Mostrando entradas con la etiqueta Sierra de Albarracín. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Sierra de Albarracín. Mostrar todas las entradas

viernes, 13 de abril de 2012

EL VALLECILLO (TERUEL) SALE EN DEFENSA DE SU PATRIMONIO NATURAL

Molino de San Pedro. El Vallecillo (Teruel)

El pasado verano descubrí un lugar del que había oído hablar en varias ocasiones pero al que nunca había ido, se trataba del pueblo del Vallecillo, una pequeña localidad de la zona oeste de la Sierra de Albarracín, que cuenta en torno a 60 habitantes, y que dista de la capital turolense a unos 56 kilómetros.

En dicho término municipal y a escasos metros del río Tajo que nace en la vertiente contraria, se encuentra el nacimiento del río Cabriel, uno de los ríos más salvajes (en el buen concepto del término) de todo el país.

Aunque su cauce viene desde unos 10 kilómetros antes de arribar al pueblo, éste surge en los denominados ojos del Cabriel, a los pies del caserío, para llegar poco después al paraje conocido como Molino de San Pedro.

Este paraje que es del tema que realmente os quiero contar, está compuesto por una impresionante cascada natural, bajo la cual se encontraba desde tiempos inmemoriales un antiguo molino harinero, que a través de un caz aprovechaba la fuerza hidráulica del río para moler el trigo.

Es un lugar de belleza insólita, e ideal para el baño y recreo en la época estival.

El día que el grupo de amigos visitamos el lugar, rondaba los 38 grados centígrados, pero el baño se hacía costoso por lo frío de las aguas recién brotadas del subsuelo.

Día de asueto y recreo en el Molino de San Pedro

Estando allí observamos que lo que se suponía era el antiguo molino, estaba siendo reconstruido con materiales, formas, y dimensiones que desde luego en un primer momento resultaban un verdadero impacto visual, y nada acorde con el paisaje que lo rodeaba.

Al poco unos vecinos del Vallecillo nos explicaron la gran polémica que había surgido con esa obra, la cual calificaban como “una vergüenza y una frustración para el pueblo”. Y es que parece ser que los antiguos restos del molino tenían dueños y que éstos con la permisividad de las autoridades habían decidido construir un complejo hotelero de características rurales, sobre los cimientos del viejo molino.

Obras del hotel junto al río Cabriel

Los vecinos argumentaban con mucha razón a mi juicio que era un verdadero crimen medioambiental abocar las aguas sucias de un complejo hotelero a un río recién brotado, y de cuyas aguas se puede beber directamente. Que un complejo hotelero de las dimensiones que se pretendía, tiene muchos desperdicios, además de las aguas sucias orgánicas de las deposiciones humanas, se verterían al río lejías, detergentes, aceites… ya que era imposible la construcción de una depuradora adrede para esta infraestructura.

También comentaban estos vecinos que al estar en la misma orilla del río, sería una obra con peligro de inundabilidad, que sería complicado instalar una red de alcantarillado, y que los servicios para el suministro de agua potable y de electricidad, supondrían otro impacto mayor para todo el entorno, yendo en contra de la catalogación de reserva de la bioesfera como así pretendían los vecinos y las administraciones desde hacía varios años.

Pero lo que más soliviantaba al vecindario es lo publicado en el Boletín Oficial de Aragón, relativo a que “no es necesaria la evaluación del impacto ambiental (…) por la reducida dimensión del proyecto, (…) o por la reducida utilización de recursos naturales…”

La cuestión es que toda esta indignación, conllevó a movilizaciones varias, creación de páginas webs reivindicativas, etc… (http://actuable.es/peticiones/stop-cloaca-molino-san-pedro,) grupo del Facebook “Paremos la cloaca del Molino de San Pedro).

Con todo ello este grupo de ciudadanos comprometidos han conseguido la paralización de la obra, (que está así desde marzo del 2011), y siguen reivindicando y trabajando por la recuperación integral del entorno.

Muchas veces a estos movimientos conservacionistas se les acusa de ir contra el progreso; barata demagogia esta argumentación, pues el progreso o la actividad económica no debe ser contraria al respeto medio ambiental y al entorno. Si no cuidamos esos pequeños rincones mágicos que todavía pueblan nuestro planeta, estaremos haciendo un muy flaco favor, a nuestros herederos y a la humanidad en general.

Desde este humilde blog, todo mi apoyo y solidaridad a ese grupo de vecinos de El Vallecillo y de la Sierra de Albarracín, comprometidos con su pueblo y su patrimonio natural.

No cejéis en vuestra lucha pues tenéis razón. Estoy seguro que ganaréis.

LOS AMANTES DE TERUEL. Una bella y triste historia de amor.

     El genial cantautor Ismael Serrano, en su canción “tierna y dulce historia de amor”, afirma eso de que “como todas las histori...