos, el líquido elemento desde hace 113 años.

          

 


 



    

    La vida del municipio gira en torno a la plaza de la fuente, al pabellón construido para eventos, el juego de pelota y a la iglesia, abocada a Santo Domingo.

            Junto al arroyo de Pardos que, aguas más abajo contribuye a la hermosura del paraje denominada Monasterio de Piedra, el Gobierno de Castilla la Mancha, construyó un pabellón para todo tipo de eventos públicos y privados que, precise la población.




            En la parte alta del pueblo, saliendo hacia los montes de Pardos  y Canales, se encuentra el juego de pelota; al igual que el resto de la comarca de Molina de Aragón, tras la conquista cristina, se repobló la zona con vascos, los cuales se trajeron sus costumbres, entre otras el juego de pelota, de ahí que en todos los pueblos y aldeas de la comarca haya uno; era la instalación deportiva de la época, y rara era la localidad que no tenía la suya propia, al igual que pasa hoy, con los campos de pádel.

            El juego de pelota, data del año 1888, y pese a estar remozado con cemento, se vislumbra a la perfección la piedra arenisca de rodeno, tan característica de la zona.



            





    El vallado de la zona alta del tapial, con decenas de pelotas incrustadas, dan testimonio de la afición al juego.

            


    Así miso la Iglesia, situada a la entrada del municipio, viene a ser el edificio más alto del municipio, cuya espadaña destaca desde cualquier perspectiva.


            






    Dos campanas de considerable tamaño, se asoman al vano, y cuyo tañer, llega a todos y cada uno de los rincones del pueblo.

Junto al templo se haya el cementerio y la ermita de la Virgen de la Soledad, la cual se encuentra en bastante buen estado; sobre todo si la comparamos con la dedicada a San Pedro, la cual está convertida en una pura ruina, distinguiéndose su avocación, porque en el dintel de la puerta, se observan las simbólicas llaves del cielo.

            De camino hacia las eras del municipio, nos encontramos con un característico pairón; construcciones típicas por estos lares, siempre dedicas a un santo; en este caso a Santa Bárbara, la de las tormentas, y es que Pardos es un pueblo inminentemente agrícola, por lo que el tema de las tormentas son muy observadas de cerca, sobre todo a finales de verano, no vaya a ser que estropeen los girasoles, y las toneladas de pipas que salen de sus campos; también es tierra de trigo y cebada; y desde luego también de ganado.

            En el camino que, sale hacia Tartanedo se encuentra otro pairón, éste dedicado a las ánimas, y que el devenir del tiempo ha hecho que su inclinación, pelee con las leyes de la gravedad.

            El clima del municipio es como es de toda esta zona de Molina, a la que los meteorólogos denominan la Siberia española, inviernos muy fríos, primaveras y otoños, frescos y lluviosos, y veranos con días de calor, y noches, que difícilmente se puede salir de casa sin un suéter fino.

            Por cierto, hablando de las noches, Pardos, está a unos 1.181 metros de altitud, muy alejado de grandes focos luminosos y de contaminación, por lo que lo hacen un lugar ideal para observar el cielo; tal vez por eso, uno de sus hijos, don Antonio Vela y Herranz, le dio por estudiar física y astronomía, convirtiéndose en el director del Observatorio Astronómico de Madrid entre el año 1919 al 1927.

            En primavera y otoño, tras las primeras lluvias, muchos de los montes próximos a Pardos, son prolijos en la cría de setas de cardo y champiñón, un manjar exquisito, elaborado de mil maneras.




            En las zonas que no se han convertido en campos de labor, las encinas y las carrascas los imperan todo; y no es raro en cualquier paseo por el campo, encontrarse con corzos, jabalíes, conejos o zorros; además de decenas de aves, algunas estacionarias, y muchas de paso.

            

Hablando de pájaros viajeros, en primavera y otoño es algo muy normal, primero escuchar el bullicio y luego verlas volar en forma de flecha, las miles de gruyas, que desde la laguna de Gallocanta, muy próxima a Pardos, van y viene a invernas o veranear.


Foto de: Grulla común volando, pájaros, Grus grus | Foto Premium

            Pasear por las calles de Pardos, entre casas de piedra y mampostería, es pasear, por un pueblito tranquilo, armonioso, y que inspira a la desconexión y al sosiego.


            

    

    




    No podemos despedirnos de Pardos, sin antes haber visitado el lavadero, y la denominada fuente nueve o bomba, de la cual se extrae el agua potable para el pueblo.

            Si pasáis por Pardos, ya me contaréis. FINEM

sábado, 7 de diciembre de 2024

¿Por qué en Molina de Aragón hay dos Nochebuenas?





La ciudad de Molina de Aragón es conocida por muchísimas cosas algunas buenas y otras no tanto; es conocida por ejemplo por de forma habitual registrar una de las temperaturas más bajas de todo el país, recordemos los -28,2ºC que se registraron la madrugada del 28 de enero del año 1952, o en las navidades del año 2001, que las pasamos totalmente nevadas con temperaturas que de nuevo descendieron por debajo de los -20ºC; o el más reciente, en el temporal llamado Filomena (enero del año 2021), cuyos espesores de nieve en muchos lugares rebasaba el metro y medio de altura, y el mercurio se desplomó a -25,2ºC, la madrugada del 11 de enero.






         Es conocida por tener uno de los castillos más grandes de España; de forma popular siempre se ha dicho que es el segundo más grande del país, por detrás del de Gormaz; si bien haciendo unos cálculos en “google earth”, a mí me parece que el nuestro es más grande…


         Es conocida por sus pasteles de bizcocho rellenos de crema llamados Patas de Vaca, por el chocolate del Iturbe, por las magdalenas de su hornos, o por las morcillas de arroz.



         Es conocida por ser la capital de una comarca de naturaleza salvaje, de belleza inefable.






         También por aparecer en muchas pruebas de oposiciones, para aprovechando el apellido de la villa, preguntar a ¿Qué Comunidad Autónoma pertenece?
 
        
    
    O por tener una veleta de madera de sabina, que cuentan que a la distancia corteja de la Giralda de Sevilla.



     En el lado de lo malo, tenemos el tema de la denominada Siberia española por su baja densidad de población…; pero este tema lo dejo para otro artículo.



         Pero sin lugar a dudas también es conocida por la efeméride de celebrar dos veces la Nochebuena, una en la fecha del 24 de diciembre como todo el mundo, y otra el 7 de diciembre, víspera de la fiesta de la Inmaculada Concepción de María. 

 
         
    La cosa, o mejor dicho la fiesta viene de lejos, en concreto del año 1518, siendo el responsable de todo esto el Cabildo de Molina y un tal Giovanni di Lorenzao, que ha pasado a la historia como el Papa León X.
        

    La clave es, ¿Cómo supo el tal León X, de la devoción de Molina hacia la Inmaculada, incluso cómo supo del existir de Molina?... 


Papa León X (www.eslobidka)


     Para contestar a estas cuestiones, debemos de remontarnos al nacimiento del propio Señorío de Molina; y es que tras la conquista a los árabes de los vastos terrenos que hoy conforman la comarca de Molina y el Alto Tajo, por las tropas del Rey aragonés Alfonso I el Batallador, se genera un litigio entre los reinos de Castilla y de Aragón, pues ambos habían pactado qué territorios quedarían de un reino u otro tras la conquista a los musulmanes; en el pacto se había dicho que las tierras de Molina serían para Castilla, pero habían sido los aragoneses quiénes las habían conquistado, por lo que entendían que por esta razón debían quedarse en territorio aragonés.

 
     Ante tal situación de conflicto, es Manrique Pérez de Lara, noble y con gran influencia en ambos reinos, el que a modo de mediador consigue calmar los ánimos belicosos de ambos reinos, con la propuesta de constituir un Señorío independiente de ambos reinos, pero a la vez, leal y amigo. 



    Propuesta que convence a castellanos y aragoneses, naciendo así el Señorío de Molina en el año 1.138.  





Al ser un territorio recién conquistado, y el cual aunque se ha repoblado con gentes venidas del norte de castilla y del actual País Vasco, y por ende de religión católica, sigue estando poblado con ciudadanía de religión sarracena; así pues entiende de Lara, que debe constituirse una institución que se encargue de predicar y enseñar “la religión verdadera”, constituyéndose un cabildo eclesiástico, el cual reuniera a todos los sacerdotes y personal dedicado a la evangelización; y cuya función primordial sería la de celebrar liturgias ya no sólo en la ciudad de Molina, sino en todos los pueblos y villas de territorio, y así mismo extender la palabra del evangelio católico.
 




       





  Para constituir y dirigir este cabildo Pérez de Lara duda entre varios nombres, y es su esposa doña Ermesenda de Narbona la que da con la solución, su propio confesor, el clérigo francés Don Juan de Sardón; cuyo retrato está sobre la puerta principal de la iglesia Santa María la Mayor de San Gil.

 

 
El cabildo eclesiástico o de clérigos cuyo símbolo son las azucenas; de ahí que en el cuadro un ángel porte un ramito de estas flores, lo componían clérigos y religiosos nacidos en las tierras de Molina, solamente el Arcipreste podía ser extranjero, de ahí que el fundador fuese francés.



      La sede del Cabildo se encontraba en la Iglesia de San Martín, lugar dónde en el año 2019, se encontraron los restos de una lápida, en la que parece ser indicaba el lugar de enterramiento del tal don Juan de Sardón. 

   
     La Patrona del Cabildo desde sus orígenes fue la Inmaculada Concepción, de ahí que, si los encargados de predicar la palabra del Dios Católico, tenían de patrona a la Inmaculada Concepción, su devoción también fuese trasladada al pueblo llano, la cual a lo largo de los años fue creciendo.

 

Así pues, el Cabildo de clérigos remitió al Vaticano, una carta en la que explicaban la gran devoción a la Inmaculada Concepción que se rendía a lo largo y ancho de las tierras del Señorío de Molina, lo que llevó al Pontífice León X, a que en el año 1518, concediese un privilegio especial a la ciudad de Molina para oficiar una misa capitular, presidida por la totalidad del cabildo en la media noche de la víspera de la festividad de la Inmaculada, “in nocte ante festum” (la noche antes de la fiesta). 

 
        
 Privilegio que no solamente tiene Molina, ya que también lo tiene la localidad murciana de Mula, y el propio Vaticano.

 
       
      Pero en un momento dado este privilegio desapareció, y es que en el año 1851 España suscribe un concordato con la Santa Sede, en la que se suprimen los cabildos, si el privilegio papal había sido concedido al cabildo de clérigos de Molina, y éste desaparece, con su desaparición también decayó el privilegio papal.

 
        
    Ante esta situación, los molineses deciden escribir de nuevo a Roma, para recordar el privilegio que habían venido disfrutando durante más de tres siglos. El encargado de esta emisiva no es otro sino el Párroco de la Iglesia Santa María la Mayor de San Gil, de nombre Melchor Gaona, el cual en el año 1883, solicita de nuevo la renovación de dicho privilegio.

 
    Roma estudia la propuesta y ante los antecedentes históricos de nuevo firma y emite el privilegio, cambiando los titulares de éste, en vez de para el Cabildo, lo firma para la Parroquia Santa María la Mayor de San Gil, privilegio firmado el 14 de diciembre del año 1883 por el Papa León XIII. 


 
         Durante esos treinta y dos años intermedios sin privilegio,  no he encontrado documentación acerca de si la fiesta se continuó celebrando o no, pero estoy seguro que sí, por lo arraigado de la costumbre en la población.

 
         
    Molina seguía celebrando año tras años esta fiesta, y en 1854, la villa se encuentra con que la Iglesia aprueba lo que se denominó el dogma de la Inmaculada Concepción, el cual vino a decir que la Virgen María estuvo libre del pecado original, y que se quedó en cinta siendo virgen.

 
Cien años después de la aprobación de este dogma concretamente en el año 1954, la ciudad de Molina erigió un monumento dedicado a la Inmaculada Concepción de María, que se puso en lo alto del conocido como Cerro de Santa Lucía, mirando a la villa, como invocando su protección, y que es el lugar en el que desde entonces,  en la tarde del día 7 de diciembre se hace una gran fogata que se ve prácticamente desde toda la población, y que es preludio de las grandes hogueras que de nuevo se prenden en distintas plazas y calles de la población en la tarde - noche del 24 de diciembre.

 

 
 


        









Y así como han ido haciendo los molineses todos los días 7 de diciembre desde hace más de quinientos años, en dos días de nuevo celebraremos nuestra particular Nochebuena, donde no faltará el cabrito, los primeros turrones, los amigos, la familia y el recuerdo a los que ya no están.



 
Pasadlo muy bien.
FINEM.




Un paseo por Pardos (Guadalajara).

  Dice el refranero español que, “de noche todos los gatos son pardos”, refiriéndose a que en la oscuridad es difícil distinguir las cualida...