viernes, 2 de enero de 2015

MOLINA DE ARAGÓN, un referente en el estudio de la meteorología.




Decía el alpinista francés Maurice Herzog, el primero en alcanzar los 8.000 metros de altitud, con la subida al Annapurna en junio del año 1950, que “es necesario que los hombres conozcan el mundo donde viven: lo tienen que descubrir, porque para amar antes hay que conocer…”
 
Annapurna http://viajesmonllar.com/

Y para conocer y descubrir, la humanidad a lo largo de la historia ha creado inventos, artilugios y cachivaches varios que le permiten aprender y observar sobre todo lo que les rodea, de esta manera se inició entre otras, la observancia y el estudio de la meteorología.
Hoy os voy a hablar del observatorio meteorológico de Molina de Aragón, en la provincia de Guadalajara uno de los observatorios más importantes de toda la geografía española, por los registros que ha dado y se siguen dando, pese a que se ubicación actual empieza a ser muy discutida por los expertos en la materia.
Molina de Aragón. Foto de el hexágono

Al principio del siglo XX, todas las capitales de provincia ya tenían sus observatorios meteorológicos, donde se registraban todas las efemérides atmosféricas y climáticas que se daban en cada una de ellas, posteriormente esa red de instalaciones de estudio del tiempo, se fue ampliando en paralelo a la navegación aeronáutica.

http://4.bp.blogspot.com/
Resulta que los vuelos que partían y parten desde el aeropuerto de Madrid, en dirección a Barcelona o a centro Europa, pasan por el espacio aéreo de la villa castellana unos 8000 metros por encima del viejo castillo-alcázar que terminase al Señora de Molina doña Blanca Alfonso allá por el siglo XIII.

castillo-alcázar de Molina de Aragón
 Así pues y por estas razones en los años cuarenta del siglo XX, el entonces llamado Ministerio del Aire empezó a instalar observatorios meteorológicos en las zonas por donde transcurrían las líneas de vuelo, y entre otros correspondió uno al pueblo de Molina de Aragón.
Hielo y nieve en las calles de Molina de Aragón, Ctra. de Castilnuevo
Ctra. al barranco de la Hoz.
  En un principio poca importancia se le dio a la instalación de este observatorio, pues su función era solamente la de la  información de las condiciones atmosféricas para la aviación.

 
Pero pronto se descubrió que no era un observatorio más; los datos que los termómetros registraban, indicaban de que se encontraba ubicado en uno de los lugares más fríos del país, incluso en varias ocasiones vinieron desde Madrid a comprobar que la maquinaria estuviese en buen estado, pensando que podría tratarse de errores; pues las temperaturas bajo cero que se estaban registrando, eran algo inédito hasta la fecha.

 
Curiosa es la anécdota que le pasó al encargado del observatorio, José Antonio Martín Corral, en enero de 1952; cuando como todos los días mandó a la Sede Central del Servicio Meteorológico Nacional, el parte con las temperaturas registradas…; le llamaron desde dicho organismo para preguntarle “si se había vuelto loco o estaba de broma”, y es que la noche del 28  de enero de 1952, el termómetro había registrado  en pleno casco urbano de Molina de Aragón 28,2ºC bajo cero; José Antonio les dijo que ni locura ni broma; la gráfica lo dejaba muy claro, esa noche se habían rebasado por debajo los -28 º C.
 
Gráfica con los -28,2ºC

Torre y veleta del Giraldo
Y es que la ubicación de Molina en mitad de un amplio valle entorno a los 1.100 metros sobre el nivel del mar, y rodeado por las Sierras de Molina, Menera, Caldereros y de Aragoncillo han conllevado que en sus parameras y en las de la vecina Calamocha (Teruel), se hayan registrado las temperaturas más bajas en zona habitada de todo el territorio español, llamado por esta razón por muchos estudiosos como la Siberia española.





 
La verdad que estas cuestiones a los molineses nos confieren cierto orgullo, puesto que raro es el invierno que Molina no aparece en televisión, radio o periódico por estas cuestiones.
 
 
Recuerdo muy bien las navidades del año 2001, cuando la temperatura alcanzada en la Nochebuena fue por debajo de los   -24ºC; esa noche la gran hoguera que hacemos en el barrio apenas tuvo público pues la meteorología invitaba poco a salir a la calle, y es que ese día 24 de diciembre a las 14:00 horas, se alcanzaban las máximas temperaturas del día… el termómetro marcaba entorno a los -5ºC, todo estaba nevado, y por debajo de la nieve hielo…; las temperaturas fueron extremas durante varios días; más de 200 horas bajo cero que conllevó a que el río Tajo se congelase a su paso por el Puente de San Pedro en las confluencias con el río Gallo, efeméride que atrajo la visita de media comarca; se apodó a esas navidades como la de los fontaneros, pues cuando las temperaturas se normalizaron empezaron a aflorar pequeños manantiales provenientes de las decenas de tuberías y cañerías que habían reventado a lo largo y ancho de la comarca…
 
Tere Escobar y yo sobre las aguas congelasdas del río Tajo diciembre 2001
También fueron sonados los -1,8ºC el 6 de junio de 1969, el ajustado  1ºC el 9 de julio de 1967, los  0ºC el 29 de agosto del año 1993 en plenas fiestas patronales, o los -3,6ºC el 28 de septiembre de 2007…

 
Algo escribí en este mismo blog sobre la primavera en Molina, y eso del 40 de mayo…
También el observatorio de Molina de Aragón ha dado registros altísimos en eso que los estudiosos denominan amplitud térmica, es decir la diferencia de grados entre las mínimas y las máximas registradas en un mismo día; por ejemplo un dato curioso en esta materia fue lo que ocurrió el 4 de junio del año 2006, cuando por el día pudimos bañarnos en el río pues había 28ºC, y por la noche hubo que encender las chimeneas porque bajamos a los 0,6ºC…, con una diferencia por tanto de 27,4ºC.

 
Es de agradecer el trabajo de los diversos observadores y observadora meteorológicos que ha tenido Molina de Aragón, ya que gracias a su buen hacer, pericia y dedicación existe un archivo minucioso con toda clase de datos, sin una sola laguna ni diaria, ni horaria desde el 1 de enero de 1947.

 
Y os decía al principio que existe un amplio debate entre los estudiosos y expertos en la materia en relación a la ubicación del observatorio meteorológico de Molina; desde su instalación en la ciudad allá por el año 1947, apenas ha experimentado cambios en su ubicación, si acaso  algunos metros; lo que sí que ha cambiado desde entonces hasta nuestros días es la expansión y desarrollo del pueblo, que ha crecido en esa dirección; afectando sin lugar a dudas en lo concerniente al registro de las temperaturas,  por el efecto de eso que se denomina isla de calor, y que provoca el estar entre viviendas, el asfalto, etc….
Nacional 211 por las parameras de Molina enero 2009

Eruditos en la materia como Vicente Aupí en su libro “el triángulo del hielo” afirma que en sus primeras décadas de existencia el Observatorio de Molina se caracterizaba por una toma idónea desde el punto de vista de su ubicación, pero que desde finales del siglo XX, es evidente que la isla de calor de la población le repercute directamente en los registros, y que éstos se han suavizado con respecto a lo que marcaban anteriormente, y con respecto a la temperatura real que hace; por eso sería interesante que el Ayuntamiento de Molina, junto a la Agencia Estatal de Meteorología buscasen una nueva e idónea ubicación al observatorio meteorológico de Molina de Aragón, para que éste siga dando los datos reales, ya que se trata de uno de los observatorios más importantes por los registros obtenidos en materia de ciencia y estudio.


 
 
 
 
Acabo este post, diciendo que pese al temor que pueda causar visitar Molina y sus tierras por los datos que registran los termómetros, con un buen gorro, bufanda y abrigo se soportan de maravilla, pues es un frío seco fácilmente combatible; eso unido a lo bien acondicionadas que están  las viviendas, restaurantes, hoteles, casas rurales, etc…, a la riquísima gastronomía molinesa, y al excepcional carácter de las gentes de estas altas tierras del antiguo Señorío, hace de la comarca de Molina de Aragón y el Alto Tajo un verdadero paraíso para visitar en cualquier época del año. FINEM.

Cencellada, http://www.estrellasyborrascas.com

sábado, 27 de diciembre de 2014

Y el Señorío de Molina ilumina la Nochebuena con grandes fogatas.



Río Gallo a su paso por Molina de Aragón

En estos primeros días de invierno por fin ha llegado el frío que tanto se ha hecho esperar; y sus rigores se notan sobre todo en la alta montaña, por ello por estas tierras del antiguo Señorío de Molina, Uller el dios del invierno se merodea como Pedro por su casa haciendo estragos con sus efectos frigoríficos.



Ayer tras una larga caminata y al caer ya la tarde, el cuerpo nos pedía calentarse por fuera y por dentro; así pues nos cobijamos bajo techo junto a una potente chimenea, cuya candela estaba encendida…; allí nos quedamos embelesados escuchando el craquear de la madera al arder y pensábamos en voz alta en lo bello que es un fuego controlado.

 
De ahí que desde que el hombre descubriese el fuego, muchas fiestas se erigieren en torno a una buena fogata; con este elemento se daba la bienvenida a las cosechas, al verano, al invierno, etc…; posteriormente con la arribada del cristianismo, aquellas tradiciones paganas se revistieron de festividad religiosa y así hasta nuestros días llegan aquellas arcaicas costumbres, tomando un poco de todos los matices.
Todo esto para contaros que hacemos en la Nochebuena por las tierras de Molina de Aragón en Guadalajara.

 
 
Antes de que se denominase navidad, parece ser que las diversas civilizaciones celebraban la llegada del solsticio de invierno con grandes comidas, encuentros familiares, y el intercambio de regalos;  pues en cierta manera era como la forma de iniciar las tareas agrícolas de nuevo, justo en el tiempo que menos actividad en el campo había.

 
 Luego como os decía antes, con la religión, ya vino el celebrar el nacimiento de Jesús, la epifanía, etc…


En nuestro país la celebración de la Nochebuena consiste básicamente en la reunión de las familias, alrededor de una mesa, con buenos manjares y elaboradas comidas, panderetas, villancicos, e incluso en los últimos años la visita de Papá Noel, restándolo protagonismo a los Reyes de Oriente…; después en torno a la media noche en las grandes ciudades y pueblos con sacerdote la tradicional misa del gallo. 

Con respecto a la peculiar nomenclatura de esta misa, muchas y variadas son las teorías acerca del porqué de este curioso nombre para denominar una misa; la teoría mayoritaria alude a que viene de los tiempos del Papa Sixto III, el cual en el siglo V, instauró la costumbre de celebrar una misa en la medianoche del día de celebración del nacimiento de Jesús, tras la entrada al nuevo día, es decir al canto del gallo; de ahí su deriva hasta nuestros días.

En muchas poblaciones del interior peninsular se le añade otro elemento que es el fuego.
 
Así pues en pueblos de la Rioja, del norte de Castilla y León, y en toda la comarca del antiguo Señorío de Molina, en la tarde noche de la Nochebuena, se encienden grandes hogueras.
En la comarca de Molina de Aragón como os decía al principio del texto, los rigores del invierno son intensos a estas alturas del calendario, por lo que la única manera de aguantar en la calle y fomentar de esta manera el reencuentro, y la sociabilidad entre los vecinos es alrededor de una buena fogata.
 
Por eso los días previos a la Nochebuena, todos los pueblos habitados de la comarca y diversos barrios de la ciudad de Molina, van rejuntando cepellones, tablas, ramas, podas, e incluso muebles viejos para ir conformando una gran pira, que será sin lugar a dudas la gran protagonista de la Nochebuena.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
A eso de las 19:00 horas cuando el termómetro ya está bajo cero, los vecinos de los pueblos del Señorío, y de la propia Molina se arremolinan en torno a estas montañas de leña, acompañados de panderetas, zambombas, sidra, polvorones, turrón y sobre todo ganas de pasarlo bien.

 

Llega el momento de encender, y tras las primeras llamas comienzan los cantos, los recuerdos, las conversaciones, los reencuentros, los abrazos, incluso los sollozos por los que ya no están…; y de esta manera van pasando las horas...

 
Tras la cena y la misa muchos son los vecinos que regresan a las hogueras, pues la consistencia de las mismas dan para toda la noche, incluso para hacer un buen asado en la mañana del 25.

 
 
 
 
Este año como muchos otros de nuevo en el barrio de la carretera de Castilnuevo montamos una fogata, con ese placer de poder concentrar en un punto a familia, amigos, vecinos, e incluso algún turista despistado y poder disfrutar de esas pequeñas grandes cosas, que son las que verdaderamente dan sentido a la vida.
 
 
 
 
Termino el post con el deseo de poder montar muchos años junto a mi familia esta hoguera, y desearos a todos/as unas muy felices fiestas. 

 
FINEM


LOS AMANTES DE TERUEL. Una bella y triste historia de amor.

     El genial cantautor Ismael Serrano, en su canción “tierna y dulce historia de amor”, afirma eso de que “como todas las histori...