viernes, 3 de abril de 2009

ALCALDES DE VALENCIA: FRANCO Y BARBERÁ (tanto monta, monta tanto)




La historia, esa gran ayudante de la verdad, ha ido juzgando a los distintos reyes, gobernantes e importantes personajes… y Francisco Franco no ha sido una excepción; pasando a la historia como un mediocre militar con ansias de poder, que llevó al país a una Guerra Civil, y que tras ella, sometió al mismo a 40 años de férrea dictadura militar y un considerable retraso económico y tecnológico con respecto al resto de Europa, por no hablar del continuado machaque a los derechos fundamentales y a las libertades públicas.

Pues bien, ahora que hace 70 años que acabó la Guerra Civil, la Alcaldesa de Valencia, la conservadora Rita Barberá, no ha querido arruinar la celebración de esta efeméride a “su excelencia” y ha consentido que siga teniendo el título de alcalde honorario de la ciudad.

El Ayuntamiento de Valencia nombró a Franco en 1939 Alcalde Honorario. La ley 52/2007 conocida como de la Memoria Histórica establece en su artículo 15 que las Administraciones Públicas tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas o menciones conmemorativas de la Dictadura.

El Grupo Socialista de Valencia presentó en el pleno de marzo de 2009 una propuesta para retirarle este “honor” al dictador. Los concejales del Partido Popular, con la Alcaldesa al frente no solo votaron en contra, sino que mantuvieron una postura hostil y absolutamente beligerante en defensa de Franco.

El concejal socialista Juan Soto dijo a la Alcaldesa que decida ¿con quién se alinea?. Si con la alcaldesa de Cádiz (PP) que no ha tenido inconveniente en aprobar la retirada de honores al dictador, o con su compañero de partido Carlos Fabra, Presidente de la Diputación de Castellón que ha editado un libro en el que se justifica el franquismo y se niega el golpe militar del 36.

El concejal socialista preguntó a la Alcaldesa si está con los dos pies y con todas las consecuencias en el campo de la libertad y la democracia o si seguirá con un pie atrapado en la ignominia totalitaria, y le pidió que soltara de una vez el plomo ideológico que retiene en las alas.

Al mantener los honores al dictador, la Alcaldesa ha ratificado una vez más su talante autoritario y que ni siquiera ha sido capaz de hacer la travesía democrática. Le sigue pesando su pasado franquista. Valencia sigue teniendo a un dictador como Alcalde Honorario.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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