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lunes, 4 de febrero de 2013

Bocairent y la cima del "Santo Cristo".




Al sur de la provincia de Valencia, y junto a la sierra de Mariola, se encuentra el pueblo de Bocairent; de orografía complicada por estar rodeado de grandes barrancos, su casco urbano se alza desafiante, sobre todo en la zona central, donde destaca de manera sobresaliente su iglesia avocada a la Virgen de la Asunción, con un impresionante campanario que tuvo que ser restaurado allá por el año 1766, de los graves desperfectos sufridos años atrás cuando se produjo el terremoto de Montesa (1748)
El pueblo de Bocairent tiene decenas de monumentos dignos de ser visitados, así como parajes, etc… la plaza de toros tallada en la roca, “les covetes dels moros”, las ermitas, y su encantador centro histórico.
Pero en esta ocasión os quiero contar y de paso recomendaros la ruta de la subida al antiguo convento del Santo Cristo, ubicado en una montaña al norte de la villa.
 
 
 
 
Al ermitorio del Santo Cristo se accede tras superar el impresionante puente que salva el barranco del río Clariano en sus primeros metros de vida camino del mar. El puente recibe el nombre de: “darrere  la vila” (Detrás de la Villa) y que es  ni más ni menos el puente más antiguo del municipio por el que antaño se accedía a la villa desde las tierras costaneras.
 
 

 
Está configurado con un gran arco de medio punto, y grandes lienzos de sillares, que le otorgan unas muy bella estampa, no sólo por lo esbelta y hermosa que es la construcción, sino por el lugar donde se ubica.
 
La calzada está empedrada y suavemente ladeada hacia las barandillas, para abocar las aguas pluviales que sobre el mismo caigan.
 
En el año 1563, el historiador Martí de Viciana, lo calificó como el puente más grande y elevado del Reino de Valencia.
Desde ahí comienza una senda ascendente, toda ella empedrada, que recuerda por su analogía a algunos de los tramos del Camino de Santiago;  en apenas un kilómetro y medio salva el gran desnivel que hay desde el río Clariano hasta la cima de la montaña a 720 metros sobre el nivel del mar.
 
 
En el ascenso hay varios casalicios que conmemoran la pasión y muerte de Cristo y que parece ser en determinadas fechas, los bocairentinos realizan oraciones al modo de vía crucis camino del ermitorio.
Arriba del todo: la ermita del Santo Cristo, construida allá por el siglo XVI, de estilo gótico. 
 
 
Delante de la ermita destaca un campanario, cuya principal cualidad es que es macizo, por lo que al cuerpo de campanas se accede por un lateral al mismo.
De igual manera en la facha de la ermita destaca  un reloj de sol, que sólo en los días despejados, marca del devenir del paso de las horas.
 
Junto a la ermita se encuentra un antiguo convento y la casa del capellán; y como edificación curiosa, destaca un arruinado cementerio donde parece ser que fueron inhumados soldados que luchaban en la zona durante las denominadas Guerras Carlistas allá por el  1873.
 

 
 
Desde allí las vistas de la villa de Bocairent, son más que impresionantes; donde se aprecia una inmejorable perspectiva del centro histórico del pueblo, y de los grandes barrancos que lo circundan.
 
Pero no solamente se divisa Bocairent; desde arriba se percibe perfectamente la falda norte de Sierra Mariola, e incluso se aprecia el mar Mediterráneo y la ciudad de Valencia.
 
 
 
 
Regresamos desde lo alto hasta Bocairent, satisfechos del camino andado, y admirando con privilegio los bellos contrates que el ocaso del día va otorgando a la villa de Bocairent.
 
 
 
En otra ocasión os hablaré de “les covetes dels moros”, una visita que sin lugar a dudas es toda una aventura.
 

jueves, 3 de enero de 2013

OTRA VEZ DÍA 3, Y YA SON 74




Hoy de nuevo día 3, en este caso ya del año 2013; y quería dedicar el primer post bloguero del 2013, a unas personas a las cuales admiro desde el primer instante que las conocí.
Me estoy refiriendo a las personas que integran la Asociación de Víctimas del metro 3 de julio;  asociación integrada por heridos y familiares de fallecidos, que desde aquel fatídico  lunes del mes julio del 2006, luchan por saber la verdad de lo que allí ocurrió, luchan por esclarecer por qué en la línea 1 de metro Valencia faltaban mecanismos y medios que otorgasen mayor seguridad a los trabajadores y viajeros, luchan porque los responsables de engañar, de mentir, de manipular a la Comisión de Investigación tengan algún tipo de responsabilidad, luchan por la dignidad de los suyos, y sobre todo luchan porque un acontecimiento tan aciago nunca más se vuelva a dar .
Hoy de nuevo en la Plaza de la Virgen de Valencia, frente a la puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia, y al compás de las campanas del Miguelete, he vuelto a ver a padres, hijos, hermanos, nietos, amigos… de aquellos que en lo que debía ser un trayecto del suburbano entre Valencia y Torrent, dejaron sus vidas para siempre, entre otras cosas porque no había una baliza que pudiese frenar un convoy si éste se aceleraba más de lo normal, porque nadie había movido un dedo ni invertido un euro en resolver los problemas de seguridad que la curva de acceso a la Estación de Jesús denotaba a todas luces, y que tanto usuarios como sindicatos habían denunciado en multitud de ocasiones.
La Comunidad Valenciana en esos momentos era un parque temático de cartón piedra, nos hacían creer que atábamos los perros con longanizas…; al grito de “gastaremos en la visita del Papa lo que haga falta” esos días los gobernantes valencianos derrochaban a manos llenas en flores, pancartas y váteres químicos para recibir al Santo Padre, algunos de ellos incluso aprovecharon la efeméride para llenarse los bolsillos de forma fraudulenta…
 
Eran los tiempos de la Fórmula Uno, de la Copa América, de los Ferrari, la Ciudad de la Luz, los Aeropuertos del abuelito… pero fijaros que cosas, ya no había dinero para los dependientes, y desde luego tampoco lo había habido para medidas de seguridad en el metro.
 
 
De aquellos 43 fallecidos y 47 heridos, no hubo ni un solo responsable político, parece ser que todo se había hecho perfecto.
Luego tras la tragedia vino el desprecio hacia las víctimas intentando cambiar el nombre a la Estación de Jesús, para así de paso borrar la memoria, se hizo un monolito escondido a centenares de metros de donde ocurrió la tragedia, y se ponía impedimentos a las concentraciones en la Plaza de la Virgen, porque según Barberá y cía, molestaban a las homilías de la Catedral y la Basílica….
 

Gobernantes mezquinos, indignos y desde luego a todas bruces no aptos para ostentar los cargos de responsabilidad que ostentaban y ostentan… así está la Comunidad Valenciana, convertida en un erial y no sólo en lo forestal (que también); arruinada por mangantes, malos administradores, nefastos gestores, corruptos y corruptillos, curia que mira hacia otro lado, e incluso electores poco informados o que se dejaban engañar…
 
La cuestión es que hoy día 3, los miembros de la Asociación de Víctimas del metro 3 de julio, han vuelto a dar lecciones de vida, de dignidad y de bondad;  en frente en el Palacio de la Generalitat, las luces estaban apagadas…
        

lunes, 10 de septiembre de 2012

TRATAMIENTOS PALIATIVOS EN LOS BOSQUES QUEMADOS



 
Este verano del 2012, será recordado por muchas cosas, como por ejemplo las “presiones” de Rajoy a la Unión Europea para el rescate del sistema financiero español,  por los vaivenes de la prima de riesgo, el euribor, etc… pero sobre todo será recordado por los incendios devastadores que han asolado miles de hectáreas a lo largo y ancho del estado español.
 
También por las tierras valencianas sufrimos el aciago acontecimiento de unos incendios voraces que calcinaron kilómetros y kilómetros de bosques, zonas de cultivo, etc… afectando a más de una veintena de términos municipales y causando grandes daños materiales, además de los ecológicos. Siendo lo peor, la muerte de varios trabajadores en las operaciones de extinción del fuego.
En la ciudad de Valencia todo el mundo se enteró de lo que ocurría ya que la “lluvia” de cenizas sobre la capital del Turia duró varios días, incluso uno de ellos el día se hizo noche por lo espeso de las nubes de humo…
 Valencia bajo la nube de humo
 
¿Cuanto costarían las labores de extinción? Estoy seguro que mucho más que las labores de prevención, algo escribí por entonces sobre este tema:
Han pasado casi dos meses de los incendios de Cortes de Pallás y de Andilla y en este mundo donde impera la rabiosa actualidad, el estado y la situación de estos parajes ya no es noticia.
El pasado domingo estuve por la zona de Alcublas, convocados por un grupo de personas comprometidas, que preocupados por la inacción de la administración han llevado a cabo trabajos de cuidado, mantenimiento y prevención que ahora después os contaré.
La llegada a la zona afectada por el incendio fue impresionante,  me sentí en mitad de un lugar inhóspito, que más que un bosque era un cementerio vegetal donde no se oía ni siquiera el piar de un pájaro. 
 
El punto de encuentro era la balsa de la Pedrosa en el término municipal de Alcublas; una balsa natural ubicada en mitad de una ladera y que es muy rica en fauna, sobre todo en anfibios, siendo uno de sus  más ilustres habitantes el gallipato (en peligro de extinción.)

 
Pues bien este grupo de voluntarios ecologistas, pensaron que era imprescindible salvar a la balsa de la ceniza que podría llegar hasta ella cuando llegasen las lluvias. Contaron que la abundante ceniza en el agua se transforma en una especie de cloro o lejía que envenena las aguas siendo letal para la fauna.  Por eso, con los permisos pertinentes y en connivencia con el Ayuntamiento de Alcublas y su alcalde Manuel Civera, realizaron unos trabajos cuya finalidad era ralentizar las correntías para evitar la erosión, y desviar los aportes hídricos que estas podían proporcionar fruto de las lluvias.
 Proyecto en el que basaron sus trabajos
 
 Para ello hicieron zanjas, presas con piedras y palos, fajinas de madera, diques, etc… de esta manera se conseguirían varias cosas: que el agua con ceniza no fuese a parar a la balsa, y que la ceniza fuese depositándose en esos filtradores naturales, saliendo el agua más pura.
 
 
 
El 30 de agosto, cayeron en la zona 30 litros por metro cuadrado, y el trabajo realizado dio el resultado deseado, recayendo en la balsa solamente el agua que cogiese su propia cubeta.
La intención es que allá por enero o febrero cuando ya se haya limpiado esa ceniza fruto de las lluvias, revertir la situación para que de nuevo la balsa vuelva a obtener el agua de las escorrentías y vaguadas que de forma natural la nutren.
Fue gratificante ver la pasión, la sabiduría y el empeño que desprendían cuando contaban como habían podido salvar la balsa del envenenamiento de sus aguas.
 
Pero además de esta acción ha surgido el movimiento de unos vecinos de Lliria que pretenden hacer trabajos  en un barranco cercano a la aldea de las bodegas para evitar la erosión y con ello la desertificación de terreno quemado.
 


Quiero acabar este post felicitando la labor a este grupo de “Quijotes”, que tan buen ejemplo de concienciación y de civismo han dado.
En este enlace podéis saber algo más de ellos; un voluntario un árbol:
Y mostrándoos esta imagen de una flor brotada de un bulbo en mitad de la zona quemada que sin lugar a dudas llama a la esperanza.
 


LOS AMANTES DE TERUEL. Una bella y triste historia de amor.

     El genial cantautor Ismael Serrano, en su canción “tierna y dulce historia de amor”, afirma eso de que “como todas las histori...