Mostrando entradas con la etiqueta Valencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Valencia. Mostrar todas las entradas

domingo, 10 de febrero de 2019

Un paseo por los Jardines del Parterre de Valencia.






Corría el año 1812 y nuestro país estaba inmersa en una guerra contra los franceses; mientras el Rey Fernando VII disfrutaba de un exilio a todo lujo en Bayona, los españoles luchaban por la independencia del país contra los gabachos, encarnando el principal enemigo a abatir al recién nombrado Rey de España José I, que además de ser francés era hermano de Napoleón Bonaparte.

Valencia no quedó exenta de esta cruenta guerra, y pese a la resistencia que ejercieron los hombres del militar Joaquín Blake, éste tuvo que capitular en lo que se denominó la batalla de Sagunto, quedando preso bajo el yugo francés, y suponiendo la entrada en la capital del Turia, de las tropas francesas, a cuyo frente estaba el Mariscal Louis Gabriel Suchet, al que le concedieron en título de Duque de la Albufera.

 
Éste decidió montar su cuartel general y residencia en el edificio de la Aduana, lo que ahora comprende las instituciones de la Audiencia Provincial y el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana; sus gruesos muros y su planta cuadrada hacia las afueras de la ciudad, lo hacían un lugar ideal para la resistencia y la defensa, en caso de motín en la ciudad, o ataque externo.

 
La desconfianza de Suchet hacia los valencianos, le hacía temer un que pudiesen atacar el cuartel desde las viviendas próximas que había en el extremo oeste del edificio, así que si apenas aviso a sus vecinos, decidió derribar todo el barrio vecino, se calcula que se derribaron unas cuarenta casas, dejando un enorme solar entre la ciudad y el Cuartel, cuestión ésta que hacía mucho más fácil la defensa del edificio, en caso de ataque desde la ciudad.

 
Así quedó el terreno de lo que hoy es la plaza de los Jardines del Parterre.
Tras la marcha de los franceses en el año 1813, quedó un enorme solar, que las autoridades del momento decidieron ajardinar en el año 1850; y que en la actualidad conforma lo que conocemos como plaza de Alfonso el Magnánimo.

 
Y en el año 1891 en concreto en día 12 de enero, Valencia erige un monumento al Rey Jaime I de Aragón.

 
La razón de este homenaje de las autoridades del momento al Rey Jaime I, era porque éste había sido el Rey que había derrotado a los musulmanes que vivían en la Valencia árabe, trayendo el cristianismo a las tierras del Turia; en concreto el 28 de septiembre del año 1238 en Rey Musulmán de Valencia, Zaiyan firma la rendición de Valencia, el 8 de octubre de ese mismo año abandona la ciudad, y el sábado 9 de octubre entró triunfalmente en Valencia.

 
La idea de erigir de esta estatua surgió de la dirección del Diario Las Provincias, era el año 1875, y el director del rotativo valenciano, Teodoro Llorente Olivares, traslada la idea al Ayuntamiento de Valencia, el cual lo aprueba en pleno en el año 1876; con la única condición, y es que el coste de la estatua debía de hacerse con suscripción pública, de ahí la tardanza entre su aprobación y la inauguración de la misma.

 
La estatua pese a ser levantada en enero, no se inauguró hasta el 20 de julio de ese año 1891.
Su autor fue el afamado escultor catalán Agapito Vallmitjana, el cual para la elaboración de la estatua necesitó la fundición de cinco cañones y un obús de bronce, que el Ministerio de Guerra cedió, y que se encontraban en la ciudad de Peñíscola.

 
La escultura se hizo a las afueras de la ciudad, en la fundición Maquinista Valenciana; y su traslado hasta su actual ubicación fue toda una peripecia; las autoridades lo organizaron como una especie de cabalgata para el día de nochevieja del año 1890; acontecimiento que quedó en la retina y en el recuerdo de los valencianos de la época por muchos años.

https://valenciablancoynegro.blogspot.com/2013/11/la-maquinista-valenciana.html

La estatua pesa unos 11.500 kilos, y está hecha a escala de un cuerpo y medio con respecto a las medidas reales.
Al Rey conquistador, se le esculpió en campo de batalla, señalando la ciudad a conquistar, en este caso Valencia.
Unos años más tardes se colocó en el pedestal de la estatua, en la parte delantera el escudo de armas del Rey guerrero, y en la parte de atrás el escudo de la ciudad, obras del escultor José Aixá Íñigo.


Y por último indicar que a ambos lados del monumento, se pusieron las siguientes leyendas: Entró vencedor en Valencia / liberándola del yugo musulmán / el día de San Dionisio / IX de octubre de MCCXXXVIII “; y en la otra parte: “Al rey D. Jaime I el Conquistador / fundador del reino de Valencia / Valencia agradecida / ano MDCCCXCI

 
Pero además de la estatua de Jaime I, en esta plaza hay que destacar otro elemento importante, y que es uno de los seres vivos más longevos da la ciudad, me refiero al ficus (Ficus Macrophylla), que sombrea la confluencia de la Glorieta con la calle de la Paz. 

 
Se plató en ese lugar privilegiado antes de la erección de la estatua, en concreto en el año 1852; sus dimensiones en la actualidad son espectaculares, ya que tiene una alzada de más de 24 metros de altura.
Su plantación fue por accidente, es decir no se pretendía plantar un gran árbol, sino que los jardineros del momento lo que pretendían es llenar el terreno de magnolios, y en vivero lo confundieron con un magnolio más…; la sorpresa vino después, cuando el árbol empezó a crecer y crecer.
Antes de la riada del año 1957, que devastó la plaza, había un pequeño estanque en cada esquina, estanques y esculturas que posteriormente fueron llevadas a los Jardines del Parcent, excepto una, la de Neptuno.

 
En lo que hoy conforman las calles de Tres Forques, Chiva y Mariano Ribera en el barrio de Patraix, el Canónigo de Pontons tenía una alquería, con bellos jardines de estilo versallesco, lleno de estanques y esculturas; pues bien, dichas esculturas, obras del escultor Antonio Ponzanelli, y realizadas en el siglo XVIII, fueron compradas por el Ayuntamiento de Valencia a su dueño y colocadas la mayoría de ellas allá por el año 1818 en el actual Jardín de la Glorieta, este Neptuno estuvo también en la Glorieta hasta que en 1960 el Ayuntamiento de Valencia, lo colocó en su actual ubicación.
 
En octubre del año 2018, el Ayuntamiento de Valencia y con motivo del cuarenta aniversario de la Asociación de Vecinos de Patraix, ha colocado cuatro copias de aquellas esculturas en los jardines de reciente creación, que ocupan los terrenos de lo que era la antigua huerta y alquería de Pontons.

 
Como curiosidad os cuento que en uno de los extremos de esta plaza se ubica el primero Corte Inglés inaugurado en Valencia, allá por el año 1973; pues bien, para ubicar dicho centro en ese lugar, se tuvo que desmontar piedra por piedra una iglesia de estilo gótico que allí había; se trataba de la parroquia del convento de Santa Catalina de Siena. Y que posteriormente se levantó en el barrio de Orriols, cuestión ésta que os contaré en otra ocasión.
 
Mientras tanto seguiremos paseando por Valencia. FINEM.

 

domingo, 31 de julio de 2016

PASEANDO POR LA VIEJA VALENCIA. El campanario más antiguo de Valencia, y el Cristo de Beirut.



Torre del Miguelete. Catedral de Valencia.

No es raro que cuando viajamos a otras ciudades, ante el dilema de ¿Cuándo volveremos por aquí?, pretendemos verlo todo, monumentos, museos, centros históricos, etc…; y que a su vez en el pueblo o ciudad donde vivimos ante el pensamiento de como lo tengo aquí ya lo veré, muchas veces mostramos menos interés; y de ahí que en ocasiones descubramos lugares y rincones de singular belleza, o conozcamos historias que desde luego desprenden gran interés y relevancia.

Cotorra del Mercado Central de Valencia.

Así pues y con esa máxima de conocer la ciudad; hoy os voy a hablar de una de las calles más antiguas de Valencia, se trata de la calle de El Salvador.

 

En la época de los romanos la ciudad importante a esta parte del Mediterráneo era Murviedro, la actual Sagunto, y capital de la comarca “Camp de Morvedre”, que viene de aquel topónimo. 


Mientras que en una isla fluvial del río Turia, surgió una pequeña ciudad de nombre “Valentia”, y que no es otra, sino la actual Valencia.

http://www.jdiezarnal.com

La Valencia romana se diseñó como todas las ciudades de esa cultura, con una plaza o ágora en medio, y salidas hacia los cuatro puntos cardinales del ágora de forma perpendicular.


Ese ágora, vendría a estar ubicada aproximadamente donde se encuentra hoy la plaza de la Virgen, y la Basílica de la Virgen de los Desamparados.
Plaza de la Virgen desde el Miguelete.
Y de estas calles que salían del ágora, podría ser perfectamente, la actual calle de El Salvador, que es del espacio geográfico del que os quiero contar.
Sin lugar a dudas estamos en una de las calles más antiguas de Valencia, ya que su trazado ya aparece en los planos de la Valencia romana del siglo I DC.
 
Pero además igual que ocurre con la plaza de la Virgen, pese a estar pegada al viejo cauce del río Turia, no sufrió los zarpazos de las riadas que han asolado la ciudad de Valencia a lo largo de su historia; tampoco en la del año 1957, que tantos daños personales y materiales profirió a la urbe, y es que la calle aunque prácticamente imperceptible, está en pendiente desde el Turia hacia el centro de la ciudad.

http://www.abc.es

Recomiendo el paseo por la calle desde la plaza de la Almoina, (plaza donde se encuentran los restos de las primeras edificaciones de la ciudad de Valencia), hacia el viejo cauce del Turia.

 
Así pues y nada más andar unos pocos metros, a mano derecha se observa como yergue esbelta y orgullosa la torre de la Iglesia de el Salvador, que además da nombre a la calle.

Se trata de una torre – campanario de origen románico, y que tiene el honor de ser el campanario más antiguo de Valencia; construyéndose en el siglo XIII; y manteniendo su estructura primitiva sin alteraciones posteriores; y permitiéndonos de esta manera contemplar cómo eran los campanarios de la ciudad de Valencia durante los siglos XIII a XVI.

 
 

Cuentan las crónicas que cuando proveniente de la comarca de los Serranos, y tras la gran portada de las Torres de Serrano, Valencia tenía una característica línea de cielo; debido al continuo rasgar del horizonte de las decenas de campanarios; de ahí que muchos la denominasen la ciudad de los campanarios.
http://2.bp.blogspot.com/
A lo largo de los siglos el entorno de la calle de El Salvador, fue zona preferida de residencia para las clases altas tanto de la sociedad romana, como musulmana.
De hecho, justo detrás de la iglesia de El Salvador, hay un solar donde aparecieron restos de una casa noble musulmana, solar por cierto que está en unas condiciones un tanto de descuido y desidia desde hace unos lustros, hecho éste que ha generado protestas vecinales.

http://fotos01.levante-emv.com

A lo largo de la calle se salpican las casas nobles, como los Palacios de los Romeu en el número 9 o del Barón de Cárcer, en el número 20; ambos erigidos en los albores del siglo XVIII.

 
Al final de la calle y tocando justo en frente del puente de la Trinidad (el más antiguo de los que quedan a día de hoy en la ciudad), se encontraba una puerta de la antigua muralla árabe, levantada en el siglo XI; esta puerta se llamaba “Bab al-Warraq” o lo que es lo mismo, la puerta de los escribanos; más tarde ya en el siglo XIII; se le llamó de los Catalanes, y luego de la Trinidad.
http://lh5.ggpht.com/
Y según cuentan las crónicas el Rey árabe de Valencia, al-Qadir, regaló en el año 1089 a su “amigo” y protector Rodrigo Díaz de Vivar (el Cid) un palacio; que parece ser se encontraba junto a esta puerta en lo que hoy soy son los números 29 y 31 de la calle.

Tras la muerte del de Vivar en 1099, doña Jimena (la viuda del Cid) ordenó incendiarlo, para que no fuese ocupado por los nuevos conquistadores islámicos, que tomaron de nuevo la ciudad bajo el nombre de Alá en el año 1102.
 
Posteriormente en ese palacete se construyeron unos baños palatinos; y ya en el siglo XIV la casa fue comprada por unos mercaderes de Gerona, que fundaron allí una cofradía abocada a San Narciso.
Pero la calidad de los tapiales del inmueble, lo hacían de gran valor, así que en 1582; el Hospital General de Valencia, lo alquiló a los cofrades de San Narciso, para convertirlo en un teatro; con cuya venta de entradas se financiaban los gastos de mantenimiento y conservación de las instalaciones hospitalarias.

 
En 1584, el Marqués de Moya la compró, y parte de la misma a partir del 1586, se utilizó como cárcel.
Posteriormente la compró el Marqués de Bucianos, un tal Pedro Valda, que la vendió a la ciudad, y fue utilizado como almacén.
El Ayuntamiento de la ciudad, en el siglo XVIII; volvió a convertirla en teatro de la ciudad, dejando su uso con la inauguración del nuevo y flamante Teatro Principal; y en 1885 fue derribada…

Así que con estos relatos podemos observar lo importante que ha sido esta calle a lo largo de la historia de la ciudad.
Y antes de acabar el post, aún tenemos que contar otra cosa, y es que no podemos abandonar esta singular calle, sin visitar la Iglesia que da nombre al vial, y que es la de El Salvador.

 
La historia de esta iglesia, viene totalmente ligada a la historia de Jaime I y a la conquista de Valencia por las huestes cristianas en 1238; así pues, un año después el Rey aragonés, regala a la Orden de los Caballeros de San Jorge una mezquita, en gratitud por su ayuda en la conquista de la ciudad; y éstos transforman esta mezquita en una iglesia que dedican a su patrón San Jorge.
 
Pero hacia el año 1250 a caballo entre la historia y la leyenda, cuentan las crónicas que desde la ciudad de Beirut (Líbano), cruzando el Mediterráneo, arribó flotando sobre las aguas del mar hasta la ciudad de Valencia, un Cristo crucificado…; pero no quedó varado en playa alguna, ya que éste flotó contra corriente río Turia hacia arriba, quedando encallado junto a las pilastras del puente de la Trinidad.

Interior Iglesia de el Salvador

Los cofrades de San Jorge, lo recogieron y colocaron en su iglesia que cambió de patrono, para denominarse de El Salvador, y desde entonces sigue presidiendo este gran templo, siendo una talla románica del siglo XIII de inefable belleza, y que los historiadores especulan sobre el hecho, de que pueda tratarse de la talla colocada en un barco que hubiese naufragado en las costas valencianas, ya que la parte trasera del Cristo, tiene una gran oquedad, que pudo servir para encajar la imagen en la proa de un navío.

Cristo de Beirut

Fuera como fuese, lo que está claro es que cuando podemos pasear y no solamente pasar por nuestras calles y plazas, cuantas son las cosas buenas que nos sorprenden.

 
Espero que os haya gustado el paseo, haremos más. FINEM.




LOS AMANTES DE TERUEL. Una bella y triste historia de amor.

     El genial cantautor Ismael Serrano, en su canción “tierna y dulce historia de amor”, afirma eso de que “como todas las histori...