Entrega de Granada 2 de enero 1492 |
Allá por el siglo XVIII, un sacerdote granadino de apellido
Echevarría, escribe un libro, cuya mayor finalidad era la de desprestigiar la
figura del último emir de Granada, Boabdil conocido popularmente como el Rey
chico.
Así pues el Padre Echevarria en su obra “Los Paseos de Granada”, es el primero en relatar ese pasaje en el que se cuenta que Boabdil, tras firmar su rendición y hacer entrega de las llaves de la ciudad de Granada a los Reyes Católicos el 2 de enero de 1492, camino de su exilio a las alpujarras, al subir un altozano giró la cabeza para mirar por última vez la ciudad de Granada, coronada por las torres bermejas, la alcazaba y el majestuoso palacio de la Alhambra…; desde entonces a ese pequeño promontorio por el que hoy transcurre la autovía que va desde Granada a Motril, se le denomina “el suspiro del moro”…; dice también la historia que cuando Boabdil se giró, bajó de su caballo y lleno de amargura, hincó sus rodillas al suelo, y ante su familiares y séquito lloró desconsoladamente.
Cuadro sobre la leyenda del exilio de Boabdil titulado El suspiro del moro pintado por Pradilla (1892) |
Los historiadores en general no consideran real tal pasaje;
pero por lo creíble ante los hechos acaecidos y la fuerza de la escena, el
sentir general de la población lo ha tomado como real, siendo una historia
conocida por todos.
Mucho ha sido lo que se ha debatido sobre la figura de Muhámmad XII que era su verdadero nombre, e incluso tras la conquista y siglos después como se observa en el libro de Echevarría se le tacha de cobarde y traidor hacia su pueblo; pero a mi entender creo que fue todo lo contrario, creo que fue un buen Rey, capaz e inteligente, y cuya mayor preocupación fue la de dejar un buen porvenir para su pueblo.
Unos años antes de la toma de Granada, su tío El Zagal se había empeñado en enfrentarse cuerpo a cuerpo con los Católicos en la ciudad de Málaga, sin importar las consecuencias que eso pudiese acarrear a la población; así pues tras varios meses de asedio, y la práctica destrucción de la ciudad, el pendón de Castilla ondeó sobre la alcazaba de Gibralfaro en la mañana del 17 de agosto de 1487, teniendo a sus pies una ciudad totalmente devastada y una población sumida en el dolor y la ruina…; instantes antes de entrar los castellanos sobre la mora Málaga, El Zagal y su séquito habían huído…
Azulejos de la conquista de Málaga, Plaza de España de Sevilla. |
Que diferente fue la acción de Boabdil que prefirió su exilio
y el de su familia, antes de sumir a su pueblo en una guerra, y dejarlo inmerso
en llanto y destrucción.
Antes de la entrega de Granada Boabdil firmó una serie de
capitulaciones; esto es una especie de contrato con los Católicos, donde entre
otras cosas los nuevos Reyes de Granada se comprometían a respetar las leyes, religión y costumbres de los moradores
de Granada.
Boabdil con su familia se instaló en la montañosa comarca de
las alpujarras, residiendo en la localidad de Laujar de Andarax (Almería).
Pero al año de haber dejado la Alhambra, su amada esposa y por ende última Sultana de Granada, Morayma murió súbitamente, siendo enterrada en la localidad de Mondújar en el valle de Lecrín…; los historiadores creen que el lugar exacto de su enterramiento se ubica, junto a la actual nacional 332 y la iglesia de Mondújar.
Pero al año de haber dejado la Alhambra, su amada esposa y por ende última Sultana de Granada, Morayma murió súbitamente, siendo enterrada en la localidad de Mondújar en el valle de Lecrín…; los historiadores creen que el lugar exacto de su enterramiento se ubica, junto a la actual nacional 332 y la iglesia de Mondújar.
Escultura de Morayma llorando en Loja |
Boabdil sumido en la más profunda tristeza, abandona su
tierra natal, deja la Península Ibérica y se traslada con su familia hasta
Marruecos en concreto a la ciudad de Fez; corría el año 1493.
Boabdil en Fez, vivió como Príncipe huésped del Sultán hasta
su muerte en el año 1533, es decir cuarenta años después, y lejos del papel de
pusilánime y débil que los historiadores de la reconquista pretendieron dar de
Boabdil, parece ser que éste, pese a ser un hombre de letras, luchó y guerreó
junto a su anfitrión, hasta el punto, que su muerte le vino en el campo de
batalla por recibir un lanzazo junto al corazón…
La cosa es que cuatrocientos ochenta y un años después, el
genial cineasta Javier Balaguer, y el diligente forense Francisco de
Etxebarria, están haciendo las gestiones pertinentes en el vecino Marruecos, para
examinar una tumba y lo que allí se contenga, donde el saber popular ha
identificado desde siempre como la última morada del Rey Chico.
Acabo este post, con el deseo de que la ardua burocracia y la
diplomacia sean ágiles para poder realizar estas investigaciones, y que ojalá
los restos del último Sultán de Granada pudiesen ser devueltos y descansar para
siempre en los jardines de ese Palacio rojo, entre las grandes montañas de
Sierra Nevada y la vega de Granada...
Foto del periódico ABC |
Y cerca de su amada Morayma. FINEM