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domingo, 22 de noviembre de 2015

Y EL CRIMEN FUE EN GRANADA EN SU GRANADA (Hablando del asesinato de Federico García Lorca)




 

Corrían los inicios del verano del año 1936, cuando un grupo de militares llevan a cabo un golpe militar, con el fin de derribar el gobierno democrático surgido de las urnas…; el golpe no triunfa y comienza el que ha sido uno de los peores episodios sin lugar a dudas de nuestro país, la guerra civil española.

Cuando esto ocurre, el joven escritor y poeta Federico García Lorca, por ser un destacada defensor de cuestiones como la libertad o la igualdad, huye de la capital de España hasta su tierra, la ciudad de Granada, creyendo que allí lejos de los grandes poderes del país, y bajo la protección de su familia, que era de clase acomodada, no tendría peligro alguno.

 

Así pues el poeta se refugia en la casita de descanso y recreo que su familia tiene a las afueras de Granada en plena vega del río Genil; denominada la huerta de San Vicente.


Pero la burguesía granadina, alineada con los golpistas tiene como objetivo detener al poeta; decía de éste que hacía más daño con la pluma, que un ejército entero con las armas; y el poeta con su absoluta libertad y genialidad, suponía una diana perfecta de todo aquello que más odiaban.
García Lorca había dicho en varias ocasiones, que “la peor burguesía de España era la de Granada”; esto unido a que varias familias importantes de la vega  granadina se había sentido identificadas con los personajes de las obras literarias de “la casa de Bernarda Alba” y de “Doña Rosita la soltera”; lo hacían objeto de todas las iras…

 

Así pues alertado por amigos de la familia, García Lorca decide salir de la casa del huerto de San Vicente, y refugiarse en la casa de la familia de los Rosales, amigos de toda la vida,  personas relevantes en Granada y miembros de Falange pensando que nadie sospecharía que aquí se escondía.
Pero al poco acudió hasta la casa Ramón Ruiz Alonso, activista derechista y ejecutor de la denuncia contra el poeta.

 
El corpulento fascista llegó a la casa, cuando sólo se encuentran en la misma la madre de los Rosales, y el poeta.
En un primer momento Ruiz Alonso ante el hecho de que la interlocutora es una mujer mayor, desiste en sus pretensiones y sale de la casa; mientras tanto García Lorca ya ha escuchado lo conversado y observado desde la ventana el movimiento de policías en las rodalías de la casa.


Así pues decide vestirse y entregarse, para así no meter en ningún lío a los Rosales; al poco regresan a la casa de nuevo Ruiz de Alonso y Miguel Rosales; (el amigo que protegía a García Lorca); entienden que la detención es irremediable y el poeta sale de la casa en dirección al Gobierno Civil.


Miguel Rosales explica a la madre que va a acompañar al falangista y al poeta, para ver cuál es el problema, aludiendo a que seguramente sólo querrán hacerle unas preguntas.
Federico se despidió con un abrazo de la familia que lo había acogido, diciéndoles: “no os doy la mano, porque no quiero que penséis que no nos vamos a ver otra vez…”


García Lorca marchó de la casa, vistiendo pantalón gris oscuro, una camisa blanca con el nudo de la corbata suelto, y americana al brazo.
Llegan a la sede del Gobierno Civil y hace de Gobernador Civil provisional el guardia civil  jubilado de nombre Nicolás Velasco Simarro, ya que el Gobernador Civil, el Sr José Valdés Guzmán se encuentra en una operación militar por la comarca de la Alpujarra.
Así pues y tras cachear al poeta, lo encierran en una habitación del primer piso de las dependencias; su amigo Miguel Rosales, trata de tranquilizarlo aludiendo a que hará todo lo posible por liberarlo.
Tras salir de allí Miguel trata de ponerse en contacto con el resto de sus hermanos y mover sus contactos dentro de Falange para tratar de liberar a Federico.
 
Pero esto se convertía en arduo imposible porque el Gobernador no estaba.
Eso sí Miguel Rosales hizo una declaración en el propio Gobierno Civil, contando que un tal Ruiz Alonso, había ido hasta su casa, siendo ellos una familia falangista, para detener a su huésped, sin una orden escrita ni oral. Como su tono era alto, de repente alguien le espetó: “ese Ruiz de Alonso soy yo”.
A lo que Rosales recriminó: “¿por qué te has presentado en casa de hombres de Falange, sin una orden y has retirado a mi amigo?
A lo que Ruiz Alonso contestó: “bajo mi única responsabilidad”.
Horas después  Rosales acudió de nuevo a la sede del Gobierno Civil, sabía que ya estaba allí el Gobernador; en un primer momento varios soldados le impidieron el paso, pero al fin pudo hablar de tú a tú con el Gobernador Civil de Granada.

 
Cuando Rosales le expuso los acontecimientos, el Gobernador aludió a que tenía una denuncia en relación a García Lorca; denuncia en la que se decía que: “García Lorca era un escritor subversivo; que tenía una radio clandestina en la Huerta de San Vicente con la cual estaba en contacto con los rusos; que era homosexual; que había sido secretario de Fernando de los Ríos (Político Socialista)”.
Tras leer la denuncia el Gobernador dijo que no podía liberar al Poeta, pues tenía que investigar lo denunciado, pero que estuviese tranquilo, que nada le pasaría.
 
Así pues Rosales, antes de abandonar el edificio de Gobernación, pasó a la habitación donde estaba recluido Federico; y le dio su palabra de que vendría a por él, en poco tiempo…; pero la verdad es que ya nunca más lo volvería a ver.
Al otro día Rosales, obtuvo del Gobernador Militar de Granada, el Coronel Antonio González Espinosa una orden para liberar al poeta; así pues raudo corrió hasta Gobernación.

 
El Gobernador Civil,  se puso furioso ante tal orden, y dijo a Rosales, que llegaba tarde; que el poeta ya no estaba en aquellas dependencias…; realmente Valdés mintió a Rosales para quitárselo de encima, García Lorca seguía en aquella habitación, sin más mobiliario que una mesa y una silla.
Los Rosales en ese momento además comenzaron a preparar su propia defensa, pues comenzaban a ser incómodos al poder instaurado, y podían ir contra ellos en cualquier momento.
José Valdés Guzmán, el Gobernador Civil de Granada, era descrito como un fanático perseguidor de “rojos”; sabía de la fama de García Lorca, y entendía que el ajusticiamiento de éste a sus órdenes le pondría en la palestra de los héroes de la nueva España…; pero antes de tomar la decisión llamó al general Queipo de Llano; el cual desde Sevilla, dirigía la estrategia del bando fascista en el sur de la Península. A la pregunta de Valdés de qué hacer con García Lorca, Queipo espetó: “a García Lorca hay que darle café, mucho café…”; era la particular expresión que utilizaba para ordenar ejecuciones.
 
Así pues Valdés ya tenía el camino expedito para el fatal desenlace.
La aquiescencia y orden velada de Queipo de Llano, más los pensamientos que Valdés tenía hacia García Lorca, que lo consideraba, “un rojo asqueroso, con vida privada repugnante y  y obra escrita subversiva…” hicieron el resto.
Así pues la noche del 18 de agosto, del año 1936, García Lorca fue sacado del edificio de la Gobernación Civil de Granada, iba esposado, con otro detenido, un maestro que llevaba una pata de palo, de nombre Dióscoro Galindo García, oriundo de un pueblo de Valladolid, y que ejercía como maestro de primaria en Pulianas (Granada), el Secretario de este pueblo lo había denunciado por “ferviente republicano y enemigo de la España nacional”.
 
Al salir a la calle, un joven músico reconoció a García Lorca, se trataba de Ricardo Rodríguez Jiménez; al cual unos años antes, García Lorca había regalo un violín; éste espetó a los militares y falangistas que acompañaban a la comitiva: “criminales vais a matar a un genio, a un genio criminales…”; eso le supuso una paliza y la detención.
García Lorca y Galindo García, fueron trasladados a las afueras de Granada, a lo que se llamaba Villa Concha, entre las poblaciones de Alfacar y Víznar, a un edificio en mitad del campo y rodeado de montañas, donde durante la República pasaban los veranos los niños pobres de Granada, de ahí que por la zona, denominasen al lugar las Colonias.
Aquel edificio pasó, de ser un lugar de recreo, asueto y diversión, a ser la última morada de miles de personas asesinadas, simplemente por pensar distinto…
 
Poco se sabe en relación al tiempo que el genio estuvo en el edificio de las colonias, hay informaciones contrariadas aludiendo a que quiso confesar, y así mismo en relación a que fue insultado y torturado…
A eso de las cuatro de la mañana; fueron subidos a un camión: García Lorca, el maestro de Pulianas, y dos banderilleros granadinos, Joaquín Arcollas Cabeza y Francisco Galadí Melgar; militantes anarquistas que cual grito en el desierto, habían pedido al Gobierno Republicano, armas para defenderse del zarpazo fascista.
El camión puso su siniestra marcha en dirección a Alfacar, y al poco en una abrupta curva, junto a un viejo olivar, cerca de la fuente que los árabes llamaban de las lágrimas, alumbrados con las luces del camión ; los verdugos realizaron sendos disparos para segar la vida del maestro, de los banderilleros, y del genio García Lorca.

 

Allí estaba un joven de dieciocho años, al que apodaban Manolo el comunista, el cual era el encargado de dar sepultura a los fusilados, la fosa ya estaba preparada, enseguida reconoció a los banderilleros, y luego diría que en aquella estrecha fosa, había sepultado también uno encima de otro, “a  un señor que tenía una pierna de madera (el maestro de Pulianas), y a otro señor que gastaba una corbata de lazo, de esas que usan los artistas…”

 
En aquellas horas la luna inspiradora tantas veces de García Lorca, en su cuarto creciente, ya se había escondido por Sierra Elvira, pero seguro que antes de expirar García Lorca miró hacia el Mulhacén (el más alto), y siendo conocedor de su destino, suspiraría tranquilo pensando que su pluma se pararía en ese instante, pero que su obra sería universal, sobreviviendo a pistolas y cañones… la poesía, el teatro y la prosa, no murieron en aquel alba de agosto, de hecho en ese momento los asesinos, convirtieron la escritura de García Lorca, en inmortal.

 
Al otro día Juan Luis Trescastros Medina, casado con una prima lejana del padre del poeta, dijo con orgullo por las calles de Granada, que había participado en la muerte del Poeta, y que además: “le hemos metido dos tiros por el culo por maricón…”.
Que mejor que acabar este post, con el poema que el gran Antonio Machado escribiera por estos acontecimientos, porque todo esto había ocurrido en Granada, en su Granada. FINEM

 
EL CRIMEN FUE EN GRANADA: A FEDERICO GARCÍA LORCA
1. El crimen

Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
... Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.

2. El poeta y la muerte

Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
—Ya el sol en torre y torre, los martillos
en yunque— yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»

3. Se le vio caminar...

  Labrad, amigos,
de piedra y sueño en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

 

domingo, 31 de agosto de 2014

LUCAS Y LOS POZOS DE CAUDÉ



 La luna llena sobre Javalambre
Hoy he comido con mi gran amiga y maravillosa persona Pilar Berzosa Sanz, desbordaba alegría y cierta emoción; la razón era que su sobrina Espe a la que Pilar tanto quiere y admira acaba de ser madre.


Un precioso niño de nombre Lucas, había llegado al mundo en la ciudad de Valencia el pasado 28 de agosto del presente 2014.

 
El mismo día, pero setenta y ocho años después que soldados del bando franquista, fusilaran a su tatarabuelo del mismo nombre a la entrada de la ciudad de Teruel.
Pilar me ha contado en infinidad de ocasiones aquellos trágicos días del año 1936 en la ciudad de Teruel; donde la irracionalidad se impuso al sentido común; y donde los odios, las visceralidades y los rencores se desbordaron de manera tal, que hoy casi ochenta años después, sigue habiendo llanto y sufrimiento por aquellos sucesos.
El abuelo de Pilar natural de Gea de Albarracín (Teruel) estudia en el Seminario de Albarracín para ser sacerdote; pero al tiempo se cansa, y aunque su madre de nombre Dionisia le insiste en que sería un buen futuro, él deja los estudios con el bachillerato acabado.
En ese mismo lugar conoce a Milagro Herranz quien será el amor de su vida, su esposa y la madre de tres hijas.
Se prepara oposiciones para telégrafos y tras un arduo esfuerzo las aprueba siendo su primer destino Alcázar de San Juan.
Posteriormente pide traslado a Albarracín donde una vez allí instalado contrae matrimonio con Milagro.


Conforme sus cuatro 

hijas van creciendo, la familia se alquila una casa en Teruel para que así las hijas puedan estudiar en la ciudad de los Amantes, y porque además a Lucas lo hacen Jefe de telégrafos en dicha ciudad.
Previo al golpe de Estado del 18 de julio de 1936; el gobierno decide recolocar a los funcionarios, en previsión de que si algo sucediera la administración no se  colapsara; y ofrecen a Lucas trasladarse a Madrid.
Milagro le dice que se traslade por si acaso ocurriese algo, pues en Madrid pasaría más inadvertido, pero Lucas entendía que no tenía por qué dejar su tierra, puesto que además no militaba en ningún partido, su puesto de trabajo lo había conseguido por oposiciones y méritos propios, y nunca había hecho daño a nadie.


El 18 de julio las tropas del General Franco dan un golpe de Estado, éste no triunfa y torna en una guerra incruenta e inútil; que a la postre generaría miles de muertos y la destrucción de un país…
Lucas y Milagro observan estos acontecimientos en la ciudad de Teruel con cierto pánico y preocupación, pues la mayor de sus hijas cuenta sólo con veintidos años.
A finales del mes de julio Teruel es tomada por el bando franquista y en la plaza del Torico comienzan a producirse lo que se denominan paseos y sacas…; detienen a diferentes personas por sus cargos en la administración del estado, por filiación política o ideológica, y sin juicio alguno, son fusiladas junto al pilón de la fuente del Torico…; dicen las crónicas que la sangre corría bajo la torre del Salvador camino del óvalo.

 
A los pocos días estando Lucas en su despacho, el ordenanza le dice que dos guardias civiles querían verlo; él les invita a entrar a su despacho, pero éstos le dicen que salga.
Al salir, le detienen llevándolo preso al viejo cuartel de San Francisco.
El ordenanza raudo acude a casa de Milagro para avisarle. Era un caluroso 24 de agosto de 1936.

 
 
Al otro día de nuevo hubo fusilamientos en la plaza del Torico, las hijas de Lucas acudieron atemorizadas por si su padre era uno de los asesinados; por fortuna él no estaba.
Tampoco en los fusilamientos del día 26.
Cuentan que el Obispo de la ciudad Anselmo Polanco pidió a las autoridades franquistas que se dejase de fusilar en la plaza del Torico.
Milagro todos los días llevaba a su esposo, una muda limpia y algo de comer; y éste en un ato le dejaba la muda sucia.
El día 27 Lucas devuelve la muda sucia, y una moneda de un duro amadeo de plata que siempre llevaba en el bolsillo. A Milagro eso le preocupó… pero como no le dejaban verlo, no pudo preguntarle por qué le daba aquella moneda…; después entendió Milagro que se lo devolvió porque Lucas sabía que a donde lo iban a llevar ya no lo necesitaba.

 

Cuando Milagro se iba del viejo cuartel, observó como un camión del que parecían oírse voces, pese a estar tapado con lonas; se dirigía a gran velocidad en dirección a la carretera de Zaragoza, como hacia la modernista ermita del Carmen.


Al otro día una de sus hijas venía en el coche de línea o correo como llaman por allí desde Albarracín hacia Teruel; eran aproximadamente las cuatro de la tarde, y en mitad de la carretera de la vieja nacional 234, una patrulla de la guardia civil, las paró. Al instante se escucharon disparos, y a la media hora dejaron que prosiguiesen la marcha camino de la capital turolense.
Mientras Milagro esperaba a las puertas del viejo cuartel de San Francisco para de nuevo darle una muda limpia a su esposo…; al rato le dijeron que no fuese nunca más que su marido esa mañana había sido trasladado…
La cosa es que nunca más supieron de él. 

 
Milagro sacó a sus hijas adelante, e incluso a sus nietos, pero su corazón nunca más pudo sonreír…; cuando iban de Teruel a Albarracín, la abuela Milagro suspiraba mirando al cielo y les decía a sus hijas algo me dice que por aquí está enterrado vuestro padre…
Sólo cuarenta años después de aquella atrocidad, con la arribada de la democracia, las gentes que sabían del tema, comenzaron  a contar las graves atrocidades que se habían hecho junto a la carretera de Zaragoza frente a la población de Caudé.

 
Un pastor que se encontraba en la zona aquellos aciagos días, anotó en unas tablas los tiros de gracia que en la lejanía escuchaba… siendo casi mil cien rayas las que aquel hombre marcara…

 
 
La cuestión es que ésta es solamente una historia más de las miles que hubo en aquel triste episodio de la historia de nuestro país, donde sacó lo mejor de mucha gente, pero también lo peor de muchos otros.
La conclusión es que ojalá ni el recién nacido Lucas, ni todos lo que me estáis leyendo veamos nunca más episodios como aquel; y sirva esta reseña para el general conocimiento, por aquello de que el pueblo que olvida o desconoce su historia está condenado a repetirla.

 
Y por toda la querencia, cariño y respeto que siento por mi amiga Pilar Berzosa, sirva también este escrito como homenaje a  aquel hombre bueno, de nombre Lucas Sanz Atienza. FINEM
 

LOS AMANTES DE TERUEL. Una bella y triste historia de amor.

     El genial cantautor Ismael Serrano, en su canción “tierna y dulce historia de amor”, afirma eso de que “como todas las histori...