El 14 de octubre se cumple la efeméride de aquel fenómeno meteorológico que asoló la ciudad de Valencia, y que supuso una antes y un después en el crecimiento y desarrollo de la urbe..
Capitanía General (Las Provincias) |
El año 1957, y en concreto su otoño pasaron a la historia
de Valencia y su área metropolitana como una fecha a olvidar, debido a que el
río que dio origen a la Valencia romana,
se embraveció de forma desmesurada produciéndose dos enormes riadas seguidas,
el 14 de octubre de 1957.
Sobre esta temática hay varios libros; yo os
recomiendo “Hasta aquí llegó la riada” del autor Francisco Pérez Puche.
La Valencia del 1957 era muy distinta a la actual
ciudad; en esa época el rey del transporte público era el tranvía, en una
ciudad en la que apenas había vehículos, hasta el punto que solamente treinta y
cinco semáforos regulaban el tráfico de toda la ciudad en los cruces más
peligrosos.
España estaba recuperándose todavía de las tristes
cicatrices de la guerra, e inmersa en plena dictadura; la economía estaba muy
tocada, llegando en esos instantes al mismo nivel que se encontraba en el 1936,
acentuada además por la enorme helada del año 1956 que había mermado las
cosechas en la región valenciana, y a España le había dejado sin divisas.
Valencia
en ese momento era una ciudad media, con muchas deficiencias como el resto del
estado, con apenas quinientos policías y cincuenta mil teléfonos.
En esos momentos se estaba construyendo un nuevo
mercado en Ruzafa, se veía la necesidad de construir un nuevo y gran hospital
(la Fe), así como una estación de autobuses.
Por
otro lado no se encontraba presupuesto para resolver los enormes problemas que
causaban los múltiples pasos a nivel (más de doscientos) y vías que cruzaban
toda la ciudad y en todas las
direcciones, así como la conexión de las grandes vías, a través de un amplio
túnel, desmantelando la popularmente conocida “pasarela de hierro”.
Pasarela de Hierro entre las dos Grandes Vías. |
La ciudad carecía de grandes supermercados, y estaba
llena de pequeños ultramarinos, e incluso vaquerías donde comprar rica y fresca
leche, y que decir tiene que la reina del entretenimiento familiar era la
radio.
El domingo día 13 de octubre de 1957, víspera de la
tragedia que cambió la historia de Valencia, fue un domingo triste de otoño,
muy lluvioso y donde en los cines se estrenaban películas como “Ariane”; en el cine Lys, se
emitía por último día tras veintidós semanas de rotundo éxito la película “El
último cuplé”, en el cine Goya proyectaban “Sissi emperatriz” y en el cine
Capitol “Duelo en la Jungla”.
Muchos ciudadanos estaban en cama pasando la gripe que
ese otoño atacó con fuerza. Esa tarde el
Valencia, se enfrentaba en San Sebastián contra la Real Sociedad. Y el Levante
en el Estadio del Vallejo contra El Tetuán.
La noche del día 13 desde todos los municipios río
arriba a Valencia en la comarca del Camp del Turia, avisaban de que una
descomunal riada se dirigía hacia la capital.
Fue en concreto un molinero de Pedralba el que dio la
voz de alarma a Gobernación Civil.
A eso de las 23:00 horas llegaba la bravura del agua;
el ruido era ensordecedor, y las primeras olas comenzaban a saltar los petriles
del río, inundando ya los lugares adyacentes al cauce.
Todo esto hay
que entenderlo en el marco del año 1957, con unos deficientes medios de
comunicación, poca información, domingo de un puente festivo, etc.… la cuestión
es que las autoridades (Alcalde, Presidente de la Diputación, el Gobernador, el
Comandante de Marina, etc.…) se reunieron la noche del 13 al 14 en la
Comandancia de Marina, junto a la desembocadura del Turia en el grao, y se
quedaron incomunicados rodeados por el agua.
Puerto de Valencia |
Los puentes que cruzaban el río, apenas pudieron
soportar el embate de las aguas; varios se quedaron con los petriles y barandas
arrasadas los de Aragón y Campanar entre
otros de menor tamaño.
Otro puente
mítico, el denominado “Pont de Fusta”, Puente de Madera, directamente
desapareció para siempre…
Esa noche el río entró en decenas de bajos, viviendas
y locales, sorprendiendo a los habitantes de la ciudad que en su mayoría ya dormían, barrios como Campanar,
Tendetes, Sagunto, el Carmen, Ruzafa, el Grao y sobre todo la Punta y Nazaret, quedaron totalmente arrasados.
El centro de la ciudad tampoco se libró, en la plaza
del Ayuntamiento (entonces del Caudillo) se llegó casi a los dos metros de
altura del agua.
El lunes día 14 de octubre, Valencia se despertó
estupefacta por lo que estaba aconteciendo, decenas de vehículos volcados en
las cercanías del Turia, daban indicio claro de la fuerza con la que el agua
había atacado; Pero lo que nadie se esperaba es que de nuevo se pusiese a llover
con fuerza y sobre todo en la zona del “Camp del Turia” eso conllevó a lo que
ya nadie esperaba y es que a las tres de la tarde de ese día 14 viniese de
nuevo otra riada, aún mayor que la que había atacado a la ciudad por la noche.
El nivel del agua subía por minutos, llegando en la zona de la Glorieta y
Puerta de la Mar a los primeros pisos.
La Pasarela de la Exposición construida
en 1909 y que fue el primer puente construido de hormigón en la ciudad, fue
arrasado y partido en tres por la
bravura de las aguas. En la actualidad ahí está ubicado el Puente de las
Flores.
Puente de la Exposición tras la riada |
El caos que trajo consigo la riada, junto a la
deficiente estructura administrativa y la mala coordinación de las Autoridades
del momento, no permitió saber el número exacto de víctimas que la riada se
había cobrado, a parte de la censura y la propaganda del régimen. Así pues con
todo lo anterior se habló de un número de cincuenta y dos fallecidos en la
ciudad de Valencia y de ochenta y uno en el resto de la provincia. Porque la
riada no sólo afectó a la ciudad de Valencia, sino a la totalidad de los
pueblos que baña el Turia a partir de los Serranos.
La ciudad de Valencia, quedó asolada, enterrada bajo
toneladas de barro e inmundicias, con centenares de edificios afectados (el
primer balance hablaba de 300 casas destruidas totalmente, aunque luego fueron
muchas más), infraestructuras desaparecidas, cortes de electricidad y de agua
potable en casi toda la urbe, etc.… (Hay que destacar que la Valencia romana,
es decir la plaza de la Virgen y la Almoina, no vieron ni una gota de agua de
estas inundaciones.) Se puede decir que tras la guerra civil, fue el suceso más
trágico para la capital del Turia. Ese Turia que
le dio la vida, en estos momentos la había herido gravemente.
Glorieta y calle de la Paz. Fte. Las Provincias |
Tras estos horribles acontecimientos se dieron miles
de historias de familias valencianas que lo habían perdido todo con el paso de
las aguas, pero surgieron también esos sentimientos de amistad, entendimiento y
solidaridad, ya no solo de los valencianos que también, sino de toda España. En
las primeras horas tras la tragedia llegó pan a Valencia de todos los pueblos
de la región, que aliviaron el hambre de cientos de ciudadanos.
Ayuda a Valencia. Fte. ABC |
Llegaron
alimentos y ayudas de todos los rincones de España, pero destacó la región de
Murcia, gracias al programa de radiofónico de“Radio Juventud de Murcia” donde
se llevó a cabo una grandiosa subasta cuyos beneficios vinieron directamente a
Valencia. En gratitud con el pueblo murciano, tras la riada se construyó un
nuevo barrio en Valencia, al que se le dio el nombre de la patrona de Murcia,
“la Virgen de la Fuensanta.”
Todos los Gobernadores Provinciales, abrieron cuentas
bancarias, para que los ciudadanos diesen donativos para Valencia, de este modo
se recaudaron unos doscientos ocho millones de pesetas.
El gobierno de Franco, prometió unos trescientos
millones de pesetas para Valencia, pero lo cierto es que en junio de 1958, es
decir ocho meses después de la riada, nada había llegado a Valencia de ese
dinero, lo que llevó al alcalde Don Tomás Trenor a escribir una carta
contundente donde pedía ese dinero de inmediato y acusaba al gobierno
franquista de no haber realizado nada que hubiese impedido la nueva inundación que en esa primavera Valencia volvió a
sufrir. (Mucho menor que la anterior.)
Esta carta la leyó el alcalde en un histórico pleno del Ayuntamiento. El Gobernador Civil tras
enterarse de este escrito mandó censurarla de inmediato, para que no saliese en
prensa y en caso de que apareciera algo, ésto fuese maquillado.
Esta carta tuvo varios efectos, y es que se dio la
primera partida de cien millones de pesetas para la ciudad, y en 22 de julio,
el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de la Solución Sur. También ocurrió
que el valiente alcalde, fue destituido directamente por órdenes del Pardo. A
Don Tomás Trenor, lo sustituyó Don Adolfo Rincón de Arellano.
Torres de los Serranos (Fte. ABC) |
Así pues a partir del año 1963 a través de sellos de
correo, se va a sufragar el denominado Plan Sur, que consistía en sacar el río
Turia del casco urbano de Valencia, y promover su desembocadura al Sur de la
ciudad, junto a Pinedo, las obras comienzan en febrero de 1965, y se finalizan
en Enero de 1972, el 18 de junio de ese año, el nuevo cauce soporta la primera
avenida de agua de lado a lado.
Tras la realización del plan sur, se plantea en la
ciudad que hacer con el viejo cauce; desde el Ayuntamiento y los sectores más
conservadores se plantea hacer una autopista que una la Nacional III proveniente
de Madrid, con el Puerto, pero los sectores más progresistas y de izquierda bajo
el lema “el riu es nostre i el volem verd” comienzan a hacer movilizaciones
planteando que se convierta en un jardín público para toda la ciudad.
Lema con el que movimiento vecinal y progresista defendían la construcción del Jardín del Turia. |
Proyecto de autopista para el viejo cauce del Turia. |
La arribada de la democracia, y el triunfo electoral de las fuerzas políticas de izquieda consiguieron que finalmente éste fuese el destino final del antiguo cauce del Turia
La Valencia de hoy es muy distinta a la de 1957, pero debemos
saber que la ciudad de Valencia todavía está en peligro en relación a las
avenidas del Turia, si viniese una riada como la del 1957, según expertos como
Martín Quirós, el nuevo cauce no es capaz de sobrellevarla, lo que llevaría
también a la inundación del viejo cauce. El Plan Sur, además de la construcción
del nuevo cauce, tenía previsto la edificación de una presa en el municipio de
Villamarchante, para que éste regulara las futuras avenidas; de esta presa a
día de hoy nada se sabe. Así pues parece un poco asombroso que se hayan construido
edificios emblemáticos como la Ciudad de las Ciencias en lugares que pueden
volverse a inundar. No es una situación para alarmarse, pero sí para
preocuparse.
Riada por el Puente de Serranos |
Sirva
este humilde artículo de homenaje y recuerdo a aquellos valencianos que
padecieron el embate del Turia.