La mayoría de fiestas populares y patronales, comienzan con
un chupinazo, con un pregón, un pasacalles, una traca, etc… pero en la ciudad
de Teruel se hace de forma distinta, las fiestas en Teruel comienzan con un
homenaje a su emblema más preciado, el torico.
Corrían los años 60 del pasado siglo XX, cuando a un grupo de
amigos de Teruel, con ocasión de la celebración de las fiestas de la vaquilla
del ángel se les ocurrió vestir al toro más famoso de la ciudad (el torico), y
lo ataviaron con una pañuelo de color rojo, a semejanza del que llevan los y
las peñistas a lo largo de dichas fiestas; a algunas personas aquello les
pareció una gamberrada, incluso los más reaccionarios lo calificaron de ofensa;
pero parece ser que al final aquello gustó; Esa primera puesta del pañuelo, se
fue repitiendo año tras año, y con ello tomando más importancia y repercusión,
hasta que en el año 1982, el Ayuntamiento metió tal acto, como uno de los más
importantes y emotivos dentro del calendario festivo turolense, traduciéndose
para los oriundos como un homenaje y tributo a su toro más famoso.
Desde entonces y cada año, es una de la peñas, de las que
conforman el grupo de interpeñas de la ciudad, la
encargada de la colocación del pañuelico; a eso de las 16:30 en el balcón del
Ayuntamiento, frente a Santa María de Mediavilla, la soberbia catedral mudéjar
de Teruel, el Alcalde/sa de turno, entrega al representante de la peña, el
pañuelico rojo que lucirá el torico durante todas las fiestas, a la vez que
otro peñista tira de la cuerda, que hace sonar una pequeña campana (el
campanico) situado sobre el tejado de la casa consistorial; y que sólo se le
hace sonar en todo el año para esta efeméride.
Posteriormente la peña encargada de la puesta y colocación
del pañuelico, se arremolina en torno a la fuente del torico, y el
representante elegido por la peña, con la ayuda de los compañeros, y haciendo
uso del pulso, la habilidad y la destreza, se encarama a la gran columna en la
que descansa el torico, para posteriormente enrollar al cuello del torico, el
pañuelico de color rojo; pañuelo que dona una empresa de ropas de la ciudad: “tejidos
Ferrán”, y que cada año es distinto en el bordado, del cuál se encargan las
monjas Carmelitas de Teruel.
En ese momento estalla la fiesta, y de forma parecida al
chupinazo de Pamplona, el vino y la sangría comienzan a desparramarse por todos
los lados, para raudo el impoluto color blanco del uniforme de vaquillero,
tornarse en un morado intenso.
Las más antiguas referencias encontradas sobre la fiesta de
la vaquilla son del año 1886, y desde 1940 tras la guerra civil, los actos
vienen a ser más o menos los mismos, con la inclusión en 1986 como os he
contado al principio de la puesta del pañuelico; hay un interesante libro que
cuenta todas estas cuestiones, acompañado de decenas de ilustraciones, obra del
turolense Francisco Gómez; siendo muy curiosa la anécdota que cuenta, con
ocasión de la visita que hizo la Reina Isabel II a estas fiestas cuando todavía
era Infanta.
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http://www.terueltirwal.es/ |
El nombre de la Vaquilla del Ángel; se refiere a la misma
fundación legendaria de la ciudad; cuenta la historia que el Rey Alfonso II hacia el año
1171, conquistó la zona, expulsando a los árabes de la pequeña ciudad
denominada Tirwal…; la leyenda ha añadido que sus tropas tras conquistar la
pequeña población querían fundar una nueva ciudad; uno de ellos observó como un
hermoso toro bebía en las aguas del río
Guadalaviar, y que entre las astas, se apreciaba una brillante estrella, que
denominaron Actuel; consideraron que eso eran símbolos de buenos presagios y
decidieron levantar en la ladera asomada al río, la actual ciudad de Teruel, utilizando
para su nomenclatura los términos: toro y actuel, derivando en Teruel.
De inmediato en los blasones y escudos de armas de la ciudad,
añadieron el toro y la estrella, convirtiéndose éstos en símbolos perenes de la
ciudad de los amantes; así transformando el toro por vaquilla y la estrella por
un ángel custodio deriva el nombre de la fiesta, la vaquilla del Ángel.
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Monumento a la Vaquilla del Ángel |
Fuera como fuese es que el fin de semana más próximo a San
Cristobal (10 de julio), o el segundo desde San Pedro (29 de junio), la ciudad
de Teruel se transforma para acoger a miles de visitantes, y dar el pistoletazo
de salida al nuevo verano.
Siempre es recomendable la visita a la ciudad de Teruel, y
disfrutar de su monumentalidad, de su mudéjar, de su modernismo, de sus
leyendas, de su gastronomía, de sus gentes, etc…; pero hacerlo en “vaquillas”
nombre con el que se conoce popularmente a la fiesta, hará la visita
inolvidable. FINEM.