A mediados del Siglo XVII, un grupo de trabajadores de la seda, se revelaron ante la explotación a la que les sometían sus patrones, lo que dio pie a importantes revueltas y una de las primeras reivindicaciones laborales en las tierras valencianas; a ese hecho se le denominó “el motín de Velluters”; así pues la Asociación de Vecinos conmemorando aquellos hechos lleva varios años, realizando actos festivos en los que reivindican una mayor inversión pública en el barrio.
Hay que decir que Velluters, un barrio precioso, está dejado de la mano de la administración, las ayudas públicas son nulas. La droga y la prostitución campan a sus anchas. Y son muchos los vecinos que por todas estas vicisitudes están cambiando la zona de residencia.
Así pues el pasado sábado día 24 de enero de 2009, varios miembros de la Asociación de vecinos comenzaron la fiesta en la que iba a haber una cena popular, con un estupendo concierto de bazucada; como os he dicho era sábado y las 20:00 horas aproximadamente… cuando apenas llevaban 10 minutos de concierto aparecieron dos policías locales, y a los pocos minutos otros dos. Los policías muy correctos por supuesto, indicaron a los miembros de la Asociación de Vecinos El Palleter, que no podían ocupar el espacio público, y menos dar un concierto. Los músicos preguntaron que hasta cuantos decibelios se podía tocar a esas horas de un sábado, y bajaban el volumen, a esta pregunta los policías no supieron contestar… la cuestión es que tras tomar los datos personales de varias personas, los agentes prohibieron la continuación de la fiesta, cuyo lema principal era “Velluters viu”.
No critico la acción policial, que eran unos mandados, y que se les veía incluso incómodos de tener que sofocar un acto como este; critico la actitud de Rita Barberá, que en vez de sanear el barrio de Velluters, manda a 4 policías a que impidan la realización de una fiesta reivindicativa. Esto es una muestra más y son ya muchas de la intransigencia y poca cultura democrática de la primera edil de Valencia.
Sólo puedo acabar esta reflexión diciendo eso de: “Valencians en peu alcem-se”. A ver si de una vez despertamos.