Mostrando entradas con la etiqueta Castillos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Castillos. Mostrar todas las entradas

sábado, 29 de diciembre de 2012

UN PASEO POR SANTIUSTE EN EL SEÑORÍO DE MOLINA



 Castillo de Santiuste
Que en términos generales, el régimen franquista era a la cultura, el patrimonio o la literatura lo mismo que a las libertades públicas, es algo que a día de hoy casi nadie pone en duda.
De ahí que en sus últimos años de pervivencia la Administración Franquista se desprendiera de mucho del Patrimonio Nacional, para de alguna manera ingresar algunas pesetas, y al mismo tiempo despojarse de bienes cuyo mantenimiento o recuperación le suponían al Estado un buen pico, y sobre todo le suponían interés por su recuperación, asunto por el que no estaban ni se les esperaba.
Por tanto en los finales de los años 60 y principios de los 70 del pasado siglo XX, fueron muchos los castillos, casas fuertes y palacetes que el Estado enajenó para ponerlas en manos privadas, fundaciones, Ongs, etc… Como veis eso de las privatizaciones, o la venta del patrimonio nacional, no es algo nuevo, sino que ya viene de lejos…
Y algo así ocurrió con los Castillos de Zafra, Embid o Santiuste en la Comarca del Señorío de Molina – Alto Tajo.
Si bien aunque la práctica a mí no me guste, es verdad que ésta ha sido en muchas ocasiones sinónimo de recuperación, restauración y rehabilitación de mucho de nuestro patrimonio histórico y monumental. Y algo así ha ocurrido con la fortaleza de Santiuste.
 
 Castillo de Santiuste
En la pasada festividad del puente de la Constitución-Inmaculada, estuve por las tierras de Molina, y quedé con Antonio Ruiz Alonso para visitar el Castillo de Santiuste, de su propiedad desde el año 1973, y en cuya restauración y rehabilitación ha invertido su tiempo y dinero en estos últimos 40 años.
El Castillo de Santiuste en el término municipal de Corduente (Guadalajara) y en la margen derecha del río Gallo, no tuvo fines belicosos, sino que fue más bien una residencia palaciega de un nombre de la zona, allá por el siglo XV.
Este noble respondía al nombre de Don Juan Ruiz de Molina, conocido como el Caballero  Viejo por su longeva vida; fue hombre de leyes, caballero y Bachiller, así como Comisionado del Señorío ante la Corona, durante el reinado de Juan II; e hizo gran fortuna durante su época convirtiéndose en uno de los nobles más importantes del Señorío de  Molina, con títulos de Señor de Embid, Santiuste, Guisema, la Torre de Antón Sánchez, el Pobo, Teros, la Serna y Terzaguilla.
 
 Juan Ruiz de Molina
Allá por el año 1434, el Rey Juan II de Castilla (padre de Isabel la Católica), le concedió el privilegio para construir la fortaleza de Santiuste.
 
 Juan II de Castilla
Su actual propietario Antonio Ruiz Alonso, es amigo de mi familia desde hace muchos años, de ahí que le pidiese hacer una visita a la fortaleza, a la cual él accedió de manera muy amable; y que realizamos en la mañana del día 8 de diciembre de 2012, festividad de la Inmaculada Concepción; a eso de las 10 horas, y pese a lo fresco de la mañana (unos 10 grados bajo cero) Antonio nos esperaba junto a los cobertizos y ermita que rodean al Castillo, y que han sido las últimas obras que Antonio ha restaurado.
El nombre de Santiuste deriva de Sant Yuste, Santijusti, o San Justo, de ahí que la ermita de la fortaleza esté dedicada a este Santo, también denominado “el Santillo” ya que según cuenta la hagiografía de San Justo, éste fue un mártir de tan solo siete años.
 
 Acceso a la ermita
Antonio Ruiz Alonso es oriundo de Molina, persona aventurera, avezada y de gran sentido común, con mucho esfuerzo y entrega ha dedicado gran parte de su vida a restaurar esta fortaleza que como os decía antes, adquirió del Estado allá por el año 1973.
 
 
Adquiere el Castillo en un importante estado de ruina; ya que en 1755 el terremoto que asoló la ciudad de Lisboa se dejó sentir por estas tierras de Molina con gran virulencia lo que supuso la práctica destrucción de la fortaleza. Luego el devenir de los tiempos y el uso de las ruinas como establos para ganado bovino y caprino hicieron el resto.
El Castillo de Santiuste es de planta cuadrada, con unos cien metros de perímetro y cuatro torres en cada una de sus esquinas; tres son almenadas y una  de ellas techada a dos aguas. Las torres tienen cuatro pisos de altura y un sótano; y junto a los lienzos de la muralla forman un precioso patio central que Antonio ha reconstruido con arcos de medio punto al estilo claustro medieval y presidido por una esbelta fuente de piedra.
 
 
La fachada principal de la fortaleza, está presidida por un gran arco de medio punto, que sirve de acceso al castillo, mirando hacia el este, justo en frente al Castillo de Molina, que desde allí se aprecia con total precisión. Sobre la puerta está el escudo de los Ruiz de Molina.
 
 Fachada principal
 
 Torre de Aragón de Molina de Aragón
Toda la fortaleza en sí, está elaborada con una excelente sillería, con importantes llagas de mortero, cal y arena; encontrándose en términos generales en un magnífico estado de conservación y mantenimiento, sobre todo gracias a lo invertido por Antonio  Ruiz; la parte occidental del Castillo es la más deteriorada, con una torre derruida y otra muy inclinada, tanto que parece peligrar y que sea próximo su colapso; Antonio me cuenta que eso está ocurriendo porque en esa parte del Castillo, éste no se basa en roca viva como la parte oriental, sino que ahí es todo relleno, y que esto junto al desnivel del terreno han hecho el resto.
 
El Castillo de Santiuste, es un bello edificio y claro ejemplo de casa fuerte señorial medieval, de la Castilla del siglo XV, donde se produce una mezcla de arquitectura de propaganda familiar, con ostentación, elementos defensivos reales y fingidos, etc…
Otra cosa que me gustó de la restauración llevada a cabo por Antonio, ha sido como ha ido adaptando el terreno circundante, para a base de relleno, realizar unos bellos jardines, donde me cuenta se han hecho bodas, banquetes, y celebraciones varias.
 
 Jardines del Castillo
Para tener más información sobre esta bella construcción, podéis visitar la siguiente página web, e informaros para el tema de visitas y excursiones, que se hacen para grupos grandes o incluso autobuses.
 (http://www.castillosantiuste.com/)
 
Quiero terminar este post mostrando mi satisfacción frente al hecho de que siga habiendo Quijotes que con más ilusión que recursos, no hayan renunciado a dedicar la práctica totalidad de su vida, la de su familia y la de su entorno más cercano, para rehabilitar monumentos,  que son un reflejo de la historia viva de una tierra, en este caso el Señorío de Molina; Las piedras de Santiuste hablan y hablarán por muchos siglos, de un tal Antonio Ruiz Alonso, ya que de no haber sido por él, Santiuste solamente sería una  reseña literaria en algún libro de historia.

 
 Antonio Ruiz Alonso



miércoles, 15 de abril de 2009

EL CASTILLO DE ZAFRA. "Un lugar increible".



-->
Los que me conocéis sabéis de mi gran afición por las salidas al campo, y tal vez ese gusto lo he obtenido por la suerte que tuve de nacer y vivir en una comarca privilegiada como es el Señorío de Molina, o por vínculos maternos pasar largas temporadas en el Rincón de Ademuz, la cuestión es que siempre que el trabajo y los estudios me lo permiten hago escapadas a estas zonas; pues bien, hoy me gustaría hablaros de uno de los lugares más emblemáticos y bellos del Señorío; me estoy refiriendo al Castillo de Zafra en plena Sierra de Caldereros entre los términos municipales de Hombrados y Campillo de Dueñas.
El castillo de Zafra, se alza esbelto y erguido en unas enormes rocas, en la loma sur de la Sierra de Caldereros, también conocida como el tejado de España, puesto que las aguas de la parte sur, vierten al Atlántico ( a través de los ríos Gallo y Tajo), y las aguas de la parte septentrional desembocan en el Mediterráneo ( a través del río Piedra).
Toda esta sierra, que va en paralelo a la Nacional 211, y que tiene sus últimas estribaciones en la montaña que sostiene el Castillo-alcázar de Molina de Aragón, es muy rica en flora y fauna, así como en paisajes.
Situado en una atalaya rocosa de la paramera molinesa, desde sus torreones se vislumbran decenas de kilómetros a la redonda, lo que le proporcionaba, una idónea ubicación estratégica. Y al estar erguido sobre enormes rocas, lo hacen inexpugnable y casi inaccesible.
Mucha historia gira en torno a mismo, siendo en un principio de las tierras aragonesas, como bastión para luchar contra los moros conquenses, con el nacimiento del Señorío de Molina, éste pasó a los dominios del mismo, siendo un suceso fundamental, para la continuidad de la familia de los Lara como señores del Señorío. Y es que en 1222 el Rey Fernando III decidió castigar a los Lara, arrebatándoles Zafra; para impedirlo los primeros se atrincheraron dentro del mismo, con su pequeña corte, servicio y reducido ejército; los de Castilla rodearon Zafra, estando los de Molina encerrados en su interior. El asedio hizo mella en los de Molina, acabando tal conflicto con la denominada Concordia de Zafra, por la cual se determinaba que el primogénito de los Lara, quedaba desheredado del Señorío, siendo beneficiaria su hermana doña Mafalda, que se casaría con el hermano del Rey, conllevando de esta manera una intervención directa de la Corana de Castilla en los asuntos del rebelde Señorío de Molina.
Pese a la robustez de sus paredes, las inclemencias meteorológicas y el devenir de los tiempos, ha conllevado a que sus murallas se hayan ido desmoronando, sus torres desmochado y sus basamentos debilitando. Hace unos años Antonio Sanz Polo, cual Quijote soñador, tras comprarlo en una subasta al Estado, ha invertido cantidades ingentes de dinero, devolviéndole en gran medida al edificio el esplendor de otros tiempos. Hace unos meses falleció don Antonio, y unos años antes lo había hecho su mujer, pero pudieron dejar este mundo con el orgullo de haber devuelto el fantástico rostro al Castillo de Zafra.
Las vistas desde el Castillo de Zafra, rodeado de esa atmósfera siempre limpia y transparente, nos muestra un horizonte inmenso y silencioso evocador de de antiguas historias de caballeros y princesas, así como de epopeyas distintas.


LOS AMANTES DE TERUEL. Una bella y triste historia de amor.

     El genial cantautor Ismael Serrano, en su canción “tierna y dulce historia de amor”, afirma eso de que “como todas las histori...