lunes, 1 de septiembre de 2008

EL ALTO TAJO, UN PARAISO EN PLENO SIGLO XXI



Desde una perspectiva objetiva como amante de la naturaleza, y desde otra subjetiva por mi procedencia molinesa, siempre he pensado que unos de los paisajes más bonitos de la España interior, es el parque natural del Alto Tajo.
Dice un refrán de la zona que “el agua del Tajo hincha la barriga y afloja el badajo” ; y es que este gran río ha sido el protagonista indiscutible del Señorío de Molina de Aragón, a lo largo de la historia. Supuso la frontera entre moros y cristianos allá por los siglos XII y XIII, así como la línea de fuego en disitntas batallas, teniendo esta función por última vez, en la Guerra Civil, donde el Puente de San Pedro, protagonizó varios enfrentamientos.
El Alto Tajo ha supuesto una gran fuente de ingresos para la comarca de Molina desde años inmemoriales, por los ricos pastos que sostienen en verano enormes rebaños de cabras, ovejas y hasta vacas moruchas, pero sobre todo gracias a la madera que se saca de sus grandes y frondosos bosques. La madera antaño era trasladada por las propias aguas del Tajo río abajo desde el entorno de Peralejos de las Truchas, hasta la población madrileña de Aranjuez.
A este tipo de transporte que acabó en torno a los años 40 por la creación de carreteras y la generalización del uso del camión, se le denominaba maderada; la cual suponía verdaderas fiestas por las localidades que pasaba.
Los encargados de estos menesteres eran los llamados Gancheros.
El Alto Tajo, transcurre por la comarca guadalajareña del Señorío de Molina de Aragón, a una altura media de 1.100 metros; entre enormes farallones de rocas rojas sobre los que vuelan los buitres, con sus aguas de color verde esmeralda sombreadas por sauces, mimbreras, bojes, alisos y pinos silvestres. De igual manera la fauna tanto terrestre como acuática es abundante.

Pero sin lugar a duda, si los paisajes del Tajo son impresionantes, lo son más las personas que habitan sus riberas. Los de la cabecera del río, hombres y mujeres acostumbrados a sobrevivir en medio de una naturaleza hostil y dura a la vez que maravillosa. Gente noble que ofrecen al transeúnte todo lo que tienen y lo que saben, como refranes o historias sobre gancheros o de maquis luchadores de la serranía, a la par que saben de truchas, colmenas, cangrejos y ganados.

Sin lugar a dudas la comarca de Molina de Aragón, y en concreto el parque natural del Alto Tajo, son una de esas zonas en las que se debe poner ahínco y esfuerzo en cuidar y proteger para las generaciones venideras.

Y como no, recomendaros con énfasis una visita a la zona, con el único consejo, de que os acompañéis de ropa de abrigo, pues hasta en las noches de agosto, en necesaria la manta en estas latitudes.

Ya me contaréis.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo que he tenido la suerte de conocer un poco de esos parajes en persona pero la mayoria de boca y con los ojos de un gran amigo, tengo que indicar que es una maravilla y un lujo de tener esta riqueza paisajistica, humana y de recursos naturales. Los que somos de ciudad apreciamos , envidiamos esos entornos y cuando nos hablan de ellas la verdad es que nos saltan las chispitas de envidia. Luchar por proteger y cuidarlo que cosas así dan significado a vivir en este planeta.

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